Polvorín en Asia central

Irán y Turquía, entre el miedo y la diplomacia con los talibanes

Ankara y Teherán se han mostrado partidarios de cooperar y reconocer el nuevo régimen de los insurgentes en Kabul

Ambos países temen que la llegada de los talibanes pueda suscitar una nueva ola migratoria en sus fronteras

Aviones y blindados turcos en el aeropuerto de Kabul.

Aviones y blindados turcos en el aeropuerto de Kabul. / MINISTERIO DE DEFENSA TURCO / AFP

Adrià Rocha Cutiller

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Cuando existen pocas certezas respecto a un acontecimiento, abundan tanto las oportunidades como los riesgos. La victoria militar de los talibanes en Afganistán no ha desatado aún el caos en el país centroasiático, pero sí que ha dejado un enorme poso de incertidumbre. Grandes dudas sobre la línea política que adoptarán en el poder, el supuesto grado de moderación que prometen o las alianzas que buscarán una vez estén aposentados cómodamente en los palacios de Kabul.

Y es aquí, exactamente, donde Turquía e Irán intentan obtener réditos. Aunque eso sí, ambos lo hacen con miedo. La llegada de los talibanes al poder en Afganistán amenaza con generar una nueva ola migratoria hacia Europa y la ruta para llegar hacia el viejo continente pasa, precisamente, por ambos países.

Uno y otro atraviesan en la actualidad por una grave crisis económica —la iraní es mucho más profunda debido a las sanciones estadounidenses— de la que, por el momento, no se ven salidas. Una nueva crisis migratoria pondría a los gobiernos de Recep Tayyip Erdogan y Ebrahim Raisí, el nuevo presidente de Irán, en serios aprietos.

El país persa ya acoge a más de tres millones de afganos; Turquía, varios cientos de miles, pero en el país anatolio ya viven 3,6 millones de sirios y cerca de medio millón de iraquís. Ni iranís ni turcos quieren más refugiados. 

Pero los turcos, con experiencia en estas lides, disponen de una formula que ya ha funcionado con anterioridad: "El papel que jugó Turquía a la hora de prevenir la llegada a Europa de refugiados sirios le ha permitido extraer concesiones de Bruselas. Y ahora Erdogan espera poder hacer algo similar respecto a los refugiados afganos", considera Aykan Erdemir, antiguo parlamentario turco y analista de la Fundación para la Defensa de las Democracias.

"Sin embargo, con la crisis económica, el sentimiento contra los refugiados ha crecido entre los turcos, incluyendo ataques violentos contra los inmigrantes, y todo ello ha dañado la popularidad del Gobierno de Erdogan. Esto pondrá límites a la posibilidad de que Erdogan saque provecho de sus acuerdos con la UE y EEUU, aunque va a seguir utilizando a los refugiados como herramienta de regateo con Occidente", asegura Erdemir.

"Bienvenida la moderación"

Por el momento la ola de refugiados no ha llegado, si es que algún día lo hace. Tanto Teherán como Ankara buscan ahora acomodarse a un Gobierno, el de los talibanes, con el que antes ya habían mantenido tibias relaciones. Cada país, eso sí, parte de posiciones distintas.

"Ya habíamos dicho con anterioridad que podemos aceptar a los líderes talibanes, y hoy mantenemos esta postura", afirmó la semana pasada el presidente turco, al tiempo que saludaba los mensajes de "moderación" que han emitido los insurgentes. "Damos la bienvenida a la paz del pueblo afgano, al bienestar de nuestros compatriotas que viven allí y a la protección de los intereses de nuestro país", dijo Erdogan en referencia al acuerdo para proteger el aeropuerto de Kabul.

Durante la retirada estadounidense, EEUU y Turquía acordaron que una vez se hubieran marchado las tropas norteamericanas, serían soldados turcos los que defendiesen y controlasen el aeródromo. Con la llegada de los talibanes, este plan ha quedado tocado, aunque los turcos esperan que no se haya hundido del todo. "Han aparecido nuevas condiciones y debemos esperar a que las negociaciones [para formar gobierno en Afganistán] terminen. Solo entonces podremos empezar a hablar sobre el control del aeropuerto. Ahora es demasiado pronto", dijo Mevlüt Çavusoglu, ministro de Exteriores turco.

En Teherán, la retirada estadounidense ha sido recibida con mayor regocijo que en Ankara. Irán lleva años ayudando de forma velada y hospedando a líderes talibanes y, para ellos, la retirada estadounidense de la región es una excelente noticia. "La derrota militar de EEUU y su retirada son una oportunidad para restaurar la vida, la seguridad y la paz en Afganistán. Ahora, que se retiren también de los demás países", dijo el presidente iraní, Ebrahim Raisi.

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