Ultraderecha en Brasil

Bolsonaro, en guerra total contra el Tribunal Supremo y la justicia electoral

• Tras reiteradas amenazas de impedir los comicios de 2022, el órgano de justicia ha pedido que se investigue al presidente por "abuso de poder económico y político"

• Bolsonaro quiere abolir el uso de la urna electrónica, vigente desde 1996, argumentando la existencia de un fraude que no puede probar

Bolsonaro en una foto de archivo.

Bolsonaro en una foto de archivo. / Joédson Alves / Efe

Abel Gilbert

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El enfrentamiento entre Jair Bolsonaro y el Tribunal Superior Electoral (TSE) ha llegado a un punto de no retorno en Brasil después de los repetidos ataques del presidente contra el sistema de votación electrónica, vigente desde hace un cuarto de siglo. El TSE ha pedido al Supremo Tribunal Federal (STF) que Bolsonaro sea investigado por difundir fake news sobre las escasas garantías que ofrece el sistema electoral. "Sin elecciones limpias y democráticas no habrá elecciones", llegó a decir días atrás el capitán retirado y le dio al Congreso una "última oportunidad" para que promueva el retorno de las papeletas en los comicios del año venidero, que se le presentan como un enorme obstáculo a sus deseos de permanecer en el poder. La investigación que ha promovido el TSE busca determinar si el mandatario de ultraderecha cometió "abuso de poder económico y político, uso indebido de medios de comunicación, corrupción, fraude, conductas vetadas a agentes públicos y propaganda extemporánea en sus ataques contra el sistema de voto electrónico y la legitimidad de las elecciones generales de 2022".

Al estilo de Donald Trump, Bolsonaro ha renovado los ataques contra la principal autoridad del TSE, Luís Roberto Barroso, a quien calificó de "imbécil", acusó de promover unas "elecciones sucias" y ayudar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en las encuestas, a "salir de la cárcel" y "hacerlo elegible". Barroso ha respondido de manera escueta: quien repite una mentira, ha dicho sobre Bolsonaro, sin nombrarlo, suele ser "eternamente prisionero del mal".

Posible derrota

La caída en las encuestas -un 54% de los brasileños rechazan la gestión presidencial- y la creciente certidumbre de una derrota electoral han empujado a Bolsonaro a una guerra retórica que no parece tener fin. El presidente del STF, Luiz Fux, advirtió que la concordia e independencia entre los poderes "no implican impunidad para actos que pongan en peligro el necesario respeto a las instituciones".

Por su parte, nueve integrantes del STF y ex presidentes del TSE, han salido en defensa de la votación electrónica. Las elecciones "libres, seguras y limpias son el núcleo de la democracia", han remarcado. Desde 1996, cuando se implementó el actual sistema, "nunca se ha documentado ningún episodio de fraude". Las máquinas de votación "son auditables en todas las etapas del proceso".

El general retirado Carlos Alberto dos Santos Cruz, quien trabajó como ministro de la secretaría de Gobierno durante el primer año de la era Bolsonaro, ha asegurado que el jefe de Estado está creando deliberadamente confusión con el actual sistema de votación que le permitió ser electo en numerosas oportunidades. Santos Cruz no descartó que el presidente intente crear las condiciones para una intervención castrense. Sin embargo, descartó la posibilidad de que los militares lo secunden en sus aventuras.

Agitar las aguas

El capitán retirado no tiene límites con sus desafíos políticos, como lo demostró la semana pasada al recibir en su despacho a la diputada Beatrix von Storch, una de las líderes de Alternativa por Alemania (AfD), un partido con fuertes inclinaciones neonazis. Sus arrebatos tienen una explicación para los analistas: una comisión parlamentaria investiga las responsabilidades del Gobierno en la gestión de una pandemia que mató a cerca de 560.0000 personas. Además, se trata de dilucidar una tentativa de corrupción en la compra de la vacuna india anticovid Covaxin. Pero el tono iracundo ha subido a medida que la intención de voto con miras a 2022 comenzó a tomar el sentido contrario.      

"Bolsonaro ha cavado un hoyo, ha entrado y está angustiado porque aún no ha averiguado cómo salir", señaló Jose Casado, columnista del semanario Veja. Para la revista Istoé el "mito", como lo llaman sus seguidores al presidente, "busca ahora deshacerse del peso que recae sobre sus hombros, generado por acciones irresponsables en innumerables circunstancias, por una razón muy clara: crear la narrativa - generalmente falsa - para la campaña electoral".

En una columna publicada en el diario paulista Folha, el psicoanalista Tales Ab'Sáber consideró sostuvo que Brasil está pagando muy caro "la irresponsabilidad de quienes, por millones", optaron por Bolsonaro en 2018 y "se rieron con entusiasmo cuando aceptaron estas nuevas modalidades del fascismo".