El Congreso brasileño le propina una seria derrota a Bolsonaro

• La cámara de Diputados enterró el proyecto presidencial que buscaba eliminar las urnas electrónicas

• Bolsonaro llegó a amenazar con suspender las elecciones de 2022 si no vuelven las papeletas

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro. / Adeleke Anthony Fote/TheNEWS2 vi / DPA

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Jair Bolsonaro tuvo este martes una sonora derrota política. La Cámara de Diputados brasileña hundió el proyecto presidencial que buscaba erradicar el voto electrónico, vigente desde 1996. Bolsonaro hizo una encendida defensa en favor del retorno de la papeleta, al punto de amenazar con la suspensión de las elecciones de octubre de 2022 que se le presentan como desfavorables. La iniciativa del bolsonarismo tuvo sin embargo el apoyo de 229 diputados. Necesitaba llegar a los 308.

"La democracia del pleno de esta Cámara ha dado respuesta a este asunto. Espero que quede definitivamente enterrado", dijo el presidente de ese cuerpo legislativo, Arthur Lira.

Buena parte del país respiró con alivio al conocerse el resultado. Bolsonaro había tensado la cuerda durante los últimos días. "Sin elecciones limpias y democráticas no habrá elecciones", llegó a decir días atrás el capitán retirado y le dio al Congreso una "última oportunidad" para erradique la votación electrónica. Al mejor estilo de Donald Trump, el mandatario llegó a calificar de imbécil a la principal autoridad electoral, Luís Roberto Barroso. El capitán retirado lo acusó a su vez de ayudar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en las encuestas, a "salir de la cárcel" y "hacerlo elegible" el año venidero. El pasado 5 de agosto, el Tribunal Supremo Federal (STF) inició una investigación contra Bolsonaro por denunciar sin pruebas supuestos fraudes del voto electrónico y promover otras fake news.

Amenaza en las cales

Horas previas al debate parlamentario se llevó a cabo un desfile militar con vehículos blindados en las inmediaciones del Congreso. Bolsonaro acompañó el evento desde la rampa del Palacio del Planalto, la sede del Ejecutivo.  Los legisladores calificaron el ritual como una intimidación. La presunción se reforzó con los gritos de ultraderechistas a favor de una intervención castrense en los asuntos políticos.

"El papel de las Fuerzas Armadas es defender la democracia, no amenazarla", dijo el senador Omar Aziz al reanudarse este martes las tareas de la Comisión Parlamentaria (CPI) que investiga la responsabilidad del Gobierno en la lucha contra una pandemia que provocó la muerte de casi 565.000 personas. "Es una tontería inaceptable. No es un teatro sin consecuencias, sino un ataque frontal a la democracia que hay que repudiar", añadió. Aziz recordó que los uniformados "nunca pueden ser utilizados para intimidar a su población, a sus oponentes, atacar a la oposición legítimamente constituida".

Disconformidad

De acuerdo con Miriam Leitão, columnista del diario carioca O Globo, Bolsonaro quiso hacer "una demostración de fuerza". Pero, al parecer, el frente castrense no lo respalda de manera unánime en sus cometidos. "Personal militar activo y enfocado en su rol institucional denuncia a interlocutores que se sienten acosados  por el presidente para participar en actos que dan la impresión de que las Fuerzas Armadas lo apoyarán en su proyecto político". Este tipo de acciones, recordó Leitão, derivó en 2020 en una crisis en el área de Defensa. Parte de los militares "han mostrado un enorme malestar" con la tendencia del ministro de Defensa, Walter Souza Braga Netto, a colocarlos como parte del proyecto político de Bolsonaro.

La revista Istoé sostuvo en su editorial que el presidente "ya sabe que su sueño de estar en el Palacio de Planalto por otros cuatro años es cada vez más lejano". Bolsonaro "percibe desplomarse su popularidad" y "su falta de logros notables". El capitán retirado ha "implosionado" además los puentes con diversos sectores. "Se convirtió en el paria. El peor presidente del mundo en la lucha contra la pandemia, según encuestas de organismos internacionales. Es difícil para Brasil encontrar competidores adecuados para disputar la condición del representante menos preparado de la historia".