Comicios regionales

Macron y Le Pen miden sus fuerzas en las urnas en el último test antes de las presidenciales

El partido del presidente francés se juega su implantación territorial y la extrema derecha, su capacidad de romper el cordón sanitario

Emmanuel Macron y Marine Le Pen, durante una reunión en el Palacio del Elíseo, en febrero de 2019.

Emmanuel Macron y Marine Le Pen, durante una reunión en el Palacio del Elíseo, en febrero de 2019. / PHILIPPE WOJAZER

Irene Casado Sánchez

Irene Casado Sánchez

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Este domingo, los franceses acudirán a las urnas para participar en los comicios regionales y departamentales. Dos escrutinios aplazados por la pandemia cuya repercusión va más allá de la renovación de los consejos de las colectividades locales; se trata de los últimos plebiscitos antes de las elecciones presidenciales de 2022. Con una ínfima implantación territorial, el partido presidencial, La República En Marcha (LREM), podría sufrir un importante descalabro en la recta final del quinquenio. El día 27 de junio, tendrá lugar la segunda vuelta.

En un país tan centralizado como Francia, las elecciones regionales y departamentales no tienen una trascendencia política de envergadura, como sí ocurre en España. Los comicios regionales se implantaron en 1986 y los departamentales sucedieron a los cantonales en 2013; su recorrido histórico es, por lo tanto, limitado. Doce regiones metropolitanas y dos de ultramar, Guadalupe y Reunión, celebran los comicios regionales. Regidas por las mismas reglas, pero con otro nombre, en Córcega, Martinica y Guayana, los electores están llamados a participar en las elecciones territoriales. En cuanto a los departamentos, la Francia metropolitana cuenta con 96 y los territorios de ultramar con cinco. 

Competencias limitadas

Entre las competencias de los consejos regionales aparece su participación en el desarrollo económico, la planificación regional, la gestión de la formación profesional y de los centros de enseñanza secundaria. Por su parte, los departamentos son, principalmente, responsables de la acción social, encargándose, por ejemplo, de la asistencia a menores, a personas mayores o a discapacitados; los colegios también dependen del consejo departamental. Los poderes regios, como la diplomacia o la legislación, están en manos, única y exclusivamente, del Estado.

En las últimas elecciones regionales de 2015, el Partido Socialista (PS) consiguió hacerse con cinco regiones, la formación conservadora Los Republicanos (LR) obtuvo siete y los nacionalistas se impusieron en Córcega. La extrema derecha liderada por Marine Le Pena la cabeza de seis regiones en la primera vuelta del escrutinio, no logró alzarse con el gobierno de ninguna región gracias a la movilización del llamado "frente republicano", un cordón sanitario que consiguió frenar el avance de los ultraconservadores. De hecho, la formación lepenista nunca ha conquistado una región a pesar de su fuerte progresión. A nivel departamental, la derecha y sus aliados dominan hoy 66 consejos departamentales.

Una cita clave para Macron y Le Pen

¿Conseguirá la extrema derecha romper el techo de cristal en esta nueva cita electoral? ¿Logrará la formación macronista, inexistente en 2015, implantarse a nivel territorial? Los resultados de los comicios deberán aclarar ambas cuestiones, esenciales cara a la próxima carrera hacia el Elíseo que, según vaticinan los sondeos, estará protagonizada por un duelo entre Marine Le Pen y Emmanuel Macron.

Pero la repercusión de estos plebiscitos no se limita únicamente a Reagrupación Nacional (RN) y La República En Marcha. A menos de un año de las elecciones presidenciales, la izquierda y la derecha tradicional también deberán probar su capacidad para unir a sus filas y convencer al electorado. El ejercicio será especialmente importante para los conservadores Xavier Bertrand (Hauts-de-France), Valérie Pécresse (Ile-de-France) y Laurent Wauquiez (Auvergne-Rhône-Alpes), todos ellos eventuales candidatos a la jefatura del Estado en 2022. Su éxito o fracaso podría dictar su futuro a nivel nacional.

La participación, un elemento determinante

Otro punto clave de estos plebiscitos será el impacto de la estrategia macronista que, en ciertas regiones, podría traducirse en una ventaja para la extrema derecha. Sirva como ejemplo la polémica en PACA (Provence-Alpes-Côte d'Azur), donde LREM anunció la retirada de su candidata en favor del aspirante de Los Republicanos a cambio de incluir en su lista a miembros del partido presidencial, un movimiento que desató una crisis interna en el seno de la formación conservadora. Los ultraconservadores trataron de sacar partido del asunto alentando a los votantes de derechas descontentos ante tal acercamiento a votar por su partido. "Queridos militantes de LR, cargos electos y simpatizantes, ¿van a dejar que Macron presida su comisión de investidura? Vengan a trabajar con nosotros y defiendan sus convicciones a nuestro lado", lanzó entonces el vicepresidente del Reagrupación Nacional, Jordan Bardella.

Con la crisis sanitaria muy presente, la participación será determinante en estos comicios. En la última cita con las urnas, en la segunda vuelta de las elecciones locales celebradas el 28 de junio de 2020, en plena pandemia, menos del 42% de los electores ejercieron su derecho a voto.