Tensiones religiosas

Un niño de ocho años acusado de blasfemia en Pakistán por orinarse en una madrasa

El niño, perteneciente a la minoría hindú, podría ser condenado con la pena de muerte

Protesta hindú en Pakistán contra los ataques que sufren por el ataque a su templo.

Protesta hindú en Pakistán contra los ataques que sufren por el ataque a su templo. / Shahzaib Akber / Efe

El Periódico

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En Pakistán, un niño de tan solo ocho años ha sido acusado de un delito de blasfemia, que está castigado con la pena de muerte, por orinar en la biblioteca de una escuela musulmana. El caso ha derivado en la ira de parte de la población local y la preocupación de las organizaciones internacionales en defensa de los derechos humanos.

Los habrían tenido lugar en una madrasa -escuela musulmana- de la localidad de Bhong, en la provincia de Punyab. El niño, de religión hindú, habría orinado en la misma sala en la que se conservan textos religiosos del Islam. Las autoridades locales han considerado este acto como un delito de blasfemia, contemplado en el Código Penal paquistaní e "impreciso" a ojos de Amnistía Internacional.

Después de que el chico fuera puesto en libertad, cientos de personas asaltaron un templo hindú como forma de protesta. Según la agencia de noticias DPA, alrededor de medio centenar de personas fueron detenidas. Por su parte, el Consejo de la Ideología Islámica, que asesora al Gobierno del país en asuntos islámicos, ha sacado un comunicado en el que condena el ataque, según ha apuntado el periódico Dwan.

Discriminación contra las minorías

Desde Amnistía, Rimmel Mohydin, responsable de campañas en Asia Meridional, ha denunciado lo "abusos" a los que se ven sometidas las minorías en Pakistán, como la hindú, que supone alrededor de un 3% de la población, con el respaldo de las leyes sobre blasfemia. Mohydin considera que este caso "supone una desviación de la ley escandalosa y extrema" y ha llamado a revertir los "cargos absurdos" que han sido presentados contra el menor. Además, ha pedido protección tanto para el niño y su familia como para el conjunto de la comunidad hindú, de tal forma que los partícipes de la reciente "violencia colectiva" rindan cuentas ante la Justicia.