Golpe de Estado en África

El Ejército cierra los aeropuertos y bloquea las comunicaciones e internet en Sudán

Varios embajadores europeos visitan en su domicilio al primer ministro, Abdalla Hamdok, y reclaman la "plena restauración de la libertad"

Sudán

Sudán / AFP

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El Ejecutivo sudanés, que se encuentra cesado de sus funciones por los militares golpistas, anunció en un comunicado emitido a última hora del miércoles que el Ejército ha bloqueado todo tipo de comunicaciones así como el tránsito internacional de personas. "Los líderes golpistas han recurrido a aislar Sudán internacionalmente al cerrar los aeropuertos y los servicios de transporte aéreo, además de imponer un bloqueo de información al deshabilitar el acceso a las comunicaciones y los servicios de internet a todo el pueblo sudanés para ocultar los graves crímenes y violaciones que han estado cometiendo constantemente contra manifestantes civiles en todas las ciudades y aldeas de Sudán", reza el documento.

Ante este clima de crispación, varios embajadores de la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y Naciones Unidas se reunieron la madrugada del jueves con Hamdok, que sigue bajo arresto domiciliario, y reclamaron la "plena restauración de la libertad". Asimismo, apuntaron que el máximo mandatario sudanés se encuentra "en buen estado de salud".

Los organismos internacionales ya empiezan a tomar cartas en el conflicto, muestra de ello es la congelación de la ayuda por parte de Estados Unidos y el Banco Mundial, mientras que la Unión Africana suspendió la participación de Sudán en dicha organización.

Siete civiles fallecidos

El número de manifestantes fallecidos tras el inicio de las revueltas ya ha ascendido a siete según indicó a medios internacionales el jefe de medicina legal, Hicham Faquiri. Igualmente añadió que "varios cuerpos fueron llevados a la morgue en los días siguientes, y presentaban señales de violentas heridas realizadas con objetos contundentes", sin poder dar una cifra.

Por otro lado, el líder militar que encabeza el golpe de Estado, el general Abdelfattah al Burhan, defendió el martes la asonada declarando que las fuerzas políticas "querían monopolizar" la transición, tras varias semanas de tensiones y acusaciones entre civiles y militares, antes de prometer que el Ejército "no interferirá" en la formación del nuevo Ejecutivo.

No obstante, el Gobierno de Hamdok se mantiene firme ante las amenazas de los militares e hizo hincapié en que "los líderes golpistas no tienen otra opción que sucumbir ante la voz del pueblo, liberar a todos los presos políticos y entregar el poder inmediatamente".