Líder del Partido Demócrata italiano

Enrico Letta: "Europa aún no ha aprendido la lección sobre la inmigración"

Italy Enrico Letta new secretary of Democratic Party Archive Photos

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Irene Savio

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En marzo, Enrico Letta (Pisa, 1966) dejó un prestigioso puesto como decano de Asuntos Internacionales en la Universidad de Sciences Po de París para convertirse en el nuevo jefe del Partido Demócrata (PD) italiano, la mayor fuerza progresista del país. Una decisión tomada con la idea de evitar una nueva implosión de su partido en un momento en el que las derechas italianas siguen en buena forma y el jefe de Gobierno es Mario Draghi, un exbanquero. 

Ha recibido ácidas críticas por proponer subir el impuesto de sucesiones al 1% de las personas más ricas de Italia ¿Se lo esperaba?

La realidad es que todos los sondeos dicen que la mayoría de los electores está a favor, por lo que esas críticas proceden en su gran parte del 'establishment', del sistema.

Un sistema fuerte. 

Absolutamente. Ese impuesto fue prácticamente anulado hace 20 años, tanto que hoy Italia apenas recauda unos 500 millones de euros de esa tasa. Pero, en cambio, lo que yo digo es que ese dinero lo necesitan muchos jóvenes para terminar sus estudios universitarios, abrir un negocio o comprarse una casa. Por eso, volveré a plantearlo este otoño, cuando debatamos la reforma del fisco.

¿Qué opina de los primeros 100 días de Draghi?

Mi evaluación es muy positiva. Han sido 100 días de éxito, en la estrategia para salir de la pandemia y en cómo [Draghi] ha gestionado una mayoría gubernamental no fácil [al estar integrada por una multitudinaria coalición de partidos de distinto signo político]. Incluso el otro día se logró la aprobación de una tasa del 15% para las multinacionales, en el marco del G7 [que Italia integra] . 

Thomas Pikerty, el economista francés, dijo que es escandaloso que se considere esa tasación un resultado extraordinario, cuando la clase media y las pymes europeas pagan muchísimo más.

Es cierto que es objetivamente poco, pero es mejor que el 1% que es lo que pagaban hasta ahora en Irlanda.

Han criticado el plan de Italia para obtener los fondos del [plan de recuperación europeo] 'Eu Next Generation', al afirmar que no hay suficientes recursos asignados a la transición verde. 

En el plan italiano hay mucho sobre muchos temas, por lo que no es eso lo que me preocupa. Lo que me preocupa es que Italia no sea capaz de gastar esos recursos, como ocurrió en el pasado. 

Pero, aún así, ¿cuál es su postura, por ejemplo, sobre el gas?

Mire, si queremos que una transición como la que tenemos delante sea exitosa, deberíamos aumentar el balance destinado a la transición en sí, para acompañar los procesos, y evitar emergencias sociales. Porque es evidente que tendremos que abandonar el gas, pero también es evidente que hoy en esa industria trabajan muchísimas personas. 

En Italia y España también hay quien se opone a esa transición en el sector agrícola. 

Insisto: para que no haya revueltas sociales como la de los 'chalecos amarillos' franceses es necesario financiar adecuadamente los procesos de transición [hacia la economía verde], ayudar a los trabajadores a reconvertirse, a encontrar otras formas de sustento. Trabajaba en París cuando empezó la protesta de los 'chalecos amarillos' y vi como todo surgió de personas que tenían dificultades para llegar a fin de mes y por ello se oponían a una nueva tasa.

¿Qué pide en concreto?

Que los fondos que acompañen las transición sea mayores y sean entregados en tiempos rápidos.

¿En Bruselas lo han entendido?

Creo que no, aún no.

Una queja común del sur europeo es la falta de solidaridad de los países del norte en el reparto de migrantes. ¿Cómo se sale de este bloqueo?

Hace unos 10 días mantuve una conversación con Pedro Sánchez y con el primer ministro portugués Antonio Costa sobre este tema. Y puedo decir que, uno, me alegro de que el próximo Consejo Europeo tenga previsto un debate sobre este tema; eso sí, espero que España, Grecia, Portugal e Italia lleguen al encuentro con una posición común. Dos, y esta es una idea mía, creo que una solución única para los 27 es imposible. 

¿Es decir?

Como presidente del Instituto Delors habíamos hecho incluso un 'paper' en el que pedíamos una “coalición de la voluntad”, para que se asocien solo los países que quieren de verdad encontrar una solución a este asunto, y queden afuera los que quieren solo frenar. Estoy muy convencido de que ha habido muchas crisis en los últimos años, y en muchos casos, Europa ha sabido encontrar soluciones, pienso en la crisis financieras y en las crisis sociales. El 'EU Next General' es la prueba. Pero, en el frente migratorio, la UE no ha aprendido la lección. Los países del norte siguen muy cerrados.

¿Cómo ve la relación entre España e Italia?

Ambos tenemos importantes desafíos por adelante, uno es la reforma del pacto de estabilidad que debería transformarse en un pacto de sustentabilidad. He leído un reciente artículo de Wolfagang Schäuble, actual presidente del Parlamento alemán, [en el que el germano pidió una disciplina fiscal más rígida], y espero que esa no sea la postura general en Alemania. Si así fuera, habrá tensión. Y también hay otra cuestión. 

¿Cuál?

Que ambos países debemos gastar bien los fondos del UE, para que el 'Next Generation' se convierta en una herramienta permanente, que ayude a innovar, a investigar, a ser sostenibles, y finalmente ser competitivos ante el avance de chinos y estadounidenses. Aquí de nuevo hay una batalla sur vs norte, por eso, nosotros, los italianos, y nosotros, los españoles, debemos demostrar que podemos usar eficazmente esos fondos. 

Para hacer lo que dice, hay que tener consenso. ¿Le preocupa el ascenso del derechista Hermanos de Italia?

(El líder de la Liga, Matteo) Salvini y [la líder de Hermanos de Italia, Giorgia] Meloni, tienen un electorado que se intercambian mutuamente. Eso sí, me preocupa que en Italia haya un 40% de los electores italianos que desde hace dos años siguen votando la derecha, una derecha que en España se alía con Vox. Esto es muy inquietante. Pero yo he regresado de París justamente para ayudar a revertir esta tendencia. Estoy luchando para evitar que esto ocurra.

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