Cita con las urnas

Ortega se asegura la reelección en Nicaragua tras reprimir a sus rivales

Diez opositores están encarcelados, en el exilio, inhabilitados o han sido conminados a abandonar la carrera electoral

La Unión Europea ha calificado de "farsa" los comicios de este domingo

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, en un acto en Managua.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, en un acto en Managua. / JORGE TORRES

Abel Gilbert

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Los nicaragüenses se ven obligados a transitar este domingo la distancia que existe entre votar y elegir. Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, tienen la victoria asegurada en las urnas, entre otras razones porque compiten contra una serie de partidos menores que funcionan como actores de reparto de una película con final feliz para el matrimonio en el poder desde 2007. La disputa entre el Frente Sandinista de Liberación (FSLN) y los candidatos de los partidos Liberal Independiente (PLI), Liberal Constitucionalista (PLC), las alianzas Liberal Nicaragüense (ALN) y Por la República (Apre), el Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), y Yatama (Hijos de la madre tierra, según la lengua miskita) no genera ninguna expectativa porque el resultado se sabe de antemano.

Una situación de esa naturaleza no ocurría en la región desde los tiempos de la dictadura del general Alfredo Stroessner en Paraguay (1954-1989). Una parte importante de la comunidad internacional ha calificado de ilegítima la contienda. La razón obedece a que 10 posibles rivales de la pareja presidencial se encuentran entre rejas, en el exilio, inhabilitados bajo cargos de "golpistas" y lavadores de dinero, o han sido conminados a abandonar la carrera electoral. La campaña se ha convertido, en este contexto, en una carrera de Ortega contra su propia sombra.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) han remarcado de manera conjunta que las elecciones se realizarán con evidente "falta de garantías y libertades". A su vez, han reclamado el restablecimiento del Estado de derecho y que salgan de la cárcel "todas las personas detenidas arbitrariamente". Los comicios se han desnaturalizado por la falta de "libertades fundamentales". A juicio de la CIDH, Ortega y Murillo buscan "perpetuarse" en el poder de un país donde "todos los poderes están alineados con el Ejecutivo". En un tono similar se ha pronunciado el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell. Las elecciones, ha remarcado, son una "completa farsa" y "no se puede esperar que este proceso arroje un resultado legítimo". La situación en Nicaragua, ha subrayado, es "una de las más graves que hay en la actualidad" en América Latina.

Una crisis que no cesa

Ortega ha convertido al FSLN es una sigla vaciada de contenido histórico. Ha perseguido a algunos de los hombres y mujeres con los que encabezó la revolución de 1979, entre ellos quien fuera su vicepresidente, Sergio Ramírez. El estallido social de 2018, con más de 300 muertos, supuso, además, un giro represivo que no ha cesado. Ortega ha cortado amarras con los empresarios, que habían sido sus aliados, e importantes sectores de la Iglesia. Ha dejado a los diarios sin papel y perseguido a numerosos periodistas.

"Unidos por la prosperidad", fue el lema del FSLN, de cara a la campaña más insólita de la Nicaragua moderna. Ortega ha prometido el oro y el moro. Los augurios de bonanzas han llegado a través de las redes sociales y a los teléfonos móviles. Meta, la empresa dueña de Facebook, ha asegurado haber eliminado 937 cuentas falsas en esa plataforma.

A diferencia de las elecciones precedentes, la del domingo incorpora una novedad sin precedentes. Ortega ha asegurado que su esposa será, a partir de la nueva legislatura, tan importante como él y tendrá, en consecuencia, un cargo inexistente. "Aquí tenemos dos presidentes porque respetamos el principio de 50-50, o sea aquí tenemos una copresidencia con la compañera Rosario", explicó el excomandante guerrillero devenido autócrata, durante uno de sus últimos actos de campaña. Murillo, 'La Chayo', aceptó con una sonrisa el informal nombramiento. La vicepresidenta ha redoblado durante las últimas semanas sus intervenciones mediáticas en favor del proyecto matrimonial. De acuerdo con una encuesta realizada por Gallup, el 59% de los nicaragüenses nunca escucha sus monólogos, emitidos de lunes a viernes al mediodía a través los medios oficialistas.

Parte de la oposición ya piensa en el "día después" de las elecciones. Estados Unidos ha empezado a conversar con algunos países de la región para redoblar la presión sobre Ortega, aseguró hace unos días el responsable de Centroamérica del Departamento de Estado, Patrick Ventrell. Washington, añadió, quiere resolver la crisis de "forma multilateral". Al escucharlo, el presidente exhumó su repertorio de consignas antimperialistas. Como era de esperar, Murillo le aplaudió.

"Cóctel de censura" contra la prensa

Una de las peculiaridades de las elecciones nicaragüenses está relacionada con el hostigamiento estatal a los medios de comunicación. Juan Lorenzo Holmann, el gerente general de 'La Prensa', está cumpliendo tres meses de arresto. Las instalaciones del principal diario de ese país se encuentran intervenidas. 'La Prensa' solo circula digitalmente. 'El Nuevo Diario' ha dejado de estar en la calle después de 40 años. La revista 'Confidencial' y 100% Noticias son otros medios cuyas oficinas quedaron en poder del Estado desde 2018.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado "la constante persecución oficial a la prensa en Nicaragua". Reporteros Sin Fronteras (RSF) considera que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo han preparado, especialmente desde el estallido social de hace tres años, un "cóctel de censura" contra los medios de comunicación independientes.

En la noche del 21 de abril de 2018, el periodista 'free lance' Ángel Gahona recibió un disparo letal en el municipio de Bluefields durante una transmisión en Facebook Live cuando informaba sobre un enfrentamiento entre la policía antidisturbios y los manifestantes. Durante los dos últimos dos años, RSF ha contabilizado 36 tipos de acoso, amenaza, censura, acoso judicial y encarcelamiento de profesionales. Una parte importante de ellos se ha tenido que exiliar. En vísperas de la contienda, distintos colectivos de periodistas han expresado su inquietud por el aumento de la censura y las limitaciones para el ejercicio de la profesión.