Hospitales desbordados

Scholz creará un comité de crisis permanente para frenar el avance del covid

La incidencia acumulada en una semana se ha colocado por encima de los 400 casos por cada 100.000 habitantes, el nivel más alto desde el inicio de la pandemia

Una mujer pasa frente a un centro de realización de test de coronavirus en Berlín (Alemania)

Una mujer pasa frente a un centro de realización de test de coronavirus en Berlín (Alemania) / EFE / FILIP SINGER

Andreu Jerez

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Paralelamente a la presentación del acuerdo para una coalición semáforo, el otro asunto que ocupa a Alemania es la pandemia, que sigue desbocada. El Instituto Robert Koch (RKI, en sus siglas en alemán) anunció este miércoles más de 66.000 nuevas infecciones por coronavirus en las últimas 24 horas, un nuevo récord. Ello coloca la incidencia acumulada en una semana por encima de los 400 casos por cada 100.000 habitantes, el nivel más alto desde el inicio de la pandemia. Además, el RKI reportó 335 muertes relacionadas con el coronavirus. Alemania ya roza los 100.000 fallecimientos a causa del Covid-19.

Ante esta situación, Olaf Scholz ha especificado que si es finalmente investido canciller por el Bundestag a lo largo de la segunda semana de diciembre, el primer problema que enfrentará su Gobierno será tomar medidas para frenar el aumento de infecciones. Durante la presentación del acuerdo con verdes y liberales, Scholz ha anunciado la creación de un comité de crisis permanente conformado por el Gobierno federal y los ejecutivos de los 16 estados federados.

Además, los partidos de la futura coalición semáforo quieren destinar 1.000 millones de euros en bonificaciones salariales para enfermeros y trabajadores de la sanidad, un sector que arrastra desde hace tiempo carestía de personal por las duras condiciones laborales y los salarios relativamente bajos.

Situación crítica

La situación sigue siendo especialmente complicada en el sureste del país. En el estado federado de Sajonia, por ejemplo, la incidencia acumulada está en 935 casos por cada 100.000 habitantes, en Turingia, en 720 y en Baviera, en 644. El porcentaje de vacunación en estos tres estados se mueve entre el 57% y el 66%, por debajo de la media alemana y europea. Y a pesar de que las autoridades sanitarias no se cansan de repetir que existe una correlación entre la cuota de inmunización y la incidencia y la presión hospitalaria, la vacunación sigue sin avanzar como querría el gobierno. El RKI anunció que más de 600.000 personas se vacunaron el pasado martes –casi medio millón con terceras vacunas, 80.000 con primeras dosis y 56.000 con segundas dosis–.

Poco más del 78% de la población mayor de edad tiene la pauta completa en Alemania, según datos monitoreados por el RKI. Algunos políticos, como el primer ministro bávaro, el socialcristiano Markus Söder, ya ha puesto encima de la mesa el debate sobre la vacunación obligatoria como la que se introducirá en Austria a partir del próximo 1 de febrero. De momento, el ministerio de Defensa ya ha anunciado una vacunación obligatoria para todos los soldados del ejército alemán.

La situación en las unidades de cuidados intensivos es cada vez más complicada en Turingia, Sajonia, Berlín, Baviera y Brandeburgo. Según informó este miércoles la Organización de Médicos de Cuidados Intensivos de Alemania, los gobiernos de esos cinco estados federados ya han pedido oficialmente el traslado de pacientes a hospitales de otras partes del país donde la presión sanitaria es menor. Y el invierno sólo acaba de empezar. El personal médico no sólo alerta de la falta de camas de UCI, sino también de personal sanitario.