Emergencia sanitaria

La tramitación del nuevo pasaporte covid en Francia desata decenas de amenazas contra sus diputados

Más de medio centenar de legisladores han recibido mensajes intimidatorios o han sufrido actos vandálicos

La nueva ley que debate el Parlamento solo permitirá el acceso a lugares públicos con la vacunación completada

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francia / Christophe Petit Tesson / EFE

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La Asamblea Nacional francesa suspendió el lunes la tramitación del proyecto de ley que obligará a su ciudadanía a contar con un pasaporte de vacunación del covid-19 para acceder a lugares públicos como restaurantes y cines, una medida que dejará sin validez las pruebas PCR negativas que hasta ahora podían exhibir los franceses para entrar en los espacios públicos. El aplazamiento del debate es un revés para el Gobierno de coalición de Emmanuel Macron que, no obstante, confía en sacar adelante la ley antes del próximo 15 de enero, a pesar de la controversia que ha levantado y las amenazas recibidas por docenas de diputados franceses. De acuerdo con el Ministerio del Interior, 52 legisladores han recibido amenazas "inaceptables" en los últimos días.

Esas amenazas se han traducido en algunos casos en actos vandálicos, como el incendio que destruyó la semana pasada el garaje del diputado de En Marche, Pascal Bois, mientras los muros de su casa aparecían pintados con eslóganes hostiles. Otros han recibido mensajes anónimos a través de las redes o sus correos electrónicos, como le sucedió a la portavoz del partido Horizontes, Agnès Firmin Le Bodo, que ha hecho público un correo con amenazas para ser decapitada. "Ninguna amenaza dictará mi forma de votar", aseguró la diputada como respuesta. No muy distinto es el mensaje que recibió su correligionaria Naïma Moutchou. "Te dispararemos en tu casa y te cortaremos la cabeza", decía la misiva.

Más del 90% de la población vacunada

Ante la ola intimidatoria que recorre el país, presuntamente con origen en el movimiento antivacunas, Interior ha anunciado que reforzará la seguridad de los diputados. Francia tiene uno de los índices de vacunación más altos del mundo. El 91% de la población mayor de 12 años ha completado la pauta de inoculaciones, pero más de cuatro millones de franceses se resisten todavía a vacunarse contra el covid-19. Y es a ellos a los que va dirigida la nueva norma que respalda la mayoría de partidos de la Asamblea Nacional en plena efervescencia de la variante ómicron del virus.

"El objetivo de esta ley no es recortar las libertades, sino salvar vidas", afirmó el lunes el ministro de Sanidad, Oliver Veran, tras acusar de "egoísmo" a aquellos que se oponen a la vacunación. "Enarbolan elevados principios y dicen que están luchando por la libertad, pero su lucha es mezquina e ignora los principios elementales de nuestra convivencia como sociedad", añadió Veran.

La intención de su Gobierno pasaba por aprobar el lunes la nueva ley en la Asamblea Nacional para que pueda ser ratificada más tarde en el Senado. No esperaba, sin embargo, que la Cámara baja acabaría posponiendo esa primera votación. "Es una bofetada en la cara del Gobierno", dijo el diputado izquierdista y candidato a las presidenciales de abril, Jean-Luc Melenchon, quien ha afirmado que la ley que se está gestando en el Parlamento creará "una sociedad totalitaria y autoritaria".