Comicios en América Latina

Elecciones en Chile: así están las encuestas

El izquierdista Boric lidera los sondeos, aunque con un escaso margen, cercano al empate técnico

José Antonio Kast y Gabriel Boric, tras depositar su voto.

José Antonio Kast y Gabriel Boric, tras depositar su voto. / EFE

Europa Press

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Dos visiones completamente distintas de Chile se enfrentan este domingo en unas elecciones presidenciales que han sido calificadas como las más importantes desde la vuelta a la democracia en el país andino.

El izquierdista Gabriel Boric y el ultraderechista José Antonio Kast llegan a la cita habiendo moderado sus programas con respecto a la primera vuelta presidencial, en busca de ampliar su espectro de apoyos, pero sin renunciar a lo fundamental de sus respectivos proyectos para Chile.

Apenas dos puntos separaron ambos políticos hace un mes, en una cita inicial que ganó Kast con el 28% de los sufragios. Ahora es Boric quien lidera los sondeos, aunque con un escaso margen, cercano al empate técnico, en la mayoría de esas encuestas.

Boric propone subir impuestos a los ricos, poner las bases se un sistema de seguridad social, aumentar el salario mínimo, y reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, por ejemplo. Ha moderado, eso sí, algunos puntos de su programa, bajando el porcentaje de PIB necesario para llevar a cabo sus propuestas del 8% al 5%.

Además, también consiguió de cara a la segunda vuelta el apoyo de los partidos centroizquierdistas de la ex Concertación que gobernaron el país durante dos décadas tras el retorno a la democracia.

Un nuevo marco

Estos comicios presidenciales se celebran en un contexto inédito en el país. Los partidos políticos con representación parlamentaria aprobaron en 2019, para darle solución al estallido social, el inicio de un proceso constituyente, con la perspectiva de reemplazar la Carta Magna aprobada en 1980, durante la dictadura.

En mayo fueron elegidas las 155 personas que integrarían la Convención Constituyente. La izquierda barrió en esos comicios, al contrario que en noviembre, y tiene una amplia mayoría entre los redactores de la nueva Carta Magna.

"No es que los chilenos cambien de opinión de una elección a otra", expone Claudio Fuentes, analista de la Universidad Diego Portales. "En las elecciones a la Convención la derecha obtuvo poco más de un millón de votos. Es decir, la gente de derecha no fue a votar", ha explicado.

"En cambio, la gente de izquierda sí logró movilizarse para ese evento. Seis meses después, en las legislativas, lo que sucedió es que la derecha recuperó su capacidad de movilización electoral, que se acerca a tres millones de votos, y de ellos 1,9 millones se inclinaron por el segmento más conservador de la derecha", aclara el politólogo.

Los resultados de las presidenciales son también decisivas para el futuro de la Convención Constitucional, más cómoda con un Gobierno de Boric debido a la afinidad ideológica.

"Boric apoyará a la constituyente sin condiciones, mientras que es probable que Kast apoye por defecto, sin apoyar", explica Juan Pablo Luna, politólogo de la Universidad Católica de Chile.

"Es posible, eso sí, que también decida confrontar a la Convención desde la Presidencia. En el caso de que quede en la oposición será el líder de la opción del rechazo en el plebiscito de salida. El resultado de ese referéndum terminará dependiendo de quién sea electo en segunda vuelta y de la popularidad de ese presidente a mediados del año próximo", añade el analista.

Los indecisos y la cifra de participación decantarán el resultado final de una elección que ha dividido al país, y enfrentado a familias y grupos de amigos.

Chile es un país tradicionalmente abstencionista. En la primera vuelta apenas fueron a votar un 47% de los chilenos, cifra, eso sí, superior a la de otras citas presidenciales en las últimas décadas.

"Como la elección es competitiva, en teoría debería participar más gente. Los mayores niveles de polarización y el efecto que produjo en ambas candidaturas el resultado de primera vuelta podría estimular una mayor participación", comenta el analista Fuentes.

Existe cierto consenso académico, refutado, eso sí, por un sector de los politólogos, en que una mayor participación beneficia a Boric en unas elecciones que son también un plebiscito al neoliberalismo.