Crisis sanitaria global

El mundo se blinda contra la variante ómicron

Japón se suma a Israel y Marruecos en el veto a la entrada en el país a todos los extranjeros

Australia aplaza del 1 al 15 de diciembre la reapertura parcial a trabajadores extranjeros y estudiantes

Un viajero camina por la terminal de llegadas del aeropuerto de Soekarno Hatta, en Tangerang, cerca de Jakarta. El país ha cerrado los vuelos con Sudáfrica.

Un viajero camina por la terminal de llegadas del aeropuerto de Soekarno Hatta, en Tangerang, cerca de Jakarta. El país ha cerrado los vuelos con Sudáfrica. / WILLY KURNIAWAN

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El miedo a ómicron, la nueva variante del coronavirus catalogada como "preocupante" por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se está extendiendo por todo el planeta e impulsando a algunos gobiernos a cerrar de nuevo sus fronteras con la intención de evitar nuevos brotes y que se trunque la frágil recuperación económica. Una decisión muy criticada por los países del sur de África afectados por estos cierres, así como por Naciones Unidas.

En total, más de 30 países han impuesto algún tipo de restricción a los viajes. Japón se ha sumado este lunes a Israel y Marruecos y ha vetado la entrada en el país a todos los extranjeros. Australia ha decidido aplazar hasta el 15 de diciembre la reapertura parcial prevista a partir de este miércoles. También Arabia Saudí, Omán, Tailandia, Filipinas y Sri Lanka han comunicado en las últimas horas vetos a las llegadas desde varios países africanos, con Sudáfrica a la cabeza, país donde se detectó la nueva variante. Medidas similares ya se adoptaron a finales de la semana pasada por los países de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá. Los Veintisiete descartan, de momento, cerrar las fronteras interiores, según afirmó este lunes el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune. "Nuestra arma es el certificado sanitario", que ya es necesario para pasar de uno a otro país, subrayó Beaune. Y el presidente de EEUU, Joe Biden, pidió no entrar en "pánico", al tiempo que urgió a sus ciudadanos a ponerse la dosis de refuerzo.

Freno a la apertura asiática

La variante ómicron ha frenado la tendencia aperturista en Asia y devuelto la prioridad por proteger el fortín. Algunas medidas recientes que sugerían la salida del túnel se han cancelado o están en fase de estudio por la amenaza de la última variante detectada en África y que revela la fragilidad de la recuperación global, informa Adrián Foncillas.

Japón ha apostado este lunes por el blindaje preventivo. "Esta es una medida extraordinaria mientras investigamos más sobre la variante ómicron", justificaba esta mañana el primer ministro, Fumio Kishida. El país nipón acababa de anunciar que este martes bajará la persiana de nuevo a extranjeros, incluidos estudiantes y empresarios. La prohibición de entrada se había alargado durante más de un año y privado de público foráneo a los Juegos Olímpicos de Tokyo. Fue levantada finalmente a principios de mes y ha regresado apenas tres semanas después. La regulación aprobada esta mañana no afecta a nacionales ni extranjeros que ya contaban con la residencia pero sí prevé cuarentenas de dos semanas en instalaciones gestionadas por el Gobierno si llegan de 14 países en los que se ha detectado la nueva variante. Se desconoce si ha llegado ya a Japón. Las autoridades han informado de un positivo por covid en un viajero proveniente de Namibia pero serán necesarios dos días más para que el laboratorio identifique la variante. Kishida pedía sosiego recordando que el país, con el 76,5 % de la población inoculada, ha hecho los deberes de vacunación.

La variante también ha arruinado los planes de Filipinas. El país del sudeste asiático había anunciado la semana pasada que los turistas vacunados podrían entrar a partir del próximo mes. Apenas cuenta con un tercio de la población vacunada pero la caída de infecciones diarias a su nivel más bajo del año aconsejaba cierta flexibilidad en un cuadro económico calamitoso. El fin de semana, sin embargo, derogó la medida y sumó siete países europeos a la lista de africanos con los que había suspendido los vuelos. El cierre de fronteras, ordenado en marzo de 2020, ha reducido los ocho millones de turistas anuales a poco más de un millón y vaciado las paradisíacas playas de arenas blancas en las que confía Manila para cuadrar las cuentas.

Frenazo en Corea del Sur y Australia

Corea del Sur ha frenado la desescalada y anunciado medidas para el próximo mes. Se contempla la ampliación del número de camas de cuidados intensivos y la aceleración de la tercera dosis. También se estudia reducir el número de personas permitidas en reuniones. Su presidente, Moon Jae-in, ha descartado que regresen las restricciones más duras "porque el país no pude volver al pasado".

Las autoridades australianas han decidido aplazar la apertura de fronteras a trabajadores extranjeros y estudiantes tras el cuarto positivo detectado este lunes de la variante ómicron después de los dos del fin de semana. Estaba prevista que entrara en vigor el miércoles pero se ha retrasado al 15 de diciembre. Las estrictas medidas acordadas en Australia durante la pandemia explican su éxito, con menos de 2.000 muertos, pero la alta tasa de vacunación justificó el volantazo. Sídney y Melbourne, las principales ciudades, eximen de la cuarentena a visitantes vacunados desde principios de mes. Morrison no ha aclarado esta mañana si la nueva variante devolverá las cuarentenas. "No hay pruebas aún de que provoque una enfermedad más grave. De hecho, sugieren que es una forma más leve, especialmente para aquellos ya vacunados", ha declarado en la televisión.

Protesta africana

El bloqueo impuesto a los viajes de vuelos procedentes de países del sur de África ha provocado el rechazo de algunos de estos estados. El presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, ha acusado a los países occidentales de "afrofobia". A su vez, el jefe de la OMS en África, Matshidiso Moeti, ha urgido a seguir la ciencia en lugar de vetar vuelos. "Con la variante ómicron detectada en varias regiones del mundo, aplicar restricciones de viaje a África es un ataque a la solidaridad global", ha añadido. La víspera, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, exigió el "levantamiento inmediato y urgente" de las medidas al considerar que no tienen "justificación científica" y que se trata de una "discriminación injusta". "La única cosa que hará la prohibición es dañar aún más las economías de los países afectados y menoscabará su capacidad para responder y recuperarse de la pandemia", añadió.

El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró estar "profundamente preocupado por el aislamiento de los países del sur de África". Por contra, criticó el desigual reparto de vacunas en el mundo y concretamente el bajo nivel de vacunaciones en el continente africano, "caldo de cultivo de las variantes". "Las naciones de África no pueden cargar con la culpa del nivel inmoralmente bajo de vacunas disponibles en África, ni deben ser penalizadas por identificar y compartir información científica y de salud crucial para el mundo", dijo Guterres, en referencia a la alerta temprana lanzada por el gobierno de Sudáfrica al detectar la nueva variante del virus.