Tecnología y política

¿Prohibir a los talibanes? Cómo las plataformas están respondiendo al regreso yihadista en Afganistán

Facebook, Instagram, Youtube y TikTok optan por bloquear las cuentas de integristas mientras que Twitter las permite siempre que no violen sus normas

El cambio político en el país ilustra el debate entre libertad de expresión y censura y pone en relieve el poder de comunicación de las redes sociales

Los talibanes usan Twitter para blanquear su imagen

Los talibanes usan Twitter para blanquear su imagen / ZML

Carles Planas Bou

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Afganistán ya es de los talibanes. La retirada militar de Estados Unidos y las fuerzas aliadas del país, sellada este miércoles tras 20 años de guerra, abre la puerta a un nuevo régimen yihadista que deberá rellenar el vacío y gobernar un inestable país de 40 millones de personas.

Su regreso al poder ha puesto contra las cuerdas a redes sociales y plataformas digitales, que se debaten entre si deben bloquear las cuentas integristas por su historial de violencia o si los peligros de silenciarlos pueden ser peores para el pueblo afgano. Durante su primera etapa talibán en el poder, entre 1996 y 2001, internet casi ni existía en Afganistán, pero ahora la situación plantea dilemas más complejos e incómodos.

Facebook prohíbe, Twitter permite

Los talibanes no figuran en la lista de organizaciones terroristas de EEUU, pero el imperio Facebook así los considera. Es por eso -y por las sanciones que sí les ha impuesto Washington- que sus plataformas, también Instagram y WhatsApp, prohíben desde hace tiempo la publicación de contenido yihadista. La encriptación de los mensajes en WhatsApp hace que suprimir ese contenido sea mucho más complicado, lo que ha llevado a los talibanes a usar la app. Youtube, propiedad de Google, y TikTok, propiedad de la china ByteDance, siguen el mismo camino.

Sin embargo, los talibanes continúan operando en Twitter. La plataforma ha sido más permisiva, asegurando que podrán tuitear siempre que no violen sus normas de uso. Conscientes de ello, los integristas han cambiado su estrategia y han pasado de la "glorificación de la violencia o la manipulación", prohibidas por Twitter, a una vía más moderada (y permitida). Así, han usado esta red social para lanzar propaganda e impulsar una narrativa que ha facilitado su victoria y que ahora busca legitimidad internacional. Los dos portavoces del régimen, Zabihullah Mujahid y Qari Yousaf Ahmadi, tienen ya más de 374.400 y 77.400 seguidores.

Convertidas en herramientas indispensables para la comunicación social, las decisiones que tomen esas plataformas tendrán un impacto mayúsculo en el país. Permitir a los talibanes usar sus servicios puede suponer un altavoz para blanquear su régimen y legitimar futuras acciones violentas. La inacción de Facebook en Myanmar permitió el genocidio contra la minoría musulmana rohinya. Pero aislarlos digitalmente -lejos del escrutinio de la comunidad internacional- también puede tener consecuencias no deseadas, como llevarles a inclinarse por una mayor represión.

Sin reconocimiento digital

Destrozando los plazos previstos por las potencias occidentales, los talibanes reconquistaron Kabul el pasado 15 de agosto, forzando al Gobierno afgano a escapar del país. Aunque de forma ilegítima, los yihadistas controlan 'de facto' Afganistán, lo que ha llevado incluso a sus detractores a aceptarlos como interlocutores. Esa situación plantea otro dilema para las plataformas: ¿Deben los talibanes controlar también las cuentas institucionales?

Facebook aseguró que sigue la "autoridad de la comunidad internacional", sin especificar más detalles. Twitter, por su parte, ha suspendido dos cuentas institucionales asociadas al Gobierno a la espera de que se certifique la nueva presidencia del país. "Las plataformas desean desesperadamente que la comunidad internacional actúe primero, no quieren sentar un precedente internacional a la hora de reconocer o no a los talibanes", señaló Emerson Brooking, investigador del 'think tank' estadounidense Atlantic Council, a NPR. Así, su respuesta puede evolucionar con la reacción internacional.

Libertad de expresión o censura

Aunque albergan miles de discusiones y debates que parece públicos, esas plataformas son empresas privadas que se rigen por sus propias normas. Si un usuario viola las políticas internas publicando contenido violento, que incita al odio o que difunde pornografía, por ejemplo, su cuenta podrá ser suspendida temporal o permanentemente.

Eso es lo que sucedió con Donald Trump. Las plataformas interpretaron que los mensajes de apoyo del expresidente de EEUU a sus seguidores que irrumpieron en el Congreso para tratar de frenar por la fuerza la certificación de la victoria presidencial de Joe Biden podrían alentar un mayor grado de violencia.

La situación en Afganistán ilustra de nuevo el tenso debate en torno a la moderación de contenido y la libertad de expresión en el mundo digital. A pesar de ser espacios privados con normas, las plataformas y redes sociales se han convertido en los principales altavoces de la opinión pública y sus decisiones, de impacto mayúsculo, son analizadas con lupa e instrumentalizadas políticamente. Tras ser preguntado por la libertad de expresión bajo el nuevo régimen, Mujahid respondió: "Esta pregunta se la debes hacer a Facebook". Lo que pase las próximas semanas terminará de decantar su posición.

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