Vistas de Nueva York

El rascacielos One Vanderbilt abre un observatorio sensorial para recorrer Manhattan

El cuarto edificio más alto de Nueva York abre un espacio inquietante de espejos y vistas espectaculares de Manhattan

Las espectaculares vistas del One Vanderbilt.

Las espectaculares vistas del One Vanderbilt. / Reuters

El Periódico

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Levitar a 300 metros de altura. Esa es la experiencia que propone el observatorio del cuarto edificio más alto de Nueva York, el One Vanderbilt, que a partir de este jueves abre un espacio inquietante de espejos y vistas espectaculares de Manhattan y sus alrededores, con la sensación de pisar en el aire.

No hay que tener vértigo ni miedo al vacío para caminar por el suelo de espejos, que proyectan la imagen del público al infinito en el techo y las paredes de los pisos 91, 92 y 93, a 324 metros por encima de la Avenida Madison, en una experiencia que el creador, Kenzo Digital, ha denominado "Aire". La experiencia empieza en el ascensor, que se eleva a más de 300 metros en 42 segundos.

Al entrar después en ese mundo distorsionado e inquietante se pierde el sentido del espacio y pareces flotar en un lugar donde lo único sólido y estable parece ser lo que está al otro lado de las ventanas del edificio: la abigarrada Manhattan aislada por sus ríos y los barrios vecinos que se pierden en el horizonte. Se trata de una experiencia "eufórica y multisensorial" que desafía "la percepción del espacio y zambulle al visitante en una fábrica de siluetas y rascacielos", asegura este artista, conocido por su colaboración con Beyoncé.

Las espectaculares vistas del One Vanderbilt.

Las espectaculares vistas del One Vanderbilt. / Reuters

Vistas de ensueño

Desde el observatorio del One Vanderbilt, situado en la calle 42, se pueden observar los detalles art deco de los emblemáticos vecinos Empire State y el Chrysler y hasta avistar en un día claro hasta 100 kms a la redonda.

Diseñado por Kohn Pedersen Fox, el edificio, situado al lado de la Gran Estación Central forma parte de un plan de renovación del centro de Manhattan. Con 397 metros de altura hasta el techo y 427 metros con la aguja que lo corona, se ha convertido en el cuarto más alto tras el One World Trade Center, la Central Park Tower, y el 111 West 57th Street.

"Es mi favorito", dice la instagramer Rashi, una de las entusiastas visitantes en un pase para la prensa el lunes por la noche, que se ha vestido de largo para fotografiarse de todas las formas posibles. "Es la mejor forma de contemplar la belleza de Nueva York", que se suma a la "experiencia única" que se vive a esta altura por el efecto de los espejos. "Todo en uno", asegura a la AFP. Nick Barat, otro de los visitantes, recurre a la filosofía: "Te hace pensar en la relación que tienes con la ciudad y uno mismo".

"Creo que nunca lo consideraría como un observatorio: es una experiencia y ver la ciudad desde aquí no tiene nada que ver con otras formas de estar a esta altura". La apertura de este observatorio cobra un significado especial tras la pandemia de coronavirus, que golpeó con particular virulencia a la Gran Manzana. "Poder experimentar esto juntos, traer de nuevo a la gente de nuevo junta es como un microcosmos de la ciudad como un todo. No pertenece a nadie, todos lo compartimos", concluye.