Tensión en África

Al menos tres muertos en las masivas manifestaciones en Sudán contra el golpe de estado

La asonada ha sepultado las esperanzas de unas elecciones libres a finales de 2023 y lleva al país de nuevo a un peligroso limbo

Manifestantes prodemocráticos protestan contra el golpe de Estado en Jartum (Sudán).

Manifestantes prodemocráticos protestan contra el golpe de Estado en Jartum (Sudán). / AFP

EFE

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Miles de sudaneses han protestado el sábado en las calles para pedir un retorno a la vía democrática tras el golpe de estado llevado a cabo el lunes por el general golpista Abdel Fattah al Burhan, que se vio seguido de una cruenta represión que ya ha dejado al menos 11 muertos y decenas de heridos. Este sábado, al menos tres manifestantes han muerto a manos de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Omdurmán, situada frente a la capital, Jartum, según anunció en Twitter un sindicato de médicos prodemocracia.

La protesta, celebrada en Jartum y otros puntos del país, estuvo marcada por las consignas contra el Ejército, que patrullaba la capital, cortaba puentes y registraba vehículos y a los transeúntes. "Queremos un régimen civil y no aceptaremos la repartición de poder con los militares, tiene que ser 100% civil", dijo a la AFP Hashem al-Tayeb, un manifestante en el sur de Jartum.

La respuesta del Ejército será vigilada por el mundo entero, advirtió un alto responsable estadounidense. "Será una verdadera prueba de las intenciones de los militares", alertó. El riesgo de un nuevo baño de sangre en este país diezmado por los conflictos no menoscaba la determinación de los manifestantes, aseguró a AFP la militante prodemocracia Tahani Abbas.

"Los militares no nos dirigirán, aquí dejamos nuestro mensaje", agregó. Para ella y muchos de los presentes, esta protesta, llamada "manifestación del millón" de personas, no es más que "un primer paso".

En un país dirigido casi sin interrupción por los militares en sus 65 años de independencia, la calle decidió levantarse ante el general Burhan, que disolvió el lunes las instituciones del Gobierno de transición y arrestó a la mayoría de líderes civiles.

"No hay vuelta atrás"

"No al régimen militar", "no volveremos a la lista (estadounidense) de países que apoyan el terrorismo", clamaban los manifestantes, preocupados ante la posibilidad de ver de nuevo a Sudán en la lista 'negra' de Estados Unidos, en la que figuraban hasta 2020 y que les ocasionó severas sanciones financieras durante años.

Tras el golpe, Estados Unidos y el Banco Mundial frenaron su ayuda, vital para un país sumido en una inflación galopante y una pobreza endémica. La Unión Africana suspendió a Sudán y el Consejo de Seguridad de la ONU exige el regreso de los civiles al poder.

Para los manifestantes, "no hay vuelta atrás posible" tras la revuelta que tumbó en 2019 al dictador Omar al Bashir, un general que llegó al poder gracias a otro golpe, hace 30 años. Derrocarlo tuvo un alto precio: seis meses de movilización y más de 250 muertos.

"Desobediencia civil"

Desde el lunes, muchos sudaneses declararon "desobediencia civil" y se protegen tras las barricadas de las balas reales o de goma y los gases lacrimógenos de las fuerzas de seguridad.

Jibril Ibrahim, ministro de Finanzas que había apoyado la sentada pro-Ejército antes del golpe de Estado, ya advirtió a los manifestantes que "destruir los bienes públicos no es una manifestación pacífica", en un mensaje Twitter. "Los golpistas intentan perpetrar actos de sabotaje buscando un pretexto para desencadenar la violencia", dijo por su parte el portavoz del Gobierno derrocado en Facebook, que apoya el retorno de los civiles al poder.

"Los dirigentes militares no deben equivocarse: el mundo los mira y no tolerará más sangre", avisó Amnistía Internacional. El sábado, nuevamente, el emisario británico Robert Fairweather exhortó a las fuerzas de seguridad sudanesas a "respetar la libertad y el derecho de expresión". El secretario general de la ONU Antonio Guterres instó "a los militares a hacer gala de moderación y a no causar más víctimas".

Sanciones internacionales

El golpe sepultó las esperanzas de unas elecciones libres a finales de 2023 y llevó al país de nuevo a un peligroso limbo. Casi la totalidad de dirigentes civiles, que integraban junto a los militares las instituciones de la transición ahora disueltas, están todavía detenidos o en arresto domiciliario.

Hace nueve días, decenas de miles de sudaneses habían marchado al grito de "Burhan, deja el poder", una manifestación que probablemente precipitó la maniobra del Ejército. El general golpista asegura que no ha dado un golpe sino que ha actuado para "evitar una guerra civil" y para "rectificar el rumbo de la transición sudanesa".