Crisis sanitaria global

Los tradicionalistas de Italia se suman a la ola de protestas contra la vacunación masiva

Sectores de la Iglesia propagan dudas sobre la inmunización y se oponen a la imposición del pasaporte sanitario

Italia protestas pasaporte covid

Italia protestas pasaporte covid / Guglielmo Mangiapane / Reuters

Irene Savio

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Un párroco de Monterosso al Mare, un pueblecito de 1.400 almas pegado al mar y conocido por ser una de las maravillas de Cinque Terre (Liguria, norte), causó revuelo hace unos días. En pleno debate sobre el pasaporte sanitario en Italia, colgó un pasquín que cuestionaba la letalidad del virus Sars-Cov-2 e invitaba a no vacunarse. El panfleto fue colocado en la puerta de entrada de su iglesia y llevaba por título: “Covid 19: una dictadura declarada”. Algunos fieles se molestaron y protestaron. Tuvo que intervenir el obispo local, y el prelado se acabó llevando una sonada reprimenda. 

El caso es uno de los tantos que, de un modo u otro, han ido conociéndose este año en Italia y reflejan las reticencias en distintas partes del mundo de los ultratradicionalistas ante la vacunación masiva. Habitualmente muy activos en la defensa de la familia tradicional y acérrimos opositores del aborto y las uniones gay, en el último año y medio han desplazado su atención hacia la crítica contra las medidas anticoronavirus. Quedó patente en las más recientes protestas en Italia contra el pasaporte covid, introducido por el Gobierno de Mario Draghi, durante las cuales también se oyó invocar al "Espíritu Santo” en las consignas contra la medida.

Iacopo Scaramuzzi, autor de ‘¿Dios? Al fondo a la derecha’, un ensayo de reciente publicación en el que se analiza cómo los populismos de derecha llevan años instrumentalizando el cristianismo, opina que estas polémicas tienen hoy una precisa explicación y utilidad. “Para poner el asunto en contexto no hay que olvidar que, aunque han existido siempre, las teorías de la conspiración se dispararon en los últimos tiempos. Han encontrado un terreno fértil en la alianza que, en los países de tradición cristiana, se ha forjado entre los ultras de la política y de la religión”, afirma Scaramuzzi. “Es lo que ha sucedido con Donald Trump en Estados Unidos, Matteo Salvini Giorgia Meloni en Italia, Viktor Orbán en Hungría”, precisa a EL PERIÓDICO para añadir que no se puede descartar que el fenómeno pueda crecer en el futuro, “a medida que la pandemia expanda la pobreza y la desigualdad”.

Contra la autoridad del Papa

Una realidad que también ha puesto en entredicho la autoridad del Papa, que en diciembre aprobó un pronunciamiento de la Congregación de la Doctrina de la Fe en la que se afirmaba que es “moralmente aceptable” el uso de las vacunas contra el virus. Más aún, el Vaticano también avaló el uso para la investigación y producción de las vacunas de cultivos celulares (y no tejidos, como se dijo en algún momento) provenientes de fetos abortados en los años sesenta y setenta del siglo pasado. Dio su visto bueno siempre y cuando “no estén disponibles vacunas éticamente irreprochables”.  

Lo justificó afirmando que “existe un peligro grave como la propagación, por lo demás incontenible” del virus, aunque también señaló que esto no supone “una legitimación” del aborto. “La inmunización generalizada de la población” sirve para "controlar la pandemia”, recalcó el responsable de la Dirección de Salud e Higiene del Vaticano, Andrea Arcangeli. Un intento de apaciguar las protestas, aunque sin particular éxito. En Italia, figuras ligadas a los movimientos pro-vida han promovido los miedos en torno a las vacunas, viciando a su vez cualquier legítimo debate sobre el asunto.

Massimo Gandolfini, un neurocirujano conocido por sus ataques a las uniones gay, se pronunció contra la obligatoriedad de las vacunas para los estudiantes. Miembros de la Liga de Matteo Salvini se dijeron abiertamente contrarios al pasaporte covid. Este certificado es “un impuesto mafioso que hay que pagar al Estado para ser libres”, han escrito en blogs afines a los ultracatólicos. Incluso el cardenal conservador Raymond Burkeque en estos días ha dado positivo, se pronunció en contra de la imposición “totalitaria" de las vacunas

Aunque sea el epicentro del catolicismo en el mundo, Italia no es un caso aislado. Prelados de España, Polonia y EEUU han propagado las dudas mientras los aliados del Papa trataban de avalar la inmunización masiva. En el caso estadounidense también han sido muy visibles las reticencias de otros grupos, como los evangélicos. Tanto que un reciente estudio de Public Religion Research Institute ha llegado a calcular que, cerca de un cuarto de los fieles adscritos a este grupo en el país, no se han vacunado.

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