Informe anual

Human Right Watch advierte de las amenazas a las democracias en el 2021

La fragilidad de algunas democracias de países en desarrollo, los abusos contra las libertades y la falta de solvencia ante la pandemia son algunos de los puntos principales del documento

La oenegé ha criticado la pasividad de la ONU ante la violación de derechos humanos en Rusia o China y el doble rasero estadounidense derivado de la venta de armas a países de Oriente Medio

Kenneth Roth

Kenneth Roth / periodico

Antonio Broto

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La mayor persecución a la disidencia en China, Rusia, Venezuela o Nicaragua, la caída de frágiles democracias en Birmania y Sudán, y los giros autocráticos en gobiernos de Brasil, Hungría o El Salvador son algunas de las tendencias denunciadas en el nuevo informe anual de Human Rights Watch (HRW), publicado este jueves. El documento de 700 páginas, que repasa la situación de la mayoría de los países del planeta en 2021, también destaca el deterioro de las libertades en países como Turquía, Tailandia o Egipto, las transferencias "no democráticas" de poder en Túnez o Chad, y los preocupantes abusos en Filipinas y la India. Pese a todo, subraya al comienzo del informe el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, "la demanda popular de democracia sigue siendo muy alta", como mostraron el pasado año las protestas en Cuba, o las que desafiaron los golpes militares en Birmania y Sudán.

El informe denuncia que en el segundo año de pandemia muchas dictaduras o líderes con tendencias autocráticas amenazaron, silenciaron o detuvieron a trabajadores sanitarios, periodistas y otras voces críticas con la respuesta de las autoridades a la crisis. Países como Egipto, la India, Hungría, México, Nicaragua o Venezuela fueron ejemplos de estas prácticas, mientras que en algunos casos "se usó la pandemia como pretexto para acabar con protestas contra el Gobierno mientras se permitían otras a su favor", como ocurrió en Rusia o en Cuba.

El informe denuncia el ataque de China a los últimos reductos de libertad en Hong Kong, donde el pasado año, tras unas primarias electorales en las que los candidatos cercanos a Pekín fueron derrotados, se tomaron medidas que "hicieron pedazos" el principio de "un país, dos sistemas", por el que el régimen comunista no imperaba en la excolonia británica. La imposición de una draconiana Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong "acabó completamente con las libertades políticas y permitió sólo a 'patriotas' aliados de Pekín presentar candidaturas", denunció Roth en el informe.

El silencio de la ONU

HRW ha lamentado asimismo la negativa de Naciones Unidas a condenar abiertamente a China por sus "crímenes contra la humanidad" contra la minoría musulmana uigur en Xinjiang, aunque celebró gestos como la primera protesta formal contra Pekín sobre estos hechos en el Consejo de Derechos Humanos, presentada por 44 países en su mayoría europeos.

Abusos en sistemas electorales ya antes frágiles se sufrieron en Rusia, donde el líder opositor Alexei Navalni fue condenado a prisión después de sobrevivir a un intento de envenenamiento, o en Nicaragua, donde todos los candidatos rivales de Daniel Ortega fueron detenidos antes de las elecciones de noviembre.

Roth subrayó en el inicio del informe que algunos dictadores "están tan decididos a continuar en el poder que no les importa llevar a sus países a catástrofes humanitarias", citando en este sentido a los presidentes de Siria, Bachar al Asad, y de Venezuela, Nicolás Maduro. El primero "ha bombardeado con ayuda rusa hospitales, escuelas, mercados y zonas residenciales", mientras el segundo "ha llevado a su país a una ruina marcada por hiperinflación, una economía destruida y millones de personas que han salido del país".

La ambigüedad de EE.UU.

En Estados Unidos se cumple un año de la Administración Biden, que prometió una política exterior guiada por los derechos humanos en contraste con la de Donald Trump, aunque HRW denuncia que Washington "continuó vendiendo armas a Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Israel pese a su continuada represión". La preocupación de la Casa Blanca por un flujo migratorio creciente llevó además a Biden a "tratar con deferencia al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pese a sus ataques a la prensa, al sistema judicial y su negacionismo respecto al covid", declaró el director ejecutivo de HRW.

"La defensa de los derechos humanos requiere no sólo combatir la represión de las dictaduras, sino también mejorar el liderazgo político en las democracias", concluyó el informe que criticó además la débil respuesta del "mundo libre" a desafíos como el cambio climático, la pobreza o las posibles amenazas que plantean las modernas tecnologías. Un signo de debilidad del bloque democrático denunciado por HRW fue la pasividad por parte de Occidente a la hora de que las vacunas llegaran rápidamente a países en desarrollo, "lo que se ha traducido en muertes innecesarias y un aumento del riesgo de que surjan variantes más resistentes".