Crisis en la isla caribeña

La inflación y el precio del dólar se desbocan en Cuba

El avance del precio del dólar en el mercado negro, con su fuerte efecto inflacionario, no se detiene

El Gobierno ha reconocido las consecuencias al hablar de una negativa "dolarización parcial" de la economía

La marcha en Cuba durante el 11J.

La marcha en Cuba durante el 11J. / EFE

Abel Gilbert

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"Un euro, un riñón". El meme que circula en las redes sociales presenta una equivalencia imposible que movería a la risa de los cubanos si no tocara con tanta fuerza sus bolsillos. La depreciación de la moneda nacional y la estampida inflacionaria miden estos días sus aspiraciones, a pesar de los recientes llamamientos del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez al Partido Comunista (PCC) a convertirse en el instrumento vital de "todo lo que tiene que ver con la prosperidad y el desarrollo del país, desde la alimentación hasta la recreación".

La economía de la isla había caído un 11% durante el primer año de la pandemia. En 2021 crecería un 6%, según las previsiones oficiales. La inflación del pasado año se situó en un 77 %. Otros economistas han realizado proyecciones mayores. Más allá de las cifras dispares, las dificultades para acceder a la jama (comida) y la fula (el dólar) se han agudizado en enero. Existe una canasta básica mínima que mensualmente se pone a disposición de las personas, a precios sin subsidios, como en el pasado.

Esos alimentos y artículos de limpieza se evaporan a los 10 días. Lo demás se sale a buscar a las tiendas regidas por el dólar, los MLC, a las que acceden aquellos que se benefician con las remesas, o en el mercado negro, donde el precio de la moneda norteamericana ha saltado por las nubes. Esa alza descontrolada tiene efectos brutales: algunas cosas cuestan hasta un 500% más de lo pactado.

Peor que en el Período Especial

En cierto sentido, los memoriosos creen que la situación es incluso más adversa que la experimentada durante el llamado Período Especial en Tiempos de Paz que siguió al desplome de la Unión Soviética, en 1991. Durante los primeros años de esa década, el PIB cayó un 35%. El dólar llegó a cotizarse hasta 160 pesos. Por entonces no existía un circuito formal.

Desde comienzos de 2021, en virtud del ordenamiento monetario, cada dólar cuesta supuestamente 24 pesos. Sin embargo, esa cifra se cuadriplica y hasta quintuplica en la calle. De acuerdo con la agencia Bloomberg, el peso cubano fue el más depreciado del mundo el año pasado: un 95, 83%. Para Granma, el órgano oficial del PCC, solo se trata de acciones especulativas. "Se observa la tendencia a la publicación arbitraria y manipulada de tasas de cambio en los medios financiados desde el exterior, así como de informaciones falsas”, reza. Lo que se busca es "establecer la misma lógica del llamado Dolar Today en Venezuela, induciendo un tipo de cambio que genera una estampida inflacionaria, al implicarse una parte del comercio y del sector privado, que toman como referencia estos tipos de cambio".

Dolarización parcial

La presente ola inflacionaria comenzó a gestarse siete años atrás, cuando las autoridades pusieron el freno de mano a las reformas económicas que habían sido aprobadas por el Partido Comunista en 2011. Como la moneda nacional no alcanza, los billetes con los rostros de George Washington, Benjamin Franklin y Abraham Lincoln se han convertido en amos y señores de la vida cotidiana. El vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, acaba de reconocer la existencia de una "dolarización parcial" de las actividades como una de las cuestiones negativas en las que "resulta necesario concentrar la atención".

La expansión del mercado negro cambiario, agravada a su vez por las restricciones que existen para depositar dólares en las cuentas personales, ha llevado a las autoridades a diseñar un proyecto de ley que sanciona con hasta penas de cinco años a quien "venda o, por cualquier medio ceda, transmita o adquiera moneda, cheque, giro, cheque de viajero o cualquier otro efecto de crédito análogo denominado en moneda extranjera, infringiendo las disposiciones legales”.  Las advertencias no parecen haber atenuado el intercambio informal “¡Ha sido un enero de locos!", señaló la revista digital El Toque.

Los que pierden son los ciudadanos de a pie. En 2019, el coste de la canasta básica representaba casi el 47% de un salario. El año pasado se necesitaba el 85% de lo percibido. Las previsiones para 2022 no son nada auspiciosas. "La pobreza y la desigualdad en Cuba no existen en el discurso oficial, aunque hace tiempo crecen exponencialmente", señala la socióloga Ivette García González, columnista del portal Joven Cuba. Desde hace tiempo que otros especialistas venían denunciando un creciente patrón de desigualdad. Los cambios han ido más lejos de lo imaginado. En un país que en julio pasado ha atravesado un estallido social, añade, "se opta por el silencio" frente a los flagelos del presente.

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