Relevo en el Gobierno alemán

Merkel sube las escaleras del Elíseo por última vez

La cancillera alemana se reúne con Emmanuel Macron en la capital francesa, diez días antes de las elecciones en que se elegirá a su sucesor

La visita supone el punto final a 16 años de relaciones entre París y Berlín bajo la presencia de la líder democristiana

Angela Merkel junto a Emmanuel Macron en su última visita a la capital francesa.

Angela Merkel junto a Emmanuel Macron en su última visita a la capital francesa. / AFP

Enric Bonet

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La alemana Angela Merkel subió este jueves por la tarde las escaleras del Palacio del Elíseo probablemente por última vez. La líder de la CDU hizo su última visita como cancillera en París, donde se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron. La comparecencia conjunta entre ambos dirigentes y su cena de trabajo no dio lugar a grandes titulares. Pero supuso el capítulo final de Merkel en las relaciones francoalemanas, marcadas en los 16 años de “merkelato” por la consolidación de la hegemonía europea de Alemania y el sentimiento de inferioridad de Francia. 

“Muchas gracias, querida Angela por estar en París esta noche. Es un gran placer y un honor recibirte”, dijo el dirigente centrista durante su breve intervención ante la prensa, previa a la reunión entre ambos dirigentes. “Haremos todo aquello que esté en nuestras manos para evitar que haya un periodo de espera demasiado largo”, aseguró, por su lado Merkel, que viajó a la capital francesa diez días antes de las inciertas elecciones generales del 26 de septiembre en Alemania, en que el SPD ha tomado ventaja ante la CDU, según los sondeos. “Desde ahora y hasta la formación del próximo gobierno, la cancillera y yo mismo seguiremos trabajando codo a codo en los grandes dosieres en que podemos aportar una solución francoalemana”, afirmó Macron.

La situación en Afganistán fue el principal tema tratado por ambos dirigentes. También examinaron otros asuntos internacionales espinosos, como Libia, Ucrania o Bielorrusia. Las cuestiones europeas no estuvieron ausentes. De hecho, prepararon la cumbre entre la Unión Europea y los Balcanes occidentales en Liubliana, prevista para el 6 de octubre, una fecha en que probablemente aún no habrá sido nombrado el sucesor de Merkel. “El orden del día sobre el cambio climático está muy cargado y debemos ver cómo avanzar lo más rápido posible y al mismo tiempo proteger nuestra base industrial en Europa”, explicó la canciller.

Macron se reúne con los futuribles cancilleres

La última reunión entre Macron, de 43 años, y Merkel, de 67 años, se produjo en un momento de cierta luna de miel entre ambos dirigentes. Pese a su condición de niñita de los ojos del establishment teutón, la llegada del joven dirigente al Elíseo no supuso el idilio previsto entre París y Berlín. Sus contactos fueron constantes, pero hubo evidentes discrepancias entre ambos ejecutivos. Estuvieron motivadas, sobre todo, por las reticencias de los conservadores alemanes para reformar la zona euro e impulsar un presupuesto conjunto de los países de la moneda común. 

Sin embargo, la situación dio un giro copernicano con la pandemia. Esta desembocó en el plan de recuperación europeo, dotado de 750 mil millones de euros (entre ayudas y préstamos) e impulsado a partir de un acuerdo entre Macron y Merkel en mayo del año pasado. Desde entonces, las relaciones francoalemanas resultaron más que fluidas, a pesar de algunas tensiones puntuales por los controles en las fronteras a causa del covid-19. 

El presidente francés se reunió esta semana con los dos principales aspirantes a reemplazar a Merkel: el conservador Armin Laschet y el socialdemócrata Olaf Scholz. Tras las elecciones del 26 de septiembre, Alemania probablemente se adentrará en un periodo de complejas negociaciones para formar un nuevo ejecutivo. Hace cuatro años, las discusiones entre partidos duraron más de seis meses. Lo que dificultó que Macron estrechara sus vínculos con Merkel y avanzara en su agenda reformista de la UE.

El joven presidente podría aprovechar ahora este posible vacío de poder en Berlín para reforzar su liderazgo europeo. Contará con la ventaja de que Francia dispondrá de la presidencia rotatoria de la UE a partir del 1 de enero de 2022. Con el adiós de Merkel, Macron espera incrementar su influencia en una Europa dominada por Alemania durante el “merkelato”.