Inestabilidad en los Balcanes

Serbia y Kosovo vuelven al diálogo después de un año

El líder kosovar de Ventevendosje (Autodeterminación), Albin Kurti, se impuso en las elecciones del 14 de febrero del 2021.

El líder kosovar de Ventevendosje (Autodeterminación), Albin Kurti, se impuso en las elecciones del 14 de febrero del 2021. / ARMEND NIMANI

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Serbia y Kosovo reanudan mañana, martes, el diálogo para normalizar sus relaciones bajo el amparo de la Unión Europea (UE) tras casi un año sin contactos directos entre las dos partes en el conflicto balcánico. Las conversaciones al máximo nivel tendrán lugar en Bruselas y por primera vez participará el nuevo primer ministro kosovar, Albin Kurti, un nacionalista de izquierdas que asumió funciones en marzo pasado, tras una contundente victoria electoral de su partido Autodeterminación (Vetevendosje). La delegación de Belgrado estará encabezada por el presidente serbio, Aleksandar Vucic.

Según adelantó el pasado viernes el portavoz de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Peter Stano, las negociaciones serán "facilitadas" por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, "con el apoyo del representante especial de la UE, Miroslav Lajcák". En el último encuentro en Bruselas, en julio de 2020, la agenda se centró en la búsqueda de soluciones para el problema de las personas desaparecidas y desplazadas, así como en la cooperación económica. Kosovo insiste en que Serbia reconozca su independencia, autoproclamada en 2008 de forma unilateral. Serbia, que no acepta la soberanía de su antigua provincia, insiste en ir resolviendo diversos asuntos pendientes paso a paso, hasta llegar a un compromiso, sin dar de momento señales de que podría un día aceptar oficialmente a Kosovo como país.

Belgrado y Pristina, alejados

Kurti, para quien el diálogo no es prioridad de su Gobierno, ha dejado claro su rechazo a implementar una asociación de los municipios poblados por serbios -un tipo de autonomía para esa minoría-, que es uno de los principales acuerdos logrados en Bruselas y en la que insiste Belgrado.

"¿Por qué tener prisa? Somos un país independiente, y el tiempo con su paso debe cambiar la realidad en Serbia (...)", dijo Kurti el viernes pasado en el Parlamento de su país, según el portal kosovar Kossev.

Pese a las dificultades, Lajcák aseguró en varias ocasiones que el proceso puede completarse en cuestión de meses, y que no se necesitan años si las dos partes están dispuestas a ello.

El objetivo del arduo y difícil diálogo iniciado en 2011, tras una resolución de la ONU de 2010, tiene como objetivo que las partes logren un acuerdo integral jurídicamente vinculante para que Kosovo y Serbia puedan avanzar hacia la UE, pero las posiciones de Belgrado y Pristina siguen muy distanciadas.

El proceso ha sufrido varias interrupciones y estancamientos, como la parálisis entre noviembre de 2018 y mediados de 2020 provocada por la decisión de Pristina de imponer elevados aranceles a todos los productos importados de Serbia, levantados finalmente gracias a presiones internacionales.

Al día de hoy, la independencia de Kosovo es reconocida por numerosos países, incluido Estados Unidos y la mayoría de los socios europeos, aunque no por Rusia, China, España, la India, entre otros.