Masacre del 13-N

Francia juzga a los responsables y cómplices de los atentados del Bataclan

Este miércoles empieza en el Tribunal de París el “juicio histórico” de los ataques yihadistas en noviembre de 2015 en que murieron 131 personas. Salah Abdeslam, el único de los terroristas que sigue vivo, figura entre los 20 acusados

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bataclan terorismo francia paris / periodico

Enric Bonet

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“El juicio del siglo” en Francia. El Tribunal de París juzga a partir de este miércoles a los responsables y presuntos cómplices de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en la capital francesa. 131 personas murieron y 413 resultaron heridas en el peor ataque del Estado Islámico en Europa. La justicia gala deberá responder con el peso y el equilibrio de la ley a la acción terrorista más mortífera en la historia contemporánea del país vecino. Está previsto que el proceso dure nueve meses y tanto la prensa como los jueces no dudan en calificarlo de “histórico”. 

Una gran sala de 45 metros de largo ha sido construida específicamente para albergar el juicio en el edificio histórico de la Corte de París, en el corazón de la capital francesa. Acogerá a una parte de las víctimas y los más de 300 abogados que participarán en el litigio, mientras que la prensa, el público y el resto de 1.500 personas que se presentan como partes civiles lo seguirán en otras salas a través de pantallas. El proceso será filmado, algo inhabitual en Francia, pero los medios de comunicación no lo retransmitirán en directo. Hay más de 150 periodistas acreditados para cubrir un juicio que tendrá lugar bajo un gran despliegue de las fuerzas de seguridad.

Catorce de los veinte acusados —cinco se piensa que están muertos y otro encarcelado en Turquía— estarán presentes. A diferencia del juicio de los atentados de Charlie Hebdo, celebrado en otoño del año pasado, no se juzga solo a los actores secundarios del horror provocado en la sala de conciertos Bataclan, el Stade de France y las terrazas de París. 

El yihadista Salah Abdeslam, entre los acusados

Salah Abdeslam, el único de los diez yihadistas que sigue vivo —siete se inmolaron o murieron el 13N y otros dos fueron abatidos pocos días después por la policía— se sentará en el banquillo. Este franco-marroquí, de 31 años, es acusado de “asesinato e intento de asesinato en relación con un  proyecto terrorista”. Pesa sobre él una posible pena de cadena perpetua.

Desde su detención en Bruselas en marzo de 2016, Abdeslam, encarcelado en la prisión francesa de Fleury-Mérogis, se ha mantenido prácticamente mudo. ¿Hablará ante los jueces? Es uno de los grandes interrogantes. “Juzgadme, haced lo que queráis conmigo. Yo solo confío en mi Señor, no tengo miedo de vosotros ni de vuestros aliados”, dijo en  sus escuetas declaraciones en otro proceso en Bélgica en 2018.

Además de Abdeslam, entre los acusados hay otros miembros destacados de ese comando, que también ensangrentó Bruselas en marzo de 2016. Según la instrucción, seis de ellos figuraron entre los posibles kamikazes. Los magistrados franceses también juzgarán en su ausencia a cinco altos cargos del Estado Islámico, que en principio están muertos. 

Con una extensísima investigación, con 47.000 interrogatorios, los jueces instructores han examinado al milímetro la organización de esos ataques, ideados desde Siria y llevados a cabo por yihadistas que llegaron al Viejo Continente camuflados en grupos de refugiados. El expresidente François Hollande y otros altos cargos de la época comparecerán ante la corte especial, encabezada por el juez Jean-Louis Peries. 

“Escuchar a las víctimas”

La fiscalía pide la cadena perpetua para once de los acusados, una pena de 20 años de prisión para ocho de ellos y de seis para un cómplice menor. “Ante la provocación de la violencia, no se debe responder con penas extremamente duras sino proporcionales a los actos cometidos. Así sucedió con el juicio de Charlie Hebdo en que algunos de los acusados vieron cómo se les rebajaban sus penas”, explica a El Periódico el magistrado y ensayista Denis Salas, presidente de la Asociación francesa para la historia de la justicia.

Además de dictar las penas pertinentes, la audiencia también se convertirá en un espacio de recuerdo y comprensión de los hechos. Así lo cree el profesor de historia Christophe Naudin, superviviente  de los atentados: “Espero que sirva para escuchar la palabra de las víctimas, que el juicio nos permita comprender mejor lo que significa ser víctima de un atentado terrorista”.

Este docente de secundaria, autor del libro Journal d’un rescapé du Bataclan, teme que los acusados utilicen la estrada “para convertirse en los protagonistas del proceso y que esto no tenga nada de constructivo”. “Esperamos que tomen conciencia de la atrocidad de sus crímenes”, defiende, por su lado, Dominique Kielemoes, vicepresidenta de la asociación de víctimas 13Onze15: Fraternité et Verité y madre de Victor Muñoz, un joven francés que pasó su infancia en Barcelona y que fue asesinado en la terraza de La Belle Equipe. “Quiero que nos miren a los ojos y entiendan el dolor que sufrimos si les queda una pizca de humanidad”, añade.