Elecciones en el país árabe

El partido del influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, vencedor en las legislativas de Irak

La participación unos comicios marcados por la apatía general, con un 41%, ha sido la más baja en la historia del país

Al Sadr, un independiente, tendrá muy difícil formar un gobierno con un parlamento fracturado y en el que no dispone de aliados

El clérigo chií Muqtada al-Sadr

El clérigo chií Muqtada al-Sadr / ALI ABU SHISH

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El clérigo chií Moqtada al Sadr, muy influyente entre los habitantes iraquís de de credo chií y líder de una de las milicias más importantes del país árabe, ha ganado con un margen más amplio del esperado las elecciones legislativas del pasado domingo en Irak, según los primeros datos de resultados preliminares. 

En 2018, Al Sadr ya ganó las elecciones al cosechar 54 diputados de un Parlamento de 329. Esa vez no consiguió formar gobierno y se espera que algo parecido ocurra esta vez: el Bloque Sadrista ha ganado en torno a 73 escaños este domingo —el número exacto de diputados sigue sin ser claro en base a los datos preliminares—. Muy lejos aún de la mayoría necesaria para gobernar, de 165 parlamentarios. 

“Este es el día de la victoria contra la corrupción, el terrorismo, las milicias, la pobreza, la injusticia, y la esclavitud", dijo Al Sadr en un discurso televisado este lunes por la noche, en el que invitó a que “el pueblo celebre esta victoria por la mayoría" obtenida por su formación.

Pese a sus palabras, el clérigo no tendrá nada fácil gobernar, por varios motivos. La participación oficial se ha quedado en el 41%, la menor de la historia. Sin embargo, son muchos los que creen que la cifra real de participación se encontraría cerca del 30%. Al Sadr, de hecho, ha cosechado un número parecido de votos que en 2018: la diferencia ha sido que los demás partidos han perdido cientos de miles de papeletas que han acabado en la abstención.

Aislamiento y rechazo

Pero el motivo principal por el que Al Sadr tendrá serias dificultades para formar gobierno es, precisamente, lo que le da su gran popularidad: su buscada independencia de los países extranjeros, EEUU e Irán, y su distancia con los demás grandes partidos, a los que acusa de sectarismo y corrupción. En 2018, cuando Al Sadr también ganó, estos partidos formaron un gobierno de coalición juntos y dejaron al Bloque Sadrista completamente al margen

Esta vez puede ocurrir algo parecido: en las elecciones del domingo, la segunda facción más votada fue Estado de Ley, vinculada a Irán y liderada por el anterior primer ministro Nuri al Maliki. La formación ha conseguido cerca de 35 escaños, según los primeros resultados.

Pero el peor parado de todos ha sido el Bloque Fatah, un partido que representa al mayor grupo de milicias chiís proiranís y que ahora tienen tanto poder en Irak que han creado un estado paralelo a través del cual graban impuestos propios, realizan extorsiones y asesinan a críticos y rivales. Esta formación ha pasado de ser la segunda más votada en 2018 a conseguir, en esta ocasión, tan solo 14 diputados, según los datos preliminares. 

“Ni aceptamos ni aceptaremos estos resultados fabricados, cualquiera que sea el precio que se deba pagar”, ha dicho este martes el líder de la organización, Hadi al Amiri.

A la espera de los resultados definitivos, el Parlamento de Irak quedará fracturado al extremo: 15 partidos y 39 candidatos independientes han obtenido representación parlamentaria. Como en la anterior ocasión, la formación de un nuevo gobierno puede tardar meses. Según los expertos, el futuro ejecutivo será de consenso y servirá para que los grandes partidos vinculados a Irán “se repartan los despojos y recursos del Estado”. 

La alta abstención se debe, en gran parte, al boicot a las urnas de los jóvenes iraquís, de los que salieron a protestar en 2019. El cambio en Irak que empezaron a pedir entonces aún tendrá que esperar.

TEMAS