UN PAÍS CASTIGADO

Un incendio en la principal central eléctrica agrava la crisis en el Líbano

Después de un fin de semana a oscuras, la población libanesa lamenta la quema de 250.000 litros de gasolina en la planta eléctrica de Zahrani

La crisis del combustible y la electricidad hace la vida en el país insufrible mientras las autoridades libanesas proponen soluciones a corto plazo

Incendio en la central eléctrica libanesa de Al Zahrani

Incendio en la central eléctrica libanesa de Al Zahrani. En la foto, los bomberos trabajan en la extinción del fuego. /

Andrea López-Tomàs

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El Líbano evita otra catástrofe. Un incendio ha ardido durante tres horas este lunes en un tanque de almacenaje de combustible en la planta eléctrica de Zahrani al sur del país. Después de un fin de semana a oscuras tras el colapso de sus dos principales instalaciones energéticas, los cielos libaneses han vuelto a teñirse de negro. Unos 250.000 litros de gasolina se han quemado mientras el país se lamenta sumido en una crisis del combustible y con apenas un par de horas de electricidad al día. 

“Necesitamos esperar los resultados de la investigación y tenemos que estar listos para tomar todas las medidas necesarias en función de ellos”, ha declarado el ministro de Energía, Walid Fayyad, desde el lugar de los hechos. Los libaneses han amanecido este lunes con la central eléctrica de Al Zahrani de nuevo en sus telediarios. El pasado sábado esta planta, junto a la norteña instalación de Deir Amar, anunciaron su cese de operaciones por falta de combustible sumiendo al país en la completa oscuridad. 

Una donación por parte del Ejército de algunas de sus reservas de carburante permitió la puesta en marcha de la planta de Zahrani. Pero al iniciar la semana, los trabajadores de la instalación se han tenido que enfrentar a un incendio del que aún se desconocen las causas. No ha habido heridos ni víctimas mortales. Fayyad ha reconocido que el fuego tuvo lugar mientras los empleados de la planta trasladaban combustible que pertenecía al Ejército libanés.

30 minutos de electricidad al día

En algunos lugares del país, la electricidad estatal es prácticamente inexistente con apenas 30 minutos diarios. Tras meses al límite, la crítica situación económica se materializó en un fundido a negro este sábado al caer la red eléctrica. Aquellos libaneses que se lo pueden permitir obtienen electricidad de forma casi exclusiva de los generadores privados. El Banco Central del país ha subsidiado las importaciones de combustible tanto para la compañía eléctrica estatal como para los comerciantes del carburante que hace funcionar a los generadores, pero las reservas de divisas se han agotado.

Hasta los propietarios de los generadores han tenido que racionar sus propios suministros de diésel por la escasez. A finales de septiembre, un barco descargó 16.000 toneladas de combustible iraquí en la planta de Zahrani. Se trataba del primer envío de un acuerdo de intercambio entre Beirut y Bagdad como respuesta a la asfixiante situación que sufren los libaneses. Desde hace meses, la población pasa horas e, incluso, días haciendo cola en gasolineras para recibir carburante para sus coches.

Desastre anunciado

El incendio en la planta eléctrica de Zahrani es un desastre cien veces anunciado. El pasado mes de marzo, Hasán Diab, el entonces primer ministro, dijo que los expertos habían encontrado “productos químicos peligrosos” en la instalación. La empresa alemana Combi Lift habría sido la encargada de informar del hallazgo a la autoridad de energía atómica del país, concluyendo que el material era “nuclear”. Pero no se ha vuelto a discutir el asunto desde entonces.

Combi Lift fue contratada después de la explosión en el puerto de Beirut que mató a más de 200 personas, hirió a miles y dejó a otras 300.000 sin hogar. Encargada de examinar la zona cero de la deflagración, la empresa descubrió 58 contenedores de material peligroso que, según sus informes, llevaban décadas almacenados en el puerto. Tras años de corrupción, las centrales eléctricas y las plantas de petróleo del Líbano no gozan de un buen mantenimiento, con una dañada infraestructura que sufre dificultades para funcionar. 

Por ello, la comunidad internacional puso como condición la reestructuración del sector eléctrico para aprobar la ayuda financiera prometida. El primer ministro Najib Mikati tiene como una de las prioridades de su gobierno resolver la crisis del combustible y la electricidad pero todas las soluciones que se plantean son a corto plazo como la importación de gas de Egipto, electricidad de Jordania o combustible de Irak. Estas medidas no harán al sector energético del Líbano más sostenible, que se resiente de los arreglos de emergencia que se instauraron tras la guerra civil (1975-1990).