Galardón europeo

Navalni, premio Sajárov a la libertad de conciencia

El líder opositor ruso, que padeció un envenenamiento, se ha convertido en el enemigo número uno de Putin

El opositor ruso Alekséi Navalny, en una imagen de archivo.

El opositor ruso Alekséi Navalny, en una imagen de archivo. / periodico

Marc Marginedas

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El líder de la oposición rusa, Alekséi Navalni, ha sido galardonado este miércoles con el premio Sajárov a la libertad de conciencia que otorga el Parlamento Europeo cada año en reconocimiento a la lucha en favor de los derechos humanos. Envenenado en verano de 2020, tratado durante meses en un hospital alemán y encarcelado a su regreso a Rusia, Navalni se ha convertido en la cabeza visible de la oposición al presidente ruso, Vladimir Putin. "Ha luchado sin descanso contra la corrupción del régimen de Putin, costándole su libertad y casi su vida; este premio reconoce su inmensa valentía", se lee en una declaración del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, difundida en Twitter.

Navalni ha sido propuesto por el Partido Popular Europeo y ha superado en la carrera por el galardón a un colectivo de mujeres afganas y a la expresidenta boliviana Jeanine Áñez. De bloguero a abogado anticorrupción, de organizador de las mayores protestas desde la caída de la URSS a preso político, el opositor se ha ganado a pulso en diez años de activismo la vitola de enemigo público número uno de Putin. "Vladímir, el envenenador", llegó el activista a calificar al líder del Kremlin durante el juicio en el que fue condenado a cumplir una pena anterior suspendida de 3,5 años de cárcel.

Faro de una generación libre

A sus 45 años, Navalni es el faro de la primera generación en la historia de Rusia que no ha vivido bajo la URSS. Después de varios años de encontronazos, en agosto de 2020, el bloguero anticorrupción se sintió indispuesto durante un vuelo de regreso desde Siberia a Moscú y fue ingresado con síntomas de envenenamiento en un hospital de Tomsk. A los pocos días fue trasladado en un avión medicalizado a Alemania mientras luchaba por su vida.

El envenenamiento, del que se ha responsabilizado a miembros del Servicio Federal de Seguridad (FSB, exKGB), no consiguió su objetivo de arrebatarle la vida, y el activista volvió a Rusia a mediados de enero pasado tras pasar varios meses ingresado en un hospital de Berlín, en un acto que la élite rusa y en particular su presidente interpretaron como un desafío. "Putin ordenó mi asesinato", dijo Navalni tras recuperarse en Alemania.

Nada más llegar al aeropuerto, fue detenido, acusado de haber violado los términos de su libertad provisional en un antiguo caso penal. De esta forma, seguía los pasos del empresario Mijaíl Jodorkovski, encarcelado en Siberia (2003), o del también opositor Boris Nemtsov, asesinado frente al Kremlin en 2015.

El entorno de Navalni, algunos de cuyos miembros se hallan en el exilio, ha dado la bienvenida al galardón en una declaración en Telegram: "Putin califica a Navalni de bloguero criminal, pero en esto está solo.... Navalni merece este premio, y estamos seguros de que para Putin, esta noticia no es muy agradable". Por su parte, la vicepresidenta de la asamblea europea, la finlandesa ecologista Heidi Hautala, ha exigido su liberación "inmediata e incondicional". Y ha demandado al Estado ruso que cese "todo acoso, todo ataque, toda intimidación contra la oposición, la sociedad civil o la prensa".