Crisis humanitaria

La ONU advierte del riesgo de 30.000 niños de morir de hambre en la región etíope de Tigray

El conflicto regional que se inició en noviembre impide la llegada de ayuda humanitaria a la zona

Una mujer carga a su hijo mientras hace cola para conseguir comida.

Una mujer carga a su hijo mientras hace cola para conseguir comida. / Baz Ratner / Reuters

Victoria Flores

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El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WFP) ha alertado de que alrededor de 4 millones de personas padecen hambre severa y 350.000 de ellas sufren hambruna en la región etíope de Tigray. De estos, 30.000 son menores. Es por ello que la ONU ha organizado una operación de ayuda alimentaria de emergencia, desplegando más de 180 personas y aumentando las distribuciones de alimentos para llegar a 1,4 millones de personas, aunque esto apenas cubre la mitad de lo que se necesita.

"El número de personas en condiciones de hambruna (...) es mayor que en cualquier parte del mundo, en cualquier momento desde que un cuarto de millón de somalíes perdieron la vida en 2011", ha dicho Mark Lowcock, uno de los responsables de la ONU. La organización recalca que están en la fase 5 de catástrofe, aunque no se puede hablar de una situación de hambruna generalizada. Sin embargo, el Gobierno etíope niega que la escasez de alimentos sea grave y no duda en afirmar que la ayuda se está entregando.

"La brutal realidad para nuestro personal en Tigray es que por cada familia a la que llegamos con alimentos que salvan vidas, hay muchas más, especialmente en las zonas rurales, a las que no podemos llegar", ha lamentado David Beasley, director general del WFP. Pese a que la organización ha solicitado acceso a las zonas más aisladas, los grupos armados siguen bloqueando su paso. El conflicto entre las fuerzas del Gobierno central y las fuerzas regionales del Frente de Liberación Popular de Tigray comenzó en noviembre y es la causa principal de la inseguridad alimentaria en la región.

Los niños, los más afectados

La principal preocupación de Unicef es que cada vez son más los niños que sufren desnutrición. "Sin acceso humanitario para ampliar nuestra asistencia, unos 30.000 niños gravemente desnutridos en estas zonas extremadamente inaccesibles corren un gran riesgo de morir", ha explicado en Ginebra James Elder, portavoz de Unicef . "La inanición es una forma cruel de morir, ya que el cuerpo desnutrido consume sus propios órganos para generar la energía suficiente para mantener un parpadeo de vida. Los que sucumben primero son los niños pequeños: suelen suponer dos tercios de quienes mueren en una hambruna" ha insistido.

La ONU señala que para poder solucionar esta crisis es necesario que terminen los enfrentamientos, que el WFP pueda acceder a las regiones más apartadas y dinero para ampliar sus operaciones. Por ahora, la ONU reforzará su trabajo en la zona durante los próximos seis meses y ayudará ayudar a 375.000 personas a cultivar alimentos. "Muchas explotaciones agrícolas han sido destruidas y se han perdido activos productivos como semillas y ganado", aseguró Qu Dongyu, director de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura. Los cálculos de la organización indican que necesitará  77 millones de dólares (alrededor de 63 millones de euros), 10 de ellos para ayudar a los niños.