Crisis diplomática

España y Marruecos mantienen viva su relación a través de sus policías

Un centenar de miembros de las Fuerzas de Seguridad españolas han intercambiado información con Marruecos incluso en lo peor del choque

Crisis migratoria en Ceuta. FOTO: JOSÉ LUIS ROCA

Crisis migratoria en Ceuta. FOTO: JOSÉ LUIS ROCA / José Luis Roca

Juan José Fernández

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En la crisis de Marruecos con España se ha abierto un paréntesis de tranquilidad desde que en la clínica militar Ain El Naaja de Argel convalece de su covid el cabo oficinista de las tropas nómadas españolas en el Sáhara Occidental Brahim Ghali.

Eso es lo que, en burocrática puridad, es para Defensa el anciano líder del Frente Polisario, pues el Ejército español nunca borró el escalafón de sus tropas saharianas, en las que sirvió hace 48 años el actual presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en el exilio.

Para Exteriores, Ghali ha sido un especialísimo enfermo necesitado de acogida humanitaria. Y para Interior, el caso que ha estado a punto de derrumbar un edificio de cooperación con Marruecos levantado a lo largo de tres años de intensificación de las relaciones.

Pero el colapso no ha sido total. El puente policial España-Marruecos se mantuvo incluso en las peores horas de la oleada humana sobre Ceuta. El mismo lunes de la llegada de millares de migrantes, hablaban por teléfono los ministros marroquí y español del Interior, confirman fuentes consulares.

Puente policial

Algo más de un centenar de policías y guardias civiles integran el canal con Marruecos. Además del grueso de Información y Extranjería, mandos de la Unidad Central y Operativa (UCO) de la Guardia Civil, de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional, o incluso de los TEDAX siguen ahora sus contactos ordinarios. “Se ha mantenido el intercambio de información incluso en lo peor de la crisis”, ratifican fuentes policiales. De hecho, añaden, "no se podría haber devuelto a 8.500 personas por el Tarajal si no hubieran cooperado".

Lo sostuvo también el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, el 19 de mayo en el Congreso, y lo reiteró este jueves ante los medios en Cádiz: “La colaboración con Marruecos en materia de seguridad es absolutamente importante, relevante, y seguimos trabajando”.

En este sentido, fuentes consulares refieren cómo el Gobierno español ha detectado un “aumento significativo” de la interceptación marroquí de embarcaciones con migrantes camino de las costas españolas. Quizá un gesto de distensión, desde luego diferente a otros detalles detectados no hace mucho, como que coches patrulla 4x4 donados por España a Marruecos para reforzar su vigilancia costera hayan sido usados por Marruecos para vigilar, sí… pero la frontera con Argelia.

Fernando Grande-Marlaska y su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit.

Fernando Grande-Marlaska y su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit. / EFE

La cooperación de seguridad pasa por una docena de encuentros entre el ministro español y su homólogo marroquí Abdelouafi Laftit, siete en visita a Marruecos, cuatro en España y uno en Lyon (Francia) durante una reunión de los ministros del Interior del G6.

Y ha sido estrecha hasta el punto de que España asumió, en la navidad de 2018, el aviso de Marruecos de un inminente secuestro yihadista de visitantes españoles a los campamentos de Tinduf. Interior dio la alerta. El secuestro no se produjo, y el Frente Polisario calificó el aviso de gol marroquí, parte de la estrategia de propaganda antisaharui de Marruecos.

Niños en la partida

Este verano, por segundo año no podrán refrescarse en España los niños de los campamentos. El pasado miércoles se recuperó un vuelo semanal Barcelona-Argel, pero aún con fuertes restricciones: PCR al salir, cinco días de aislamiento y nueva PCR, y solo para quienes no requieran visado. La pandemia sigue impidiendo que familias españolas reciban a sus pequeños invitados estivales, en lo que, tras decenas de veranos huyendo del infierno de julio y agosto en Tinduf, se ha convertido en el eslabón más sentimental de la relación de este país con su antigua colonia.

A falta de vacaciones en España, “numerosos ayuntamientos y gobiernos autonómicos están haciendo aportaciones para un programa alternativo de Vacaciones en Paz”, relata el delegado del Frente Polisario en Catalunya, Abidín Bucharaya.

España solo podrá dejar su tutela de los menores marroquíes si los reclaman sus familias, o los servicios sociales y la fiscalía del menor marroquís

Los niños, en el tablero. La próxima oportunidad para que baje la temperatura de la crisis de Marruecos con España pasa también por los menores. En su tercera nota sobre la crisis con España, el gobierno marroquí refirió el pasado día 1 que el rey Mohamed VI ha dado órdenes a sus ministerios de Interior y Exteriores “para solucionar definitivamente el problema de los menores marroquíes no acompañados en situación ilegal en determinados países europeos”.

España solo puede dejar su obligación de tutela de un menor migrante no acompañado si su familia pide recuperarlo, o si lo reclaman los servicios sociales del país de origen. Y para esta segunda vía es necesario el concurso de la Fiscalía del Menor marroquí.

Así al menos se esbozó en un programa piloto de ambos países en febrero de 2019, con 20 menores marroquíes residentes en Madrid. Vino una delegación de la fiscalía marroquí, pero el programa se interrumpió.

Memorial de agravios

El puente policial España-Marruecos se mantiene abierto mientras otros aún tardarán en reconstituirse. Cuando, el día 1, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos,  sostuvo en el canal 24H de TVE que la posición de España sobre el Sáhara es “secundar la resolución de Naciones Unidas”, repetía el contenido de un tuit de Pablo Iglesias que irritó a Rabat, según fuentes cercanas a su embajada.

El 15 de noviembre de 2020, Iglesias recordó en Twitter el mensaje del Consejo de Seguridad de la ONU del 13 de enero de 1995: “Reitera su empeño en que celebre, sin más demora, un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.

Entonces Iglesias era vicepresidente del Gobierno. Hacía dos días que habían estallado las hostilidades entre saharauis y marroquíes en el paso de Guerguerat. Y Marruecos añadió una nota a su particular memorial de agravios.

Ese memorial ha quedado expuesto por la principal voz de la diplomacia marroquí extramuros de su embajada, el exsecretario de la legación Jamal Eddine Mechbal, que en el digital Atalayar se quejaba, al poco de la ruptura en el Sáhara, no solo del tuit de Pablo Iglesias: “El número dos de Podemos, Nacho Álvarez, en su calidad de secretario de Estado de Derechos Sociales se reunió con Sulima Hay Emhamed, la ‘ministra’ de Asuntos Sociales de la autoproclamada RASD”.

En contraste con esa actividad prosaharaui indisimulada, en esta crisis diplomática las principales figuras de Podemos han mantenido un perfil muy discreto. Las plataformas cercanas a Podemos, y la propia formación morada, son los “círculos políticos y gubernamentales” a los que se refería la primera nota difundida por Rabat en esta crisis acusándolos de que “pretenden instrumentalizar el Sáhara marroquí”.

No se pronunció con tanta acritud Rabat en 2004, gobernando Rodríguez Zapatero, cuando un secretario de Estado, Bernardino León, número dos de Exteriores, visitó los campamentos de Tinduf en dos viajes para los que se había alistado la también secretaria de Estado de Cooperación Leire Pajín.

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