Voto en el Parlamento

Italia encadena el cuarto fracaso en su intento de elegir presidente

Los 1.009 electores, entre diputados, senadores y delegados regionales, no logran encontrar un candidato común desde el pasado lunes

En la lista de electos están el primer ministro, Mario Draghi, el actual mandatario, Sergio Mattarella, y la jefa de los servicios secretos, Elisabetta Belloni

Italia draghi matterella

Italia draghi matterella / ETTORE FERRARI /EFE

Irene Savio

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El cónclave laico de Roma, la elección del próximo presidente de la República de Italia, ha concluido este jueves -por cuarto día consecutivo- nuevamente con ‘fumata negra’. Negra como el carbón. Los 1.009 senadores, diputados y delegados regionales convocados en el Parlamento volvieron a fracasar en su intento por consensuar un candidato unánime que sintetice las distintas sensibilidades y agendas políticas de los cinco grandes partidos conservadores y progresistas que, desde el lunes, han estado negociando para salir del embrollo político. Sin éxito alguno, ya que, pese a que a partir de la cuarta votación solo se requiere la mayoría absoluta para hacerse con el cargo presidencial, las diferencias aún pesan mucho.  

Los analistas y reporteros políticos, desplegados en masa en la plaza de Montecitorio delante del Congreso italiano, insistían en la que ya todos consideraban la noticia política del día: la conversación telefónica de Mario Draghi, el primer ministro y candidato favorito al puesto de presidente, con el anciano Silvio Berlusconi, todavía hospitalizado en Milán y uno de los grandes electores dentro de la coalición de centroderecha.

Cuando aún no había renunciado a su candidatura, el líder de Forza Italia se había opuesto a que Draghi fuera candidato a presidente, y por eso, la información no tardó mucho en ser vista como una señal positiva de que "el nombre Draghi aún está sobre la mesa”, como explicaban desde Montecitorio. “Hoy, por primera vez, (los partidos) han empezado a concentrarse seriamente sobre el nombre de Draghi”, confirmaba el veterano cronista parlamentario Giovanni Tortorolo, cuando de repente se oyó una barahúnda. Eran los cámaras que, en tropel, habían empezado a correr hacia una hilera de personas que avanzaba en dirección del Parlamento.

Marea de informadores

La razón: ahí estaba Matteo Salvini con los suyos. El líder del ultraderechista Liga, en ausencia física de Berlusconi, ha cobrado mayor relevancia en la elección. “He estado negociando como un loco. El sábado me gustaría estar con mis hijos”, dijo con tono relajado y ya rodeado por la marea de informadores. “Creo que mañana (por el viernes) hallaremos la solución. ¿Ahora me dejan ir a trabajar?”, agregó el ultraderechista.

“Al final creo que es probable que (el elegido) sea Draghi”, se le escapó entonces a Maurizio Gasparri, un veterano de la centroderechista Forza Italia de Berlusconi. Pero otros no lo tenían tan claro. Ni se aventuraban a decir quién podría ser el futuro presidente de la República ni, en caso de que fuera Draghi, quién podría ocupar el actual puesto de primer ministro, el otro gran asunto sobre los que se están dirimiendo las negociaciones.

“Es todo incierto”, resumía Marcello Campo, de la agencia Ansa. “Todo puede pasar”, coincidía un exministro del progresista Partido Democrático (PD). “Los 5 Estrellas están muy nerviosos. Se han roto en dos, y la derecha está muy dividida”, explicaba un senador que ya no forma parte de la formación de los grillitos.

Expectación fuera de Italia

El desorden también giraba alrededor de Draghi. Desde su entorno, volvieron a decir que el exbaquero del Banco Central Europeo está tranquilo y que no tomará ninguna decisión que ponga en peligro la estabilidad de Italia “si subsisten las condiciones para poder seguir”. Pero otros aseguraban que sus maniobras de los pasados días lo han dejado a la merced de los partidos. De ahí, tal vez, que la prima de riesgo haya subido en estos días y que la expectación también fuera de Italia sea muy grande.

El Parlamento ha sido en estos días un buen reflejo de ello. El jueves, el resultado de la cuarta votación aplazó nuevamente la decisión al día siguiente: no solo nadie logró la mayoría, si no que además hubo 441 y 166 votos fueron a parar a Sergio Mattarella - cuarenta más que el día antes- el presidente saliente que ya ha dicho que no quiere seguir en el cargo. Mattarella, aseguran, sigue siendo, no obstante, una posibilidad, al igual de otros nombres, como el de la actual jefa de los Servicios Secretos italianos, Elisabetta Belloni. Como llegó a decir Tortorolo: “sería una buena candidata aunque nos recuerde a Vladímir Putin (presidente ruso y exagente del KGB). ¡Ah, no! También a George Bush padre (expresidente estadounidense y exCIA)”.

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