Elecciones presidenciales en Francia

La decadente campaña de Hidalgo aboca al socialismo francés a una situación crítica

Los sondeos dan a la candidata del Partido Socialista en las presidenciales una intención de voto de entre el 2% y el 4%

La división de la izquierda, el legado de Hollande y su imagen demasiado parisina lastran las aspiraciones de la dirigente con raíces españolas

La socialista francesa Anne Hidalgo (centro), arropada por los presidentes Pedro Sánchez y António Costa

La socialista francesa Anne Hidalgo (centro), arropada por los presidentes Pedro Sánchez y António Costa / EFE

Enric Bonet

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A la socialista Anne Hidalgo se le está poniendo cara del personaje bíblico Job. Su campaña para las presidenciales francesas de abril se ha convertido en un camino de espinos. Una senda empinada y declinante que empuja al Partido Socialista (PS) hacia su peor resultado en la historia de la Quinta República.

Los últimos sondeos dan a la aspirante del PS unas intenciones de voto raquíticas (2%-4%). Cuando anunció sus ambiciones presidenciales en septiembre, a la alcaldesa socialista ya le esperaba una tarea ardua: lograr remontar el vuelo de la decadente socialdemocracia gala, cuyo candidato solo obtuvo el 6% de los sufragios en las presidenciales de 2017. Pero tras cinco meses de una campaña insípida y errática, los socialistas se encuentran en una situación crítica. Hasta el punto de que en las últimas semanas se acentuaron las tensiones internas entre el equipo de Hidalgo y la dirección del partido, acusada de planear una retirada de su candidatura para apoyar al verde Yannick Jadot o Christiane Taubira, la exministra de Justicia de François Hollande.

A “los profetas de la desgracia” que quieren “que nos resignemos ante las dificultades (…). Les digo: ¡ni en vuestros sueños!”, aseguró con rotundidad Hidalgo el pasado sábado en un mitin en Aubervilliers (nordeste de la periferia parisina), donde asistieron unas 1.000 personas. Impulsado como su primer gran acto de campaña en la capital francesa, fue un fiel reflejo del Titanic en que se ha convertido su candidatura. Decenas de sillas quedaron vacías. Y predominó un ambiente casi helado.

Riesgo de 'pasokización'


“No soñamos con que Hidalgo sea capaz de ganar las presidenciales. Pero no se trata solo de estos comicios, sino también de las legislativas (previstas para junio) y la presencia de la socialdemocracia en todas las instancias”, dijo a El Periódico Denis, de 70 años, que milita desde hace más de 50 años en las filas socialistas. Ante esta dinámica negativa, existe la tentación de echarse a un lado y apoyar al candidato de otro partido.

De esta forma, contribuir a remediar la fragmentación de la gauche, que cuenta actualmente con hasta ocho aspirantes al Elíseo. Pero esto supondría un hecho inédito desde 1965 en esta centenaria formación. Y podría favorecer su pasokización, tendencia declinante parecida a la de los socialdemócratas en Grecia.

"Todos se han puesto de acuerdo para apartarnos (…) y silbar el final del partido sin que ni siquiera haya empezado. (…) Sueñan con unas elecciones sin los socialistas", criticó Hidalgo en Aubervilliers. Dedicó buena parte de su discurso a defender la identidad socialista. Una estrategia de resistencia lógica ante estos momentos difíciles, pero que contrasta con la que utilizó para su reelección en las municipales de 2020. Entonces, se impuso con comodidad (48% de los votos) a través de una plataforma ciudadana, llamada París en Común -un guiño evidente a los comunes de Ada Colau-, en que los símbolos socialistas quedaron relegados en beneficio de lo verde.

Imagen demasiado parisina


Las dificultades actuales “no se deben tanto a la figura de Hidalgo, sino a los dirigentes del PS, incapaces de llevar a cabo una verdadera reflexión”, apunta el politólogo Jean Petaux. “Está pagando el precio del fracaso de los gobiernos socialistas entre 2012 y 2017. Ella no se ubica suficientemente en la franja izquierda del PS como para distanciarse de François Hollande y encarnar una renovación de la socialdemocracia”, sostiene Frédéric Sawicki, profesor de Ciencias Políticas en la Sorbona.

Tampoco le ayuda que “no es demasiado conocida más allá de París y su imagen de dirigente muy parisina y que está contra los coches”, añade este experto en la socialdemocracia. “Está habiendo un Hidalgo-bashing, un sexismo latente contra ella”, lamenta Gaston Laval, militante socialista, sobre la alcaldesa de la capital francesa que nació en San Fernando (Cádiz) en el seno de una familia republicana y emigró a Francia cuando era una niña.

Tras ser defenestrados del Elíseo, los socialistas se han dedicado a resistir a nivel local. Gobiernan en cinco regiones y en numerosas municipalidades, entre ellas París y Marsella, las dos principales ciudades del país. Sin embargo, han sido incapaces de remediar su declive en el tablero nacional. En las europeas de 2019 apenas obtuvieron el 6% de los votos. El número de militantes del partido se ha dividido por cinco desde 2016, pasando de 111.000 a solo 22.000 en el presente.

Posición errática sobre las primarias de la izquierda


Hidalgo presentó el 13 de enero su programa electoral, que incluye medidas claramente de izquierdas como un aumento del 15% del salario mínimo o la creación de un impuesto especial a los más ricos, destinado a financiar la lucha contra el cambio climático. Pero estas propuestas no parecen suficientes para seducir al electorado de los verdes o de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon. Ni tampoco a la franja de votantes progresistas que en 2017 resultaron claves en la victoria de Emmanuel Macron y ahora dudan en votarlo de nuevo tras un mandato en que predominaron las políticas de derechas.

También ha lastrado sus ambiciones su posición errática sobre la necesidad de organizar unas primarias de la izquierda. Tras haber propuesto a principios de diciembre una votación interna de este tipo, cambió de opinión un mes después, después de la negativa del verde Yannick Jadot de participar en ella. Entre este jueves y el domingo tendrá lugar finalmente la llamada “Primaria Popular”. Unas 467.000 personas se han inscrito en este extraño proceso en que se someterá a votación a los principales candidatos de la izquierda, aunque tres de ellos (Hidalgo, Jadot y Mélenchon) dijeron que no deseaban participar en él. La favorita es Taubira y un mal resultado de la alcaldesa de París aumentaría la presión para que abandone la carrera presidencial.

En medio de este panorama confuso, se multiplicaron en los últimos días los rumores de una posible candidatura de Hollande. Parece una hipótesis poco plausible, pero que refleja el hecho de que el PS acude a las presidenciales sin haber hecho los deberes. Y puede pagarlo con una debacle electoral.

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