Discurso televisado

Biden defiende la salida de Afganistán por dilapidar la ayuda de EEUU

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El presidente de EEUU, Joe Biden.

El presidente de EEUU, Joe Biden. / LEAH MILLIS

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Cuando los ojos de todo el mundo acusan a Estados Unidos de la precipitación en la salida de Afganistán y de haber provocado el triunfo del régimen talibán, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha defendido con fuerza la decisión de retirar las tropas del país y ha acusado a los afganos de haber dilapidado la ayuda estadounidense ofrecida durante más de 20 años.

En un discurso muy en clave doméstica, Biden ha explicado que EEUU ha destinado más de un billón de dólares y muchas manos y vidas a armar y construir estructuras de estado en Afganistán pero que ha sido en vano, y ha acusado de ello a la corrupción interna y a la falta de voluntad política. "Entrenamos una fuerza armada de más de 3000 efectivos. Les dimos ayuda y herramientas, Entrenamos una fuerza militar afgana de unos 300.000 efectivos, increíblemente bien equipada. Una fuerza mayor en tamaño que las fuerzas armadas de muchos de nuestros aliados de la OTAN. Les dimos todas las herramientas que podían necesitar. Pagamos a sus salarios, nos encargamos del mantenimiento de su fuerza aérea, pero han desestimado todas las oportunidades. Lo que no podemos darles es la voluntad de luchar por su futuro", señala.

El presidente demócrata ha recordado que la voluntad de estar en Afganistán era luchar contra el terrorismo y derrotar a Al Qaeda. "Lo hicimos. Nunca abandonamos la búsqueda de Osama bin Laden y lo atrapamos. Eso fue hace una década. Se suponía que nuestra misión en Afganistán nunca hubiera sido la construcción de una nación (...). Hoy, al igual que siempre, nuestro único interés es prevenir un ataque terrorista en patria estadounidense".

Ante la precipitación de los hechos y el rápido triunfo de los talibanes, Biden ha reconocido que todo ha ido más rápido de lo esperado, pero que se ha producido porque el gobierno de Ashraf Gahni "se ha rendido y ha abandonado el país a su suerte".

Experiencia sobre el terreno

Biden ha relatado su falta de confianza en Gahni, con quien se entrevistó el pasado junio en la Casa Blanca y con quien volvió a hablar en julio. Le anticipó, explicó, que se iban a retirar del país, porque estaba en una guerra civil afgana en la que no iba a malgastar vidas de estadounidenses. "Nuestras tropas no pueden, ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a pelear", dijo.

Esgrimiendo sus años al frente de la diplomacia con Obama y sus cuatro visitas a Afganistán, donde, dijo, ha pasado tiempo hablando con gente y con militares estadounidenses en la zona, Biden afirmó que no iba a "repetir los errores del pasado. El error de quedarse y luchar indefinidamente en un conflicto que no es del interés nacional de Estados Unidos, de redoblar una guerra civil en un país extranjero, de intentar rehacer un país a través de interminables despliegues militares estadounidenses". Y poco menos que dejo ir que los afganos tenían que tomar las riendas de sus vidas.

"China y Rusia quieren que EEUU siga consumiendo esfuerzos en la zona, pero no", remachó. Y lamentó los soldados fallecidos en Afganistán y los esfuerzos de oenegés y personal civil. Se comprometió a defender los derechos humanos y en especial los de las mujeres, pero insistió en la línea de que sean los locales los principales interesados.

Por último, Biden ha lanzado una advertencia a los talibán, a quienes les ha recordado que la actual presencia de militares estadounidenses en Kabul se limita a las labores de evacuación del personal diplomático y el resto de trabajadores, por lo que en caso de ser amenazada o atacada de alguna manera, "la respuesta será contundente".