Compromiso climático en las antípodas

Australia se compromete a tener emisiones cero en 2050, pero rechaza reducir el objetivo de 2030

El primer ministro declara que lo hará "a través de tecnología y no a través de los impuestos", invirtiendo en hidrógeno y en energía solar

La oposición critica el poco detalle del ambicioso plan del dirigente conservador

Scott Morrison, primer ministro australiano

Scott Morrison, primer ministro australiano / EFE / MICK TSIKAS

EFE

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El Gobierno de Australia, uno de los principales exportadores de carbón y emisores de gases contaminantes del mundo se ha comprometido a alcanzar el objetivo de emisiones neutras de carbono para el año 2050. Su primer ministro, Scott Morrison, lo ha anunciado este martes de cara al COP26, la cumbre internacional que tendrá lugar en la cuidad escocesa de Glasgow del 1 al 12 de noviembre.

"Los australianos quieren un plan para 2050 sobre emisiones netas neutras que sea correcto en materia de cambio climático y asegure su futuro en un mundo cambiante. También quieren un plan que sea justo y práctico", ha indicado Morrison en un artículo de opinión publicado en los diarios del grupo News. Sin embargo, el máximo mandatario australiano ha dejado claro que no modificará su meta de reducción de emisiones contaminantes para el 2030, argumentando que alcanzaron su "objetivo de reducción de emisiones para 2020" y están "en camino de cumplir el objetivo para 2030". Igualmente, ha subrayado que están por delante países como "Nueva Zelanda, Canadá, Japón y Estados Unidos" en la carrera por reducir las emisiones de carbono.

El anuncio de este martes llega tras una fuerte presión internacional y de varios sectores del país oceánico sobre Morrison, quien ha salido al paso para enfatizar que este esperado compromiso "a la australiana" no será respaldado por una legislación que le obligue a cumplirlo.

Sin detalles

En una rueda de prensa en Canberra en la que ha presentado el plan, el dirigente australiano ha explicado que no alcanzará el objetivo de emisiones neutras mediante subidas de impuestos, sino a través de inversiones en tecnologías de baja energía como el hidrógeno y la solar de bajo coste, a la vez que apoyará a industrias pesadas como la minería para que sigan siendo competitivas. Ha señalado que "no costará puestos de trabajo, ni en la agricultura, ni en la minería ni en el gas". No obstante, Morrison, quien en 2017 defendió a la industria del carbón llevando una pieza del mismo al Parlamento de Canberra diciendo "no tengan miedo", no dio detalles de cómo alcanzar este objetivo.

Las emisiones neutras se apoyarán en un plan de inversiones hasta el 2030 de unos 14.998 millones de dólares (12.924 millones de euros) en tecnologías de bajas emisiones como el hidrógeno verde, así como el secuestro del carbono en el suelo o en otras propuestas innovadoras que aún no han sido desarrolladas.

El objetivo es reducir un 40% las emisiones en virtud de su hoja de ruta de inversión tecnológica, un 15% por las tendencias tecnológicas globales, otro tanto por avances tecnológicos, y entre un 10% y un 20% por las compensaciones internacionales y nacionales.

"He visto más detalles en una galleta de la fortuna", ha criticado Chris Bowen, portavoz de Energía del opositor Partido Laborista, que considera que es una propuesta de último minuto para salvar la imagen de Australia en la COP26.

El reto climático australiano

El plan del primer ministro no parece suficiente, a ojos de los expertos. La semana pasada, el informe 'De París a Glasgow: Un mundo en movimiento' del Consejo del Clima, una organización independiente de expertos australianos, señaló que aunque el país oceánico logre la neutralidad de emisiones para el 2050 aún seguiría a la zaga, a menos de que se asegure de reducirlas más antes del 2030.

El informe del Consejo del Clima recomendó que Australia, que tiene como estrellas exportadoras al carbón y al gas, reduzca sus emisiones contaminantes en un 75% para esa fecha y que el país oceánico alcance las emisiones netas neutras para el 2035.