En contra de las restricciones

El magma extremista alimenta las crecientes protestas de camioneros de Canadá

¿Qué pasa en Canadá? Las 5 claves de las protestas de los camioneros antivacunas

Estas son las imágenes de la protesta que paraliza Ottawa

A person looks over the truckers' supplies as truckers and their supporters continue to protest coronavirus disease (COVID-19) vaccine mandates, in Ottawa, Ontario, Canada, February 7, 2022. REUTERS/Patrick Doyle

A person looks over the truckers' supplies as truckers and their supporters continue to protest coronavirus disease (COVID-19) vaccine mandates, in Ottawa, Ontario, Canada, February 7, 2022. REUTERS/Patrick Doyle

Idoya Noain

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Lo que empezó hace 12 días como una protesta en Canadá de camioneros contra las restricciones de entrada y salida entre el país y Estados Unidos para los no vacunados se ha transformado en un movimiento con ramificaciones globales. Alimentado por un magma extremista en el que se unen antivacunas, figuras políticas conservadoras, organizaciones de ultraderecha, grupos antigubernamentales y defensores de teorías de la conspiración, el movimiento se ha extendido desde su epicentro inicial en Ottawa hasta otras ciudades y este miércoles los camiones y vehículos seguían afectando el tránsito en dos importantes puentes entre Canadá y EEUU: el que une Windsor, en Ontario, y Detroit, en Michigan, y el que en Coutts une la provincia de Alberta con Montana.

La protesta, originalmente bautizada como “convoy de la libertad”, está poniendo contra las cuerdas al gobierno de Justin Trudeau y dañando la vida local y el comercio internacional pero, además, cruza fronteras. Con una intensa organización a través de redes sociales y servicios de mensajería como Telegram, ya empieza a haber o se están organizando protestas similares en Australia, Nueva Zelanda, EEUU y Europa. 

Origen y evolución de las protestas

La marcha inicial de los camioneros, que arrancó el 23 de enero y empezó la ocupación del centro de Ottawa seis días después, fue ideada por un grupo llamado Canada Unity. Su líder, James Bauder, es un defensor de teorías de la conspiración que ha apoyado al movimiento QAnon y ha declarado el covid-19 “el mayor timo político de la historia”.

Pronto otros grupos marginales, tanto que habían estado tomando acciones de oposición durante dos años a las restricciones para combatir la pandemia como de posiciones políticas ultras, se sumaron a las protestas. Estas, según encuestas locales, enfrentan el rechazo de la mayoría de la población de Canadá, un país que tiene uno de los más elevados índices de vacunación globales, con el 85% de los habitantes con al menos una dosis de la inmunización inoculada.

Bauer, el fundador de Canada Unity, ha insistido en mantener centrado en la “libertad” el mensaje de las protestas, lo que le ha granjeado no solo el respaldo de figuras conservadoras locales sino también internacionales. En EEUU, por ejemplo, las han apoyado desde el expresidente Donald Trump (que llamó a Trudeau “lunático de extrema izquierda” e instó a los camioneros a manifestarse en Washington) a Elon Musk pasando también por figuras políticas radicales del Partido Republicano como la congresista Marjorie Taylor Greene y el senador Ted Cruz, líderes evangélicos e influyentes voces conservadoras en el panorama mediático tradicional y online como Tucker Carlson, Glenn Beck, Dan Bognino o Ben Shapiro.

"Interferencia extranjera"

Peter Sloluy, jefe de la policía de Ottawa, ha asegurado que quienes protestan están “muy organizados, bien financiados y extremadamente comprometidos con resistir todos los intentos de acabar pacíficamente con las manifestaciones” y ha alertado también de que un elemento significativo de organización y financiación proviene de de EEUU. Y el ministro de seguridad pública canadiense, Marco Mendicino, ha instado a “permanecer vigilantes ante la posible interferencia extranjera”.

La financiación está en parte llegando de exitosas campañas de recaudación de fondos en las que se han amasado millones de dólares canadienses que en muchos casos llegan desde fuera de Canadá. Y Ciaran O’Connor, analista del Instituto para el Diálogo Estratégico, un laboratorio de ideas que sigue el extremismo online, le decía hace unos días a 'Politico' que “las donaciones desde el extranjero son una parte bastante común de cualquier campaña grande de 'crowfunding', pero la escala de esta no tiene precedentes”.

Cuando 'GoFundMe' suspendió una de las campañas de donaciones organizada en su plataforma porque las protestas habían pasado de ser manifestación pacífica a ocupación el gobernador de Florida y el fiscal general de Tejas, ambos republicanos , amenazaron con investigar a la plataforma. El dinero ha seguido llegando en parte a través de 'GiveSendGo', otra plataforma cristiana, la misma que recaudó fondos para la defensa de Kyle Rittenhouse, el joven blanco exonerado por matar a dos personas durante protestas raciales en EEUU.