Negociaciones post-Brexit

Bruselas accede a reducir los controles para facilitar el comercio en Irlanda del Norte

La Comisión Europea propone relajar los requisitos de entrada para los productos procedentes de Gran Bretaña y el papeleo para facilitar la aplicación del protocolo norirlandés

Ignora la exigencia del Gobierno de Boris Johnson de eliminar el papel supervisor del Tribunal de Justicia de la UE como última instancia en caso de disputas

La ensenada de Carlingford marca la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

La ensenada de Carlingford marca la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. / CLODAGH KILCOYNE

Silvia Martinez

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La Comisión Europea está dispuesta a flexibilizar y reducir los controles sanitarios y fitosanitarios al que están obligados los productos agrícolas y de origen animal que entran de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, territorio británico que tras el Brexit sigue siendo parte de la unión aduanera y del mercado único. Con las nuevas propuestas planteadas por Bruselas, este compromiso supondrá que el 80% de los controles a los que están sujetos la mayoría de los productos que terminan en los supermercados norirlandeses -incluidos los productos de carne picada como las salchichas inglesas que provocaron duros enfrentamientos antes de verano- serán eliminados lo mismo que el 50% del papeleo derivado de las formalidades aduaneras. 

Tras meses de bronca y muchas tensiones, con amenaza de Londres incluida de suspender unilateralmente la aplicación del Protocolo de Irlanda del Norte si no se renegocia, Bruselas ha accedido a introducir algunos cambios en la aplicación del pacto para salvar el acuerdo, un elemento fundamental para evitar el regreso de una frontera dura a la isla de Irlanda y proteger los Acuerdos de Paz de Viernes santo. El vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Maros Sefcovic, ha estado las últimas semanas en contacto con ciudadanos, empresarios y políticos de Irlanda del Norte limando asperezas y buscando un camino que ofrezca suficientes garantías en Bruselas -de que Irlanda del Norte no se convertirá en la puerta de entrada a la UE de productos no controlados- y que al mismo tiempo sea aceptable en Londres. 

El resultado de este ejercicio son cuatro documentos con propuestas destinadas a facilitar el movimiento de mercancías y medicinas y dar voz a los norirlandeses en la gestión del protocolo. Aunque Bruselas rechaza radicalmente renegociar el acuerdo, porque entiende que es el resultado de tres años de "complejas" negociaciones y aumentaría la "incertidumbre", sí está dispuesta a abrir la mano. "He escuchado a los actores de Irlanda del Norte y estas propuestas son nuestra respuesta genuina a sus preocupaciones", ha anunciado Sefcovic, que este viernes se reunirá en Bruselas con su homólogo David Frost.

Etiquetado de productos

Bruselas propone una vía express para facilitar los movimientos de mercancías. A cambio Londres deberá aceptar normas más estrictas en materia de etiquetado -de forma que quede recogido que el destino es el mercado norirlandés - y acceso a datos en tiempo real y supervisión de los productos que entran en Irlanda del norte para garantizar que no terminan en el mercado único europeo. Bruselas reclama además la creación de un mecanismo de reacción rápida ante posibles problemas con algún producto y la posibilidad de introducir medidas unilaterales en caso de que las autoridades británicas o las empresas no reaccionen a tiempo.

En cuanto a la simplificación de los controles, implicará que los camiones en tránsito con distintos tipos de mercancías solo tendrán que hacer una declaración, en vez de una por cada tipo de producto que lleven, lo que reducirá el papeleo a la mitad. El paquete también incluye medidas para garantizar la comercialización de medicinas fabricadas en Gran Bretaña, sin que tengan que ser objeto de nuevas autorizaciones ni reubicación de instalaciones de fabricación en Irlanda del Norte, así como un mayor papel para los actores norirlandeses en todo relacionado con el protocolo a través de un diálogo estructurado con las autoridades, la sociedad civil y la empresas.

TJUE, línea roja

En lo que no entra Bruselas es en la exigencia británica de eliminar la supervisión del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) como última instancia en caso de disputas entorno al protocolo, una línea roja tanto para Londres como para Bruselas. "El efecto del protocolo es extender el mercado único de productos a Irlanda del Norte y esto viene con el TJUE. Si se elimina el TJUE se eliminar el acceso al mercado interior. No pensamos que es el camino a seguir", insisten fuentes del Ejecutivo comunitario

"Esperamos que el Reino Unido se comprometa de buena fe. Creemos que hay suficiente en este paquete para llegar a un acuerdo sobre la forma de aplicar el protocolo", añaden sobre un paquete de propuestas que no será un "lo tomas o lo dejas", sino el inicio de una negociación que aspiran a concluir lo antes posible. "Los próximos pasos dependerán de lo realista que sea el Reino Unido, pero creo que ambas partes queremos tener un entendimiento para finales de año sobre cómo debe funcionar el protocolo", apuntan.