Congreso verde

Los Verdes alemanes buscan relanzarse en su último congreso antes de las elecciones federales

Los ecoliberales pierden fuelle a 100 días de la cita con las urnas

Annalena Baerbock

Annalena Baerbock / Efe

Andreu Jerez

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“Alemania. Todo es posible”. Este el título del programa electoral que Los Verdes alemanes prevén aprobar este fin de semana en su último congreso antes de las elecciones federales del próximo septiembre. No son un congreso ni un programa más en la historia del partido: los ecoliberales tienen por primera vez la opción de convertirse en la primera fuerza de la República Federal. 

Por eso se lanzan a la campaña con una candidata a la cancillería – hasta ahora siempre lo habían hecho con un dúo –: su copresidenta Annalena Baerbock también tendrá que ser confirmada como cabeza de cartel por los delegados del partido en el congreso que arranca este viernes y culmina el próximo domingo. El paso es un puro trámite del que sólo resulta relevante el porcentaje final con el que la candidatura de Baerbock será ratificada.

Los Verdes alemanes llegan a la cita tras varias semanas sumando tropiezos que han moderado sus expectativas en las encuestas: desde que el pasado mayo, el tabloide Bild publicase que Baerbock había comunicado tarde al Bundestag ingresos adicionales a su salario como diputada federal, la candidata verde ha dado la sensación de tener que corregirse públicamente en varias ocasiones. El último episodio ha sido la modificación de algunas etapas profesionales en su biografía oficial. 

Bajón en las encuestas

Todo ello se ha reflejado en las encuestas: mientras los candidatos a la cancillería de los democristianos de la CDU – Armin Laschet – y de los socialdemócratas del SPD – Olaf Scholz – ganan respectivamente 8 y 5 puntos en la valoración del electorado en el último sondeo publicado esta semana por la televisión pública alemana ARD, Baerbock pierde 12 puntos. 

A 100 días de las próximas elecciones federales, la intención de voto de Los Verdes también pierde fuelle. Tras aparecer en algunas proyecciones como primera fuerza por delante de los conservadores de la CDU de Angela Merkel, en la última encuesta de ARD obtienen el 20% de intención de voto a 8 puntos de distancia de los democristianos y con una pérdida del 6%. 

Los errores no forzados cometidos por la dirección del partido verde parecen estar pasando factura al único partido con opciones reales de formar un gobierno alternativo a un ejecutivo liderado por la CDU. La última cita electoral de Alemania en el estado federado de Sajonia-Anhalt también podría haber tenido su efecto: en esa elección regional, ganada con claridad por los democristianos y en la que la ultraderecha de Alternativa para Alemania fue segunda fuerza, Los Verdes obtuvieron sólo un 5,9% de los votos. El pobre resultado recuerda que a los ecoliberales se les sigue resistiendo el este de Alemania, un mal presagio para sus intenciones de ser primera fuerza a nivel federal.

Programa ecológico y social

El boceto de programa presentado por la cúpula del partido ecologista ha recibido más de 3.200 de peticiones de cambios por los delegados que participan en el congreso de este fin de semana. Nunca antes un programa de Los Verdes había generado tantas enmiendas, asegura el comité organizativo.

Tres son las grandes líneas maestras del debate: el objetivo de reducir el calentamiento en 1,5 grados y convertir a Alemania en un país sin emisiones de carbono lo antes posibles – en un plazo de dos décadas y no en 2045, como se ha marcado el actual gobierno federal de Gran Coalición –; la construcción de un estado digital y social compatible con los objetivos climáticos del partido y que persigue, por ejemplo, un salario mínimo interprofesional de 12 euros la hora; y la posición de Los Verdes respecto a cuestiones de política internacional como la exportación de armas o la participación del ejército alemán en misiones en el extranjero. En la memoria del partido todavía está fresco el discurso en un congreso de 1999 del padre político verde Joschka Fischer, por aquel entonces ministro federal de Exteriores. En él, Fischer defendió la intervención de la OTAN en Kosovo sin mandato internacional en la que fue la primera misión militar alemana fuera del país desde la Segunda Guerra Mundial.

Superada – al menos temporalmente – la histórica división entre su ala más moderada y la izquierdista, Los Verdes alemanes aspiran a convertirse en un partido aceptable por todos sectores sociales del país. Para ello, necesitarán superar la imagen de opción urbana y elitista que sigue cundiendo en una parte importante del electorado alemán.