Empieza la cuenta atrás para la extradición a EEUU del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández

El exmandatario había abandonado el poder a fines de enero. En Estados Unidos se le acusa de formar parte de una importante trama de narcotraficantes

Agentes de policía y periodistas esperan en las afueras de la casa del expresidente Juan Orlando Hernández en Tegucigalpa (Honduras).

Agentes de policía y periodistas esperan en las afueras de la casa del expresidente Juan Orlando Hernández en Tegucigalpa (Honduras). / EFE/ Gustavo Amador

Abel Gilbert

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El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández enfrenta este miércoles la primera que resolverá la extradición que reclama por la justicia norteamericana, donde es acusado de "conspiración" para introducir cocaína en gran escala en Estados Unidos, así como "usar o portar armas de fuego" con esos mismos fines. Según un tribunal de Nueva York el exmandatario tenía el "conocimiento" de que "dicha sustancia" entraba "ilegalmente a los Estados Unidos". El poder acumulado en ocho años de Gobierno, durante los cuales Honduras se convirtió en un narcoestado, de acuerdo con numerosas denuncias, se ha esfumado a finales de enero, con la asunción de Xiomara Castro. Todo ha sido más rápido de lo quizá imaginado para JOH. De ahí que la captura, en la tarde del martes, por orden del juez Edwin Ortéz no sorprendiera a muchos hondureños. Muchos la esperaban, y por eso, según reporta el diario La Prensa, salieron a festejar la noticias cuando caía la noche.

La policía lo fue a buscar a su casa. La operación fue supervisada el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón.  Hernández la abandonó esposado de pies y manos y con un chaleco antibalas. Apenas le permitieron acomodarse antes su gorrita azul. Había traspasado la puerta de su mansión, en la zona residencial exclusiva de San Ignacio, en el oriente de Tegucigalpa, vestido de manera informal: pantalón vaquero de color azul, una chaqueta y mascarilla del mismo color, y camisa blanca.

"No es un momento fácil, a nadie se lo deseo, pero también el propósito de este mensaje es que la Policía Nacional, a través de mis apoderados, ha recibido ya el mensaje que estoy presto y listo para colaborar y llegar voluntariamente con su acompañamiento en el momento que el juez natural que designe la honorable Corte Suprema de Justicia así lo decida, para poder enfrentar esta situación y defenderme", dijo en Twitter, a través de una grabación sin imágenes. JOH es diputado del Parlamento Centroamericano. Pero ese cargo no parece garantizarle su inmunidad, entre otras razones porque ya tiene un historial controvertido por haber acogido funcionarios corruptos de la región.

Segura condena

El Partido Nacional, que hasta hace muy poco coreaba su nombre con tono festivo, ha comenzado a desmarcarse. Uno de sus dirigentes, Jesús Mejía, quien acompañó a JOH en los asuntos de Gobierno, fue uno de los primeros en tomar distancia. "Cada quién es responsable de sus acciones, ahora tiene el derecho como la obligación de demostrar su inocencia". Otros dirigentes hasta hace pocas semanas oficialistas se limitaron a pedir un "trato respetuoso" para el exmandatario en su primer día entre rejas.

El exagente de la agencia antinarcóticos DEA, Mike Vigil, le dijo a La Prensa que a JOH le espera una cadena perpetua en Estados Unidos, donde ya cumple una severa condena su hermano Antonio “Tony” Hernández. "Se ha seguido una investigación larga, durante mucho tiempo se ha investigado a grupos criminales en Honduras porque ha sido un trampolín muy importante para la cocaína que es importada a los Estados Unidos". Vigil dijo no tener dudas que el Tribunal Supremo hondureño autorizará la extradición. "Luego lo trasladarían a la corte de Distrito Sur de Nueva York, encargada del juicio".

La revista digital Criterio glosó un informe extraoficial proveniente de Estados Unidos según el cual que la trama que involucra a JOH llegó a transportar 500.000 kilogramos de cocaína hacia ese país. "Habría recibido millones de dólares por sobornos y ganancias múltiples de organizaciones del narcotráfico tanto en Honduras, México, y otros lugares". El expresidente "habría protegido a los narcotraficantes de la investigación, detención y extradición". A la vez, "habría hecho partícipes de las acciones de protección de cargamentos de drogas a miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas; y permitido que se cometieran actos de violencia brutal sin consecuencias"-