Crisis humanitaria

"Hay más de 4.000 personas incomunicadas por los enfrentamientos armados en Colombia"

La activista Milena Flórez denuncia que la población del municipio de Ituango se ha visto obligada a huir de sus casas y está atrapada desde el día 21

Milena Flórez, activista del proyecto Ríos Vivos.

Milena Flórez, activista del proyecto Ríos Vivos. / Ciutats Defensores dels Drets Humans

Victoria Flores

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El 21 de julio, los habitantes de varias veredas -subdivisiones de los municipios colombianos- de Ituango se vieron obligados a abandonar sus casas por quinta vez en apenas unos años por culpa del enfrentamiento entre dos grupos armados. El municipio de Ituango se encuentra en la zona noroeste de Colombia e históricamente ha formado parte de las rutas del narcotráfico. En cuestión de horas, los campesinos de la zona tuvieron que salir de sus hogares y desplazarse al centro urbano del municipio para salvar sus vidas sin saber por cuánto tiempo tendrían que estar fuera. Aún hoy no han podido volver. Así lo cuenta Milena Flórez, una activista del Movimiento Ríos Vivos que ha visto cómo la población del territorio ha tenido que ser desplazada en numerosas ocasiones.

-¿Cómo estáis viviendo los últimos días?

Donde están ocurriendo los desplazamientos es en Ituango, o sea, en la veredas que salen hacia el casco urbano. Hay más de 4.000 personas en el casco urbano. Llevan desde el día 21 en el municipio. Además, ese día también hubo una ola invernal horrible, se quedaron incomunicados, no había carretera, no había por donde salir. Un caos total. Hasta el momento no se ha podido llevar ayuda humanitaria por carretera si no que ha sido en los helicópteros del Ejército.

Los caminos han dificultado aún más la situación de los desplazados.

Los caminos han dificultado aún más la situación de los desplazados. / Daniel Alvarado / Afp

-¿Esto era algo que se preveía?

Es algo que ha venido ocurriendo en muchas ocasiones, los desplazamientos masivos, pero el más grande si fue esta última vez. Siempre ha pasado que en el municipio de Ituango hay vulneraciones de derechos humanos, asesinatos y todo, pero el alcalde ha tratado de ocultar la realidad de lo que está pasando para tener una buena imagen. Hay muertos... de todo y no se dice por ningún lado lo que está ocurriendo. Todo esto se va acumulando porque no reconocen la problemática que hay en el municipio.

-¿Cómo llegan estos grupos a hacerse con el territorio?

Esto es una historia que viene desde el proceso de paz. Antes, los territorios los ocupaban las guerrillas de las FARC y se sabía. Los campesinos y todos sabíamos que había guerrilla. Al sacar a toda esta guerrilla, el territorio quedó desocupado. Tuvimos tranquilidad más o menos un año, pensábamos que ya no iba a volver a haber desplazamientos, que ya no iba a haber tiroteos, que ya no iba a haber nada de esto. Después de ese año empezaron los grupos a resurgir. Miles de grupos, ya no sabemos cuáles son los que están en el territorio. Entonces empieza la disputa por este territorio, antes se tenía y se sabía que estaban ahí, pero ya no sabemos qué grupos están o cuál es el que quiere ocupar ese territorio.

-¿Cómo se siente la población después de que les hayan echado cinco veces de sus casas?

Para proteger a las víctimas es importante la no repetición jamás de la vulneración de los derechos humanos y acá se ha hecho, en el territorio. Una y otra vez se repite. No es fácil para las comunidades dejar la vivienda, sus animales, sus cultivos y salir a aguantar frío, a aguantar hambre en estos albergues que hay en el municipio, pero, con tal de salvaguardar la vida se hacen a eso.

-Ahora han dicho que los campesinos van a regresar.

Es la presión. Es la presión. Imagine, los campesinos desplazados con hartas dificultades y con ganas de estar en sus tierras y este alcalde obligándolos y diciendo que van a retornar voluntariamente cuando los campesinos se encuentran en una encrucijada de si quedarse o irse o qué va a pasar con ellos. Están en las peores condiciones porque ellos tampoco quieren regresar porque no hay unas garantías. Ahora están como una marioneta, que no saben qué hacer.

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