Chile cumple dos años del estallido social que modificó el mapa del país

Después de las protestas históricas, Chile es un país completamente distinto al que existía antes

Una Asamblea Constituyente redacta una Carta Magna progresista y la izquierda puede llegar a la presidencia

Manifestantes en la plaza Dignidad, en Santiago.

Manifestantes en la plaza Dignidad, en Santiago. / EFE/Alberto Valdés

Abel Gilbert

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Chile ha recordado el segundo aniversario de su estallido social con movilizaciones e incidentes en distintas ciudades. Las peticiones del 18 de octubre de 2018 volvieron a escucharse en el espacio público. La autoridad de la región metropolitana reconoció el alcance de la movilización en Santiago pero lamentó las "acciones de violencia" de grupos minoritarios, tanto en el centro como en la periferia de la capital.

Todos los actores políticos de Chile se encuentran en un país muy diferente al de dos años atrás. La protesta de 2019 tuvo tal calado que abrió el camino a una reforma constitucional que promete extirpar los últimos resortes heredados de la dictadura del general Augusto Pinochet. El 18-0 también terminó por acorralar al sistema de pensiones privadas, que se encamina al cuarto retiro de los aportes de miles de chilenos.

Nadie habría imaginado que las manifestaciones que comenzaron como un rechazo al aumento minúsculo del precio del billete del metro terminarían por transfigurar el horizonte. El estallido de aquel octubre provocó al menos 30 muertos, centenares de heridos y detenidos. La represión policial fue objeto de serios señalamientos por parte de organismos defensores de los derechos humanos locales e internacionales. El presidente Sebastián Piñera, quien en principio consideró los desafíos de la calle un "acto de guerra", y después volvió sobre sus pasos al aceptar la fuerza de más de un millón de personas el corazón de Santiago, permaneció en silencio este lunes. No podía ser de otra manera. El magnate, quien había iniciado su segundo mandato con la certeza de que se avecinaba un largo período de hegemonía política de la derecha, está a punto de ser juzgado por el Congreso y es investigado a la vez por la fiscalía anticorrupción después de que se conociera que participó en una operación millonaria incompatible con sus funciones ejecutivas.

La Convención Constitucional eligió el segundo aniversario del estallido social para comenzar a trabajar en la redacción de la nueva Constitución. Elisa Loncon, la presidenta de la Asamblea, de origen mapuche, subrayó que "por primera vez los pueblos de Chile nos hemos sentado en una mesa, en una mesa plural y en condiciones de igualdad y horizontalidad a discutir y pensar un país donde la dignidad se haga costumbre".  Loncon esperó que se apagaran los aplausos de los delegados para añadir: “qué honor y qué responsabilidad tenemos en nuestras manos, colegas constituyentes. Es un imperativo que estemos a la altura de los tiempos. Trabajemos desde la ternura y desde el pensar”.

A las puertas de las elecciones

El 18-0 fue apenas el inicio de un ciclo de manifestación y luchas que se frenaron en intensidad con el inicio de la pandemia que mató a más de 48.000 personas. La economía cayó casi seis puntos en 2020 y agudizó los problemas que habían detonado la explosión colectiva. Con casi el 80% de la población con al menos una dosis de la vacuna, la temperatura política volvió a instalarse en las calles. El 21 de noviembre tendrá lugar la primera vuelta electoral de una contienda que puede producir otro fenómeno inimaginable dos años atrás: Gabriel Boric, el joven diputado de izquierdas, aparece como favorito en las encuestas de cara a la segunda vuelta de diciembre. Es posible que se enfrente al ultraderechista José Antonio Kast.

Carlos Ruíz Encina, sociólogo y académico de la Universidad de Chile, además de hombre cercano a Boric, advierte de que la elite tradicional, sin poder de veto en la Constituyente, ha pasado del mea culpa por no haber advertido la bomba social que existía en 2018 a pensar que "aquí no ha pasado nada". Creen ahora que es posible obstruir "los procesos de cambio". Según Ruíz Encina, eso se verifica en los intentos de restarle legitimidad a una Constituyente que apunta a redactar un texto de corte progresista.

Asignaturas pendientes

Todavía hay personas que cumplen penas por su participación del estallido social. Otras no han recibido respuestas a sus pedidos de reparación. Anthony, un joven de la periferia que fue arrojado por la policía al río Mapocho, acaba de cumplir 18 años. “Todavía me sigo viendo muerto en las fotos… no sé que hago aquí". Antonhy le dijo al portal El Desconcierto que está desencantado con lo que ha sucedido tras el 18-0. No ve claro qué sucederá.

Lo mismo le ocurre aunque por otras y dramáticas razones, a las más de 400 víctimas de lesión ocular por las balas de las fuerzas de seguridad. Han reclamado una y otra vez justicia y que "paguen quienes nos arrebataron parte de nuestras vidas". Todavía esperan.

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