Drama migratorio en Europa

Así funciona la red de tráfico de personas diseñada por Lukashenko para llevar inmigrantes a la UE

Los inmigrantes pagan como mínimo 3.000 dólares a oscuras agencias de viaje por un paquete "turístico" que incluye visado, hotel y traslado a la frontera

Dirigentes europeos acusan a familiares del presidente de controlar este negocio, y amenazan con sancionar a las aerolíneas que colaboran en la operación

Una familia kurda procedente de la ciudad iraquí de Duhok espera cerca de Narewka (Polonia), cerca de la frontera entre Polonia y Bielorrusia.

Una familia kurda procedente de la ciudad iraquí de Duhok espera cerca de Narewka (Polonia), cerca de la frontera entre Polonia y Bielorrusia. / AFP / WOJTEK RADWANSKI

Marc Marginedas

Marc Marginedas

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La singladura de Goran Ali hasta la frontera entre Bielorrusia y Polonia se inició hace unas semanas en Kirkuk, en el norte de Irak. Contactó con una de la infinidad de agencias de viajes locales que desde finales de la primavera ofrecen unos sorprendentes "paquetes turísticos", con todo tipo de facilidades, hacia Bielorrusia, un país que nunca había sido un destino preferente para visitantes procedentes de la nación árabe. Desde su localidad de residencia viajó por carretera a Estambul, donde recibió, sin ninguna traba, en el consulado de Bielorrusia, un visado de turista con destino al país eslavo.

Después, desde la capital económica turca, voló hasta Minsk, y una vez allí, se alojó en un hotel durante 10 días. Finalizado ese tiempo, tomó un taxi junto con otros cuatro compañeros y se dirigió hacia la frontera, la etapa más complicada y peligrosa del viaje, algo similar a lo que se convirtió en la crisis de refugiados de 2015 el paso del mar Egeo, entre Turquía y Grecia, donde murieron decenas de personas.

"En total, he pagado 2.500 dólares", admite Goran a EL PERIÓDICO en un albergue caritativo polaco donde ha sido acogido. Toda una fortuna para su bolsillo y una cifra en ningún caso justificable, a priori, por los gastos del viaje: el visado tan solo debería costar unas decenas de dólares, un hotel en Minsk, una cantidad similar, mientras que un billete de avión entre Turquía y Bielorrusia, en condiciones normales, ascendería como mucho a 150 y 200 euros. Los intermediarios que participaron en la organización de su viaje, según Goran, eran de nacionalidad "iraquí, turca y bielorrusa". Lo más probable es que Polonia acabe rechazando su solicitud de asilo, ya que procede de Irak y no de Siria, un país considerado en guerra. En ese caso, habría perdido para siempre ese dinero.

En el caso de Ahmed, la escala turca fue sustituida por un vuelo desde Dubái a Minsk, a bordo de un avión de FlyDubai, una compañía aérea de bajo coste de los Emiratos. Este jurista sirio asegura haber desembolsado "unos 3.000 dólares", una cifra que supera de largo unos gastos de viaje que, sobre el papel, deberían ser solo un poco superiores a los de Goran. Aunque se siente engañado, Ahmed evita también dar nombres o detalles sobre los individuos o instituciones que participaron en su traslado. Solo insiste en que si hubiera sabido las dificultades y los peligros del viaje, jamás lo habría emprendido.

Aunque ninguno de los dos admite haber sido ayudado por los militares bielorrusos en el momento de cruzar la frontera, en las redes circulan fotografías de guardias fronterizos bielorrusos con enormes tenazas para cortar las alambradas que separan la demarcación, o traslados de migrantes bajo la vigilancia de efectivos de las fuerzas de seguridad de ese país.

Operación de Lukashenko

La UE está convencida de que esta nueva crisis migratoria no es más que una operación diseñada por el régimen de Aleksándr Lukashenko para desestabilizar a la Unión. Más aún. En esta supuesta red de tráfico humano organizada por el Gobierno de Minsk, sería el propio entorno del dictador bielorruso el que se estaría beneficiando de los ingentes beneficios económicos que generan los sobrecostes cobrados a los inmigrantes. Clement Bon, secretario de Estado para Asuntos Europeos del Gobierno de Francia, ha acusado recientemente a "familiares de Lukashenko" de hallarse al frente del dispositivo y lucrarse con él, aunque evitó mencionarlos por su nombre.

Precisamente, las sanciones que los Veintisiete prevén aprobar en breve afectan a entidades y aerolíneas que colaboran con el traslado, y podrían incluir a compañías tan conocidas en territorio europeo como Turkish Airlines o FlyDubai, además de los miembros del entorno del presidente bielorruso que se estarían llenando los bolsillos con la operación.

Nicolás de Pedro, experto en amenazas híbridas, Rusia y desinformación del londinense Institute for Statecraft establece un paralelismo entre la actual crisis y anteriores ocasiones en que países vecinos de la UE, como Turquía o Marruecos, utilizaron a la inmigración como arma arrojadiza contra la Unión, aunque cree que éste "es un caso más grave" y constituye por sus circunstancias un mayor desafío a la UE. Erdogan o Mohamed VI "se limitaron a abrir las fronteras y a permitir el paso", mientras que Lukashenko "trae a inmigrantes a su territorio en un puente aéreo y mediante una compleja operación logística", asegura telefónicamente a EL PERIÓDICO.

La sombra de Rusia

Muchos académicos y responsables políticos de EEUU y la UE vislumbran en la actual crisis la sombra de Rusia, un país acusado de forma reiterada en los últimos años de lanzar campañas de desestabilización e injerencia en Occidente y único aliado que le queda en el mundo al presidente bielorruso. Con una satisfacción indisimulada, los responsables políticos en Moscú han reaccionado a los acontecimientos, respaldando sin fisuras a Lukashenko y exigiendo incluso a los responsables europeos que concedan el mismo trato que le dieron en su día a Ankara, ofreciendo a Minsk contrapartidas económicas a cambio de mantener a los aspirantes a refugiado en su territorio. "¿Por qué no es posible ayudar a los bielorrusos de la misma forma?", se ha preguntadi el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

Su portavoz, Maria Zajárova, ha cargado con fuerza contra Polonia, recordando que fue de los pocos países que apoyaron en 2003 la ocupación de Irak por la alianza anglonorteamericana. En opinión del analista De Pedro, "estas declaraciones demuestran de forma clara el beneplácito de Moscú" ante lo que está sucediendo, al tiempo que "siembran la discordia en la UE proporcionando" a aquellos sectores de la opinión pública europea que se opusieron en 2003 a la guerra de Irak "elementos para atacar a Varsovia" .

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