Crisis en Downing Street

Boris Johnson prohibirá el alcohol en las oficinas del Gobierno

El primer ministro intenta atajar el escándalo causado por las fiestas en las que miembros del ejecutivo se saltaban las restricciones en plena pandemia

Una fiesta navideña en Downing Street pone contra las cuerdas a Boris Johnson

Una fiesta navideña en Downing Street pone contra las cuerdas a Boris Johnson

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El Gobierno británico prohibirá el consumo de alcohol en sus oficinas. Así lo ha anunciado este domingo el ejecutivo, en lo que es un claro intento del primer ministro Boris Johnson para atajar el escándalo causado por las fiestas que celebradas en Downing Street en plena pandemia.

El 'premier' intenta así restaurar una reputación duramente mermada por las revelaciones, que arrastra desde hace un mes. La prensa británica ha destapado estos días que Johnson y otros miembros del ejecutivo participaban en juergas con música y alcohol en las que no se respetaban las restricciones sanitarias impuestas por el propio Gobierno. Algunas de esas fiestas se celebraron en la residencia del primer ministro, que es también su lugar de trabajo.

El líder conservador, en la cuerda floja al ser acusado de "violar la ley", abordará la "cultura fiestera" del poder en Londres. Según ha avanzado el 'Sunday Times', Johnson anunciará varias medidas para maquillar el escándalo y lavar la cara de su Gobierno, entre las que se incluyen la prohibición del alcohol, así como la expulsión de varios funcionarios, aunque no se han dado más detalles.

Aunque Johnson ha pedido disculpas públicamente el escándalo no ha parado de crecer. Así, los medios destaparon que durante toda la pandemia el Gobierno ha celebrado encuentros para tomar las "copas de los viernes" a pesar de que las restricciones impuestas para frenar los contagios de covid-19 prohíben estrictamente este tipo de reuniones. Una de esas fiestas incluso se celebró en plena jornada de luto nacional por la muerte de Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II.

¿Dimisión a la vista?

"Puedo asegurar que el Primer Ministro está arrepentido y lamenta profundamente lo ocurrido", explicó el presidente del Partido Conservador, Oliver Dowden, en declaraciones a la BBC. El Gobierno ha encargado a la alta funcionaria Sue Grey liderar una investigación interna para esclarecer lo sucedido. Se espera que el informe sea publicado en los próximos quince días y sus conclusiones amenazan con sepultar a Johnson.

Los 'tories' han señalado que el primer ministro asumirá entonces "toda la responsabilidad". Algunos sectores del partido ya han cargado contra su líder e incluso seis de sus diputados ya han pedido abiertamente su dimisión. Muchos esperan a la publicación del informe para decidir qué hacer.

Este sábado hizo la oposición hizo lo propio. El líder laborista, Keir Starmer, acusó a Johnson de "infringir la ley" y exigió su marcha. "Ha degradado el cargo de primer ministro y ha perdido toda la autoridad, no sólo en su propio partido, sino en el país". El escándalo puede convertirse en un lastre mayúsculo para Johnson, que lucha por su supervivencia política. Las últimas encuestas ya señalan un importante retroceso de los conservadores del que se aprovechan los laboristas. Aún así, su destitución se antoja, cuanto menos, complicada. Para desencadenar una moción de censura y desbancar a Boris Johnson se necesitarían los votos de al menos 54 diputados tories.