Al menos 35 muertos en otro atentado contra una mezquita chií en Afganistán

Al menos 35 personas han muerto y cerca de 70 han resultado heridas este viernes en un atentado suicida en una mezquita chií en la ciudad de Kandahar, al sur de Afganistán, mientras se celebraba el rezo del viernes, el día sagrado en el islam.

Es la segunda vez que una mezquita de la rama chií del islam, minoritaria en el país centroasiático, es el objetivo de un atentado en siete días. El viernes pasado, la rama local del autoproclamado Estado Islámico (EI) detonó otro explosivo durante el rezo, esa vez en el norte de Afganistán. Ese día murieron 120 feligreses.

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La cifra de víctimas mortales del atentado de hoy podría llegar a ser mayor. "Nos entristece confirmar que se ha producido una explosión dentro de un centro religioso chií en el primer distrito de la ciudad de Kandahar. Varios de nuestros compatriotas han sido heridos y martirizados. Las fuerzas especiales del Emirato Islámico [el nombre que han puesto los talibanes a su nuevo Estado] han llegado a la zona para determinar la naturaleza del incidente y llevar a los perpetradores ante la justicia", ha dicho este viernes el portavoz del Ministerio del Interior talibán, Said Josti.

Por el momento, nadie ha reclamado la autoría del atentado, pero hay pocas dudas de que el EI vuelva a estar detrás. Este grupo ha puesto en su punto de mira a la minoría afgana hazara, de credo chií y lleva a cabo emboscadas casi a diario contra talibanes, además de atentados contra civiles, hazaras o no.

Atentado con bomba en una mezquita chií en Kandahar

Promesas incumplidas

Sin embargo, no solo no han podido cumplir su promesa, sino que los ataques se han intensificado: tanto en frecuencia como en virulencia. El de este viernes lo ha sido especialmente. Según han explicado fuerzas de seguridad talibanes a medios locales, el atentado en Kandahar -la que fue la cuna de los talibanes y donde el grupo ahora en el poder en Afganistán tiene más adeptos- ha sido planificado al detalle, con cuatro yihadistas que se han inmolado simultáneamente. 

Dos se han hecho explotar sus artefactos en el interior de la mezquita, mientras se hacía el rezo; los otros dos lo han hecho en la entrada del recinto, donde los que habían llegado un poco tarde realizaban sus abluciones. 

El EI ha convertido en costumbre los ataques a la minoría chií de Afganistán y su mensaje, con esta ola de atentados, es claro: los yihadistas no quieren que los hazara se sientan seguros en ningún ámbito. Según su interpretación del islam, la más radical y menos inclusiva de todas, los chiís son unos traidores por su veneración no solo al profeta Mahoma sino también a su yerno, Alí.