EN CLAVE EUROPEA

La problemática Eslovenia, al frente de la UE

La UE afronta un semestre democráticamente complicado, ya que asume la presidencia rotatoria el primer ministro esloveno

Janez Jansa es un ferviente defensor de Trump y del autoritarismo húngaro y enemigo de la libertad de prensa

Primer ministro de Eslovenia Janez Jansa

Primer ministro de Eslovenia Janez Jansa

Eliseo Oliveras

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Eslovenia ha asumido desde este 1 de julio la presidencia semestral rotatoria de la Unión Europea (UE). Esto implica que la agenda política europea durante estos meses será fijada por su controvertido primer ministro, Janez Jansa, un ferviente defensor de Donald Trump y del autoritarismo del primer ministro húngaro, Viktor Orban. Jansa, que declaró la “guerra” a la prensa crítica en una tribuna gubernamental en mayo de 2020, aprovechó la pandemia para prohibir las manifestaciones semanales contra su Gobierno y obstaculiza la Fiscalía Europea, que vigilará el correcto uso de los fondos europeos.

Ferviente miembro de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia en su juventud, Jansa se ha escorado cada vez más hacia planteamientos ultraderechistas al frente del Partido Demócrata Esloveno (SDS), miembro del Partido Popular Europeo (PPE). La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se vio obligada a recordarle públicamente este jueves en Eslovenia que la libertad de expresión, la libertad de prensa, la igualdad y el respeto a la diversidad “son la esencia de la UE” y que “el diálogo político requiere respetar a todos los partidos democráticos”. El SDS de Jansa planteó este año que si se dejaba seguir existiendo a Levica, tercer partido de la oposición encuadrado en la Izquierda Europea, existía el riesgo de guerra civil y de retorno del comunismo.

Calificado como el “Trump esloveno” por la revista alemana Der Spiegel, Jansa encabeza por tercera vez el Gobierno esloveno desde marzo de 2020, tras el colapso del ejecutivo de centro-izquierda. Jansa, que obtuvo el 24,9% de los votos en las elecciones de junio de 2018, dirige una coalición conservadora con el apoyo del extremista Partido Nacional Esloveno (SNS), pero se ha quedado sin una mayoría estable después de la salida del Partido de los Pensionistas Eslovenos (DeSUS), descontento por sus ataques a la prensa y su estrategia autoritaria, que sigue el modelo de Hungría y Polonia. Jansa sólo evitó por los pelos un proceso de destitución el 26 de mayo, promovido por la oposición para convocar elecciones anticipadas.

Acoso e intimidación

Un memorándum del Consejo de Europa del 4 de junio alertó sobre el grave deterioro de la libertad de expresión y de la libertad de prensa en Eslovenia. El informe detalla las campañas del Gobierno y su partido de acoso e intimidación contra periodistas, activistas y todos los que expresan opiniones críticas. Jansa potencia medios afines, como Nova24 financiado desde Hungría, y sujeta a otros, como Pop TV, a control editorial tras su compra por empresarios simpatizantes. El Consejo de Europa destaca la ola de procesos judiciales contra periodistas, la restricción de la información y las acciones gubernamentales contra los medios públicos por no someterse a una línea editorial oficialista.

Von der Leyen reclamó este jueves a Jansa que deje de ahogar a la Agencia de Noticias Eslovena STA, que desde hace más de seis meses está privada de fondos públicos y sobrevive gracias al micromecenazgo. La Comisión Europea ya acordó el 29 de abril que la agencia tenía derecho a 2,5 millones de euros de subvención estatal como compensación por su servicio público.

Jansa ha sido apodado “Mariscal Twitto” (en referencia al exlíder yugoslavo, el mariscal Jozip Tito) por su afición a emitir más de un centenar de tuits diarios, generalmente virulentos contra la oposición, la prensa y los críticos. Jansa se refiere públicamente a las periodistas como “prestitutas”, crítica el Consejo de Europa.

Sanciones abusivas

Para silenciar las protestas contra el Gobierno, Jansa prohibió las manifestaciones durante la pandemia mientras permitía las concentraciones en actos culturales y deportivos, señala el Consejo de Europa. Las autoridades impusieron sanciones abusivas mínimas de 400 euros a los manifestantes, que en muchos casos recibieron por correo sin haber sido identificados por la policía durante las protestas, explica el informe. Después de que el Tribunal Constitucional levantara la prohibición, decenas de miles de personas se manifestaron en la capital el 28 de mayo para pedir la dimisión de Jansa y elecciones anticipadas.

El Parlamento Europeo elaboró en marzo otro informe en el que, además de detallar los ataques a la prensa, expresaba su preocupación por la interferencia gubernamental y de intereses económicos en el sistema judicial, el autoritarismo, la opacidad gubernamental y su laxitud en la corrupción, los ataques a las organizaciones cívicas y las amenazas a la libertad cultural y académica.

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