Hungría celebrará elecciones legislativas el próximo 3 de abril

Hungría celebrará elecciones legislativas en próximo 3 de abril, según ha anunciado hoy el presidente del país Janos Ader. Los comicios suponen un nuevo desafío para el primer ministro Viktor Orbán que llega a esta cita aparentemente con menos garantías que las anteriores. Por primera vez desde que asumió el poder, en el 2010, el político nacionalista conservador y su partido Fidesz se enfrentarán a un frente unido de partidos de oposición. Se espera una reñida disputa, según indican los sondeos.

Estos comicios tienen también relevancia a nivel de la Unión Europea, ya que Orbán ha endurecido en estos últimos años su pulso con Bruselas, con choques claros en materia de defensa de los derechos de la comunidad LGTBI o política migratoria, entre otras cuestiones

La alianza opositora que intentará desbancar del poder a Orbán está formada por la Coalición Democrática, los socialistas, los liberales y el partido Jobbik, antes de extrema derecha y que ahora ha girado hacia el centro-derecha. Al frente de esta heterogénea alianza está Peter Marki-Zay, quien en 2018 logró ganar las elecciones municipales en la ciudad agrícola de Hodmezovasarhely, entonces en manos del Fidesz.

Desesperados por el cambio

Pese a que las encuestas aún sitúan al partido de Orbán ligeramente por delante de la alianza opositora, el Fidesz se arriesga a perder la mayoría de dos tercios que sí logró en las últimas tres elecciones. El Parlamento que salda de esas elecciones será el encargado de designar al nuevo primer ministro. Marki-Zay asegura tener la capacidad de unir a todos aquellos votantes que están desesperados por el cambio. Pero no va a tener fácil mantener la unidad de una coalición formada por seis partidos.

Coincidiendo con las elecciones legislativas, la ciudadanía húngara deberá de pronunciarse también en referéndum sobre la difusión de contenidos LGTBI en centros educativos. Los electores deberán responder a cuatro preguntas sobre la restricción de contenido LGTBI a menores de edad, con una batería de preguntas que aluden también a la supuesta promoción de los tratamientos de reasignación de género entre niños. El Gobierno ha apelado al derecho de los padres a decidir la educación de los hijos para justificar este tipo de medidas, pese al recelo mostrado desde Bruselas.