Crisis en la 'gauche'

La Primaria Popular incomoda a la dividida izquierda francesa

Unos 450.000 ciudadanos participan en esta votación convocada en contra de la voluntad de los principales partidos progresistas

La exministra Christiane Taubira es la favorita, pero no se descartan sorpresas

Imagen de la página web de la Primaria Popular de la izquierda francesa.

Imagen de la página web de la Primaria Popular de la izquierda francesa. / DAMIEN MEYER

Enric Bonet

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La pesadilla de la división de la izquierda francesa produce monstruos. Dicho de manera más fina y precisa, desemboca en iniciativas impulsadas con todas las buenas intenciones, pero que se han convertido en un proceso barroco y con una legitimidad discutible. Entre el jueves y el domingo tienen lugar en Francia la Primaria Popular. Más de 465.000 personas pueden votar en estos comicios internos de la gauche, que ponen de los nervios a los líderes de la Francia Insumisa, Partido Socialista (PS) y de Europa Ecología Los Verdes, al someter a votación el nombre de sus candidatos sin su aprobación.

Cuando faltan dos meses y medio para las presidenciales, hasta ocho candidatos progresistas podrían presentarse en los comicios de abril: el insumiso Jean-Luc Mélenchon, la socialista Anne Hidalgo, el verde Yannick Jadot, la exministra Christiane Taubira, el comunista Fabien Roussel y tres aspirantes trotskistas. Más de un votante de izquierdas se pone las manos en la cabeza ante tal fragmentación en esta carrera electoral, en que las fuerzas de progreso y justicia social parecen relegadas a un segundo plano. "El hecho de que haya siete u ocho candidatos no refleja las divisiones reales en este espacio", explica el politólogo Frédéric Sawicki, profesor en la universidad París I Panteón Sorbona.

"La gente está harta de esta multiplicación de candidaturas que nos llevan al fracaso en materia ecológica y social. (…) Hay una real voluntad de los ciudadanos de disponer de una candidatura unitaria", asegura Cléo Belaïche, integrante del equipo de la Primaria Popular, impulsada por una veintena de jóvenes activistas, bien conectados con las élites políticas y culturales. Destaca el “éxito” del elevado número de inscritos en esta iniciativa, superior al de las primarias de la derecha republicana en diciembre (140.000 participantes) y los verdes en septiembre (122.000).

"Es bastante surrealista"

Esta Primaria Popular cuentan, sin embargo, con un defecto. Y no se trata de un detalle menor. De los cuatro principales candidatos, tres de ellos (Mélenchon, Jadot e Hidalgo) han sido inscritos en contra de su voluntad. Dijeron por activa y por pasiva que no deseaban participar en esta votación y, por consiguiente, no aceptarán su resultado.

"No voy a decir que esto no me afecte. Es interesante, simpático, pero seguiré con mi camino", dijo el jueves la candidata socialista, que se encuentra en una situación crítica en los sondeos. Aún más contundente se mostró Mélenchon, el mejor posicionado de los candidatos de izquierdas en la carrera hacia el Elíseo. "Son una banda de graciosos que quieren perjudicarnos. No podemos construir la unión en la primera vuelta", afirmó el líder de la Francia Insumisa (socios de Podemos en Francia) en declaraciones a la revista Paris Match.

"Es bastante surrealista que hayan puesto el nombre de los candidatos que no desean participar en estas primarias", critica el politólogo Jean Petaux, quien recuerda que "ni siquiera ha habido debates", un momento crucial en este tipo de votaciones internas por su impacto mediático. El éxito de su movilización "debe matizarse, puesto que en las primarias del PS en 2017 participaron dos millones de personas", y en las de 2012 cerca de tres millones, recuerda Nicolas Framont, redactor jefe de la revista de izquierdas Frustration. Las primarias en Francia "no tienen nada de popular, ya que se trata de procesos en que suelen estar sobrerrepresentadas las clases medias y superiores", añade este sociólogo.

La exministra Taubira, la favorita

Impulsada con el objetivo noble de acabar con la división de la izquierda, al final esta Primaria Popular podría servir solo para sumar una candidatura más: la de Taubira, quien oficializó sus aspiraciones presidenciales el 15 de enero. Adorada por una parte de la progresía gala por haber legalizado el matrimonio homosexual, esta exministra de Justicia de François Hollande parte como favorita. No solo es la única candidata de peso dispuesta a asumir los resultados de esta votación, sino que algunos de sus impulsores destacados, como el exdiputado socialista frondeur Christian Paul, forman parte de su equipo de campaña.

Sin embargo, "el número importante de votantes no es forzosamente una buena noticia para Taubira, ya que esto puede significar que algunos de los simpatizantes de Mélenchon o Jadot se han inscrito para defender a sus líderes", sostiene Petaux. También resulta un interrogante cómo afectará el sistema de escrutinio. No se trata de la típica votación con una primera y una segunda vuelta, sino que han apostado por el juicio mayoritario. Es decir, cada participante pondrá una nota a cada uno de los candidatos. Los resultados finales se anunciarán el domingo por la tarde.

Aunque no se trata de una votación vinculante, los líderes de la gauche estarán pendientes de ella, sobre todo por las dinámicas de campaña que pueda crear. En un momento de gran debilidad de los partidos de izquierdas -el PS cuenta con apenas 22.000 militantes y los verdes unos 10.000-, no resultará fácil ignorar las preferencias de más de 450.000 simpatizantes. La Primaria Popular, según Sawicki, "representa una sanción de los electores más movilizados de los partidos de izquierdas contra estas formaciones. Muestra hasta qué punto están fragilizados".