Guerra contra el yihadismo

Francia anuncia la retirada de tropas occidentales de Mali

París y sus socios ponen punto final a la fracasada intervención militar desde 2013 en este país del norte de África

Un helicóptero francés despega en Malí durante una operación antiyihadista.

Un helicóptero francés despega en Malí durante una operación antiyihadista. / BENOIT TESSIER

Enric Bonet

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Punto final al equivalente francés del fracaso en Afganistán. Francia y sus socios anunciaron este jueves por la mañana la "retirada coordinada" de sus tropas de Mali. Con este esperado anuncio, concluye la longeva intervención militar decretada en 2013 por François Hollande para combatir el terrorismo islamista, que se encontraba entonces a las puertas de Tombuctú. Esta retirada militar gala se produce con un evidente sentimiento de fracaso después de que esta operación haya sido incapaz de erradicar la fuerte presencia de grupos yihadistas en esta zona del norte de África, marcada asimismo por la sucesión de golpes de Estado en Mali, Chad, Guinea y Burkina Faso.

"No podemos seguir comprometidos militarmente junto a unas autoridades de facto con las que no compartimos la estrategia. La lucha contra el terrorismo no puede justificarlo todo", aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron, refiriéndose a la actual junta militar maliense, fruto de dos golpes de Estado, en una rueda de prensa esta mañana en París, junto a su homólogo de Senegal, Macky Sall, y de Ghana, Nana Akufo-Addo, además del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

El anuncio, que ya se daba por descontado desde principios de esta semana, tuvo lugar tras una cena la víspera en el Elíseo entre una veintena de dirigentes africanos y europeos (y de Canadá). También fue oficializado pocas horas antes del inicio de una cumbre entre la UE y la Unión Africana en Bruselas.

"La lucha contra el terrorismo en el Sahel no puede ser únicamente el asunto de Estados africanos", defendió en la comparecencia el mandatario senegalés. Pese a la retirada occidental de Mali, las tropas francesas continuarán presentes en los países vecinos. En esta inestable zona, sobre todo en la de "las tres fronteras (Mali, Níger y Burkina Faso)", hay unos 25.000 soldados en el marco de operaciones internacionales. Francia tiene desplegados unos 4.300, de ellos unos 2.400 solo en Mali. La principal amenaza yihadista la representan Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), con una mayor implantación, y el Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS), más radical y residual.

Creciente sentimiento antifrancés


Macron explicó que la retirada se efectuará de "manera progresiva": "Primero vamos a cerrar las bases militares del norte (de Mali) y luego el resto en un ejercicio que durará entre cuatro y seis meses". Las tropas se reorganizarán en otros países de la zona, sobre todo en Níger, cuyo gobierno es el menos hostil a la presencia gala.

Francia y sus aliados advierten en su comunicado ante la "potencial extensión" de grupos yihadistas hacia los países del golfo de Guinea, como Senegal, Guinea, Ghana, Togo o Costa de Marfil. Un fenómeno, de momento, incipiente. Además, atribuyen su retirada "a los múltiples obstáculos por parte de las autoridades de transición malienses". También reprochan a la junta militar que no haya "organizado elecciones presidenciales y legislativas antes del 27 de febrero" de este año. No obstante, las discrepancias entre París y Bamako empezaron antes del primer golpe de Estado en el verano de 2020. Macron ya reprochaba al corrupto Ibrahim Boubacar Keïta su voluntad de negociar con dirigentes de AQMI.

La larga intervención, con resultados escasos, despertó un creciente sentimiento antifrancés en la sociedad civil de Mali, pero también de países vecinos. Además de los yihadistas, los ejércitos estatales y sus aliados combaten contra grupos secesionistas locales. La población maliense quedó marcada por episodios como el de la boda en Bounti (centro del país), donde una veintena de civiles murieron a causa de un bombardeo francés. Según la Coalición Ciudadana para el Sahel, una oenegé internacional, en 2020 en Mali las fuerzas de seguridad estatales, apoyadas por los occidentales, mataron a más civiles y sospechosos no armados (35% de estas muertes) que los yihadistas (24%).

Presencia de mercenarios rusos


Mientras que París respaldó a la primera junta golpista, sus relaciones se torcieron tras el segundo golpe de Estado en mayo del año pasado. Entonces, se dio la paradoja de que las autoridades francesas condenaban y amenazaban con sanciones a las malienses, al mismo tiempo que las apoyaban militarmente. A medida que empezó en ese momento una lenta retirada de soldados galos, Bamako recurrió a los servicios de los mercenarios rusos del grupo Wagner, también desplegados en República Centroafricana. Esta presencia de cerca de 900 instructores y agentes paramilitares rusos irritó al Gobierno de Macron, que la "condenó con firmeza" en diciembre. La situación se volvió insostenible con la expulsión en enero del embajador francés en Mali.

Desde entonces, la retirada francesa era inexorable. Con este anuncio, Macron se deshace de una patata caliente cuando falta un mes y medio para la primera vuelta de las presidenciales en Francia. Pero al mismo tiempo certifica un fracaso militar, que ha costado la vida de 53 soldados de su país y unos 8.000 millones de euros. "¡Este desastre era previsible! Desde el primer  día. Pero este es el precio de la gloria de unos pocos, que quisieron convertir una operación militar circunstancial en una expedición sin perspectiva política", criticó esta semana en su blog el insumiso Jean-Luc Mélenchon, el único aspirante de izquierdas con ciertas posibilidades de competir con el presidente en la carrera presidencial.