Avance de los insurgentes

La ofensiva de los talibanes conquista cuatro capitales de provincia en 72 horas

La contraofensiva del Gobierno afgano fracasa y los insurgentes se hacen con el control de la estratégica Kunduz y de la ciudad de Sar-e-Pul

Horas antes, los insurgentes lograron arrebatar a las fuerzas gubernamentales los enclaves de Zaranj y Shebergan

Fuerzas del Ejército afgano en Herat en plena ofensiva talibán.

Fuerzas del Ejército afgano en Herat en plena ofensiva talibán. / JALIL RAZAYEE

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La ofensiva de los talibanes en Afganistán ha logrado hacerse con dos nuevas capitales de provincia, y ya van cuatro en tan solo 72 horas. Desde ayer domingo, los insurgentes controlan las ciudades de Kunduz -un enclave estratégico- y de Sar-e-Pul.  El avance de estos días es el más importante de la ofensiva militar que los insurgentes pusieron en marcha en mayo, cuando las fuerzas extranjeras presentes en Afganistán, los soldados de Estados Unidos y de la OTAN, empezaron a retirarse del país. 

A primera hora de la mañana de ayer, las fuerzas de seguridad del Gobierno afgano se retiraron de Kunduz y se atrincheraron en el aeropuerto provincial, mientras los talibanes aprovecharon para derribar un muro de la prisión y liberar así a cientos de presos, muchos de ellos talibanes, informó a Efe Nelofar Koofi, representante de Kunduz en el Parlamento nacional.

Las sedes del gobernador, la policía y otros edificios gubernamentales cayeron en manos de los insurgentes. La mayoría de los civiles permanecieron ayer en sus hogares o vagando de un lugar a otro hacia las zonas más seguras, explicó Koofi. Decenas de tiendas y edificios se incendiaron durante los combates alrededor del aeropuerto y del cuartel general de la policía , según dijeron otras fuentes a la cadena Tolo News, mientras que decenas de familias huyeron de sus casas. 

La importancia estratégica de Kunduz reside en su privilegiada situación geográfica. Es una puerta de entrada a las provincias norteñas de Afganistán y está conectada por autopistas con otras ciudades, como Kabul, la capital, de la que dista tan solo 300 kilómetros. A medio centenar de kilómetros se encuentra la frontera con Tayikistán.

En Sar-e-Pul, por su lado, los talibanes rodearon un batallón del Ejército en las afueras de la ciudad y se hicieron con rapidez con las ciudad. Durante los duros combates, la población estuvo atrapada entre dos fuegos. «No sabemos qué hacer, estamos retenidos en nuestras casas y solo escuchamos los disparos y las explosiones. La ciudad está vacía», dijo a Efe Farooq, uno de los residentes. 

Contrarrestar la ofensiva

La provincia de Sar-e-Pol es una de las regiones menos desarrolladas del país y gran parte de su territorio ya estaba bajo control de los talibanes, aunque su capital había estado hasta ahora siempre en manos del Gobierno durante las dos últimas décadas.

Desde mayo, los talibanes han logrado controlar enormes zonas rurales, y ahora centran sus esfuerzos militares en conquistar las grandes ciudades. Para contrarrestar la ofensiva, el Cuerpo de Operaciones Especiales (SOC) afganas lanzó estos días una ofensiva a la desesperada para tratar de conservar los centros urbanos, pero sin éxito. 

Las fuerzas del SOC lograron despejar una de las plazas principales de Kunduz y el edificio de la televisión, aunque fuentes oficiales citadas por la agencia de noticias Pahjwok y los propios talibanes confirmaron más tarde el fracaso de la contraofensiva.

La caída de Kunduz y Sar-e-Pol se suma a la de las otras dos capitales de provincia, Zaranj y Shebergan. El avance de los talibanes parece imparable.