Crisis del coronavirus

Francia avanza hacia la vacunación obligatoria a través del pasaporte de vacunación

El gobierno francés presenta en el consejo de ministros el proyecto de ley para que solo los vacunados dispongan del certificado sanitario

Descarta las restricciones más duras, aunque exigirá tres días de teletrabajo

A partir del 15 de enero los no vacunados no podrán acceder a cines, teatros, museos, transportes, cafés e instalaciones deportivas

Un punto de realización de pruebas PCR en Francia.

Un punto de realización de pruebas PCR en Francia. / EFE

Enric Bonet

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Olvidarse de las medidas más duras y resistir gracias a la vacunación a un nuevo invierno pandémico. El gobierno francés confirmó este lunes su apuesta por la dosis de refuerzo y una vacunación obligatoria de manera oficiosa como principales recetas ante la variante ómicron, muy contagiosa y que también transmiten las personas inmunizadas. Aprobó en el consejo de ministros el proyecto de ley para convertir el pase covid-19 en un pasaporte de vacunación. Es decir, únicamente dispondrán de este certificado aquellos con una pauta de vacunación completa.

Celebrada en medio de las vacaciones de Navidad, esta reunión del ejecutivo sirvió para acelerar la adopción del pasaporte de vacunación. Previsto inicialmente para finales del mes que viene, debería entrar en vigor el 15 de enero. A partir de entonces solo las personas vacunadas con dos dosis —o tres en el caso que hayan pasado siete meses desde la segunda — podrán ir a un bar, restaurante o participar en cualquier actividad cultural o deportiva en Francia. El pasaporte de vacunación “representa una forma camuflada de vacunación obligatoria”, reconoció el ministro de Sanidad francés, Oliver Véran.

Asumir restricciones

“No hay ninguna duda sobre la naturaleza de los ingresos hospitalarios. Hacemos todo lo posible para que los no vacunados asuman las restricciones”, aseguró esta tarde el primer ministro francés, Jean Castex, en una rueda de prensa posterior al consejo de ministros y a un consejo sanitario —el pequeño comité que decide las medidas sobre la pandemia en Francia— encabezado por el presidente Emmanuel Macron. El jefe del gobierno también anunció que solo se necesitarán tres meses respecto a la segunda dosis para recibir la inyección de refuerzo.

“Presentar un test (negativo) ya no será suficiente”, recordó Castex. Después de que el ejecutivo macronista anunciara el 17 de diciembre su voluntad de exigir este pasaporte de vacunación, aumentó ligeramente el número de franceses reacios a vacunarse que cambiaron de opinión. Las primeras dosis pasaron de unas 12.000 diarias a 26.000. Una dinámica insuficiente para corregir el principal punto débil de la campaña de vacunación en el país vecino: el 14% de los mayores de 80 años no están inmunizados.

Descarta de momento el toque de queda nocturno


Como sucede en el resto de Europa, Francia se confronta a un aumento fulgurante de los casos de coronavirus. A pesar de ello, el gobierno prefiere evitar las medidas más impopulares. De momento, ha descartado un nuevo confinamiento, el cierre de comercios (solo las discotecas están cerradas desde principios de diciembre) o el toque de queda nocturno, tampoco para Nochevieja. El presidente Emmanuel Macron y su entorno son conscientes del peligro político de recuperar las restricciones más duras cuando faltan menos de cuatro meses para unas ajustadas elecciones presidenciales.

No obstante, el ejecutivo anunció este lunes una serie de restricciones menores. La prohibición de los conciertos de pie, no se podrá consumir en las barras de los bares y la limitación de las reuniones públicas a 2.000 personas en espacios interiores y 5.000 en exteriores. Pero los mítines electorales no se verán afectados por esta medida. También pedirá a las empresas que respeten al menos tres días de teletrabajo cada semana en los sectores en que sea posible. Además, ha delegado en los prefectos (delegados del gobierno) y autoridades locales la reintroducción de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores.

Más 100.000 casos diarios


La irrupción de ómicron ha desembocado en cifras récord de contagios en el país vecino. El sábado se registraron más de 100.000 positivos, unos datos inéditos desde el inicio de la pandemia. Aunque Francia es el séptimo país de la Unión Europea con un mayor porcentaje de la población inmunizada —el 78% dispone de una pauta de vacunación completa—, la nueva ola ya se ve reflejada en un aumento de la presión sobre el sistema sanitario. Más de 17.000 enfermos del coronavirus están actualmente ingresados.

Además de una saturación de los hospitales, el ejecutivo centrista teme una ralentización económica en enero debido al “absentismo laboral” a causa de ómicron. Por este motivo, ha previsto aligerar las restricciones de los casos contacto de un positivo de la nueva variante. Hasta ahora se exigía una cuarentena, entre siete y 17 días, pero estas condiciones deberían flexibilizarse para los vacunados. La nueva cepa “representa un riesgo mayor de absentismo. Ya vemos un fuerte aumento de las bajas laborales”, declaró Véran. Una tendencia que podría dificultar tanto el funcionamiento de los hospitales como del conjunto de la economía.