Inestabilidad política

Tercer canciller en Austria en menos de dos meses

El abandono de la política del excanciller Kurz, investigado por corrupción, precipita los cambios al frente del Gobierno

La crisis llega en pleno confinamiento por el repunte de covid y las protestas contra la vacunación obligatoria

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karl / Roland Schlager

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Austria busca un antídoto a su inestabilidad política. El Partido Popular Austriaco (ÖVP), al frente de la coalición que gobierna el país, ha designado al actual ministro del Interior, Karl Nehammer, para ser el próximo canciller federal y nuevo líder de la formación conservadora. La designación de Nehammer, un exmilitar de 49 años, se produce horas después de que el excanciller Sebastian Kurtz renunciase al liderazgo del partido y anunciase su abandono de la política. Kurz se vio obligado a dimitir como jefe del Gobierno el pasado 9 de octubre acorralado por un escándalo de corrupción. El movimiento sísmico provocado ahora por la retirada de Kurz ha precipitado los acontecimientos en el país alpino en plena crisis sanitaria y con su población confinada para frenar el aumento desbocado de casos de covid-19.

Nehammer sustituirá a Alexander Schallenberg al frente de la cancillería, siempre que su nominación sea avalada por el presidente Alexander Van der Bellen. "Fui designado hoy viernes por unanimidad de la dirección del ÖVP como presidente del partido y, por ello, como candidato al puesto de canciller", declaró el todavía ministro del Interior, adherido a la línea dura que abanderaba Kurtz en materia de inmigración. "Estoy muy agradecido, es un honor y un privilegio que no esperaba".

Su ascenso hasta la cúspide del Ejecutivo austriaco, donde el ÖVP gobierna en coalición junto a los Verdes, una fórmula hasta ahora insólita, se ha visto facilitado por la renuncia de Schallenberg a seguir al frente de la cancillería. Tras menos de dos meses en el cargo, el delfín de Kurtz afirmó que era importante que la persona que dirigiera el ÖVP fuera la misma que liderase el país. Schallenberg volverá ahora a ejercer como ministro de Exteriores, el cargo que ocupaba hasta que fuera puesto al frente del Gobierno. A estas dimisiones habría que añadir la del ministro de Finanzas, Gernot Blümel, anunciada también el jueves.

Escándalos de corrupción

Esta reacción en cadena es fruto de las turbulencias que persiguen al Partido Popular Austriaco desde que el carismático Kurz se hiciese con el poder a finales de 2017, convirtiéndose a sus entonces 31 años en uno de los líderes más jóvenes en tomar nunca el poder en Europa. Con su línea dura en inmigración y su hostilidad hacia el islam, Kurz logró aglutinar a distintos sectores de la sociedad austriaca, más allá del nicho tradicional de centro-derecha que ocupa su partido.

Pero las sospechas por corrupción acabaron erosionando el apoyo del pueblo austriaco. Su primer mandato terminó bruscamente en 2019, después de que el escándalo 'Ibizagate' tumbara su coalición con la extrema derecha del Partido de la Libertad (FPÖ) y le obligase a dimitir. En este segundo mandato ha sido un escándalo distinto, la investigación federal abierta contra Kurz y otras nueve personas por utilizar presuntamente fondos públicos para manipular las encuestas y ganarse los favores de un tabloide.

Vacunación obligatoria

"No soy un santo, pero tampoco soy un criminal", dijo esta semana Kurz al presentar su dimisión y anunciar que se retira de la política para pasar más tiempo con su familia. Su mandato también ha estado marcado por la gestión del covid y las reticencias de un porcentaje elevado de austriacos a vacunarse. El mes pasado, su sucesor en el cargo, Schallenberg, decretó la vacunación obligatoria a partir de febrero de 2022, haciendo de Austria el primer país occidental en obligar a la población a inmunizarse. Una medida que ha reactivado las protestas ciudadanas.