La pandemia en las antípodas

Melbourne vuelve a brillar: punto final a un confinamiento de ocho meses

 Los cinco millones de habitantes de la ciudad australiana han pasado más de 260 días encerrados en sus casas con interrupciones

Las autoridades de Victoria alertan a los hospitales de que pueden sufrir una "presión intensa" por la decisión de reabrir

Los residentes de Melbourne acudieron en masa a los pubs, restaurantes y peluquerías de la ciudad en las primeras horas del viernes

Los residentes de Melbourne acudieron en masa a los pubs, restaurantes y peluquerías de la ciudad en las primeras horas del viernes / Los residentes de Melbourne acudieron en masa a los pubs, restaurantes y peluquerías de la ciudad en las primeras horas del viernes

France Press

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Melbourne ha levantado este viernes gran parte de las restricciones impuestas a causa del covid, poniendo fin a uno de los confinamientos más largos del mundo, durante el cual sus habitantes han tenido que pasar más de 260 días recluidos de forma intermitente -ocho meses- en sus hogares. Actualmente, con un 70% de la población vacunada, gran parte de las restricciones iniciadas con el sexto confinamiento se han levantado.

La ciudad australiana rebosa optimismo, como ha indicado el dirigente del estado de Victoria, Dan Andrews: "Estoy orgulloso, realmente orgulloso de este estado", insistió, animando a sus ciudadanos a "salir" y "cortarse el pelo, pedir comida o invitar a una copa a un amigo".

Melbourne, una ciudad que siempre se ha caracterizado por su gran actividad artística, cultural y su ocio nocturno, había dejado de brillar tras un total de seis confinamientos desde el estallido dela pandemia. El último empezó el 5 de agosto. Durante 2021, ha perdido el aura de mejor ciudad para vivir en Australia por las violentas protestas contra las restricciones y la huida de residentes a otras ciudades libres de covid.

Vuelta al trabajo

El fin del confinamiento supone una bocanada de aire fresco para los propietarios de bares, restaurantes, salones de estética y peluquerías, que celebran el retorno de los clientes y la reactivación de sus negocios. "La gente se ha vuelto loca para intentar reservar y piden, por favor, si les podemos hacer un hueco'", declara Marcela Rodríguez, cofundadora del restaurante Vamos Fitzroy en el barrio latino de Melbourne. Tanto es así, que algunas peluquerías de la ciudad han registrado colas desde las 4.30 de la mañana de ciudadanos ansioso por conseguir un corte de pelo.

"Estamos esperando para empezar a celebrarlo bien. Nos vamos a volver locos", explica a periodistas internacionales George, propietario de un café que llevaba tanto tiempo sin ver a sus amigos que se había "olvidado qué pinta tenían". Esta noche los habitantes ya no tendrán que cumplir el toque de queda nocturno y grupos de hasta 10 personas podrán reunirse en interiores, si bien el aforo en exteriores e interiores continuará parcialmente limitado.

Pero las grandes colas no solo se esperan en bares y peluquerías, las autoridades de Victoria han alertado a los hospitales de que pueden sufrir una "presión intensa" por la decisión de reabrir a pesar de que el covid sigue activo, con más de 2.000 nuevos casos cada día.

Libertad parcial

A pesar de todo el optimismo y las ganas de celebraciones, la libertad aún no es completa. Los residentes no pueden abandonar la ciudad y las tiendas de productos no esenciales siguen cerradas hasta que la tasa de vacunación no alcance el 80% de la población, probablemente en semanas.

Igualmente, seguirán vigentes limitaciones para el funcionamiento de cafés, bares y restaurantes, complicando la vida a sus propietarios, que también deben lidiar con la falta de trabajadores provocada por casi un año y medio de cierre de fronteras internacionales.

Está previsto que el estado de Victoria retire la cuarentena obligatoria para viajeros de otros países en los últimos días del mes de octubre, mientras que Nueva Gales del Sur, donde se encuentra la ciudad de Sídney, esperará hasta el 1 de noviembre.

El cese de las restricciones en Victoria, donde las autoridades confirmaron este viernes 2.189 contagios comunitarios y 16 fallecidos, se da en virtud a un giro en la política nacional con el objetivo de reabrir el país y que puso fin a la férrea estrategia de decretar confinamientos breves y localizados al detectar unos pocos casos.