Cambio de presidencia

Guillermo Lasso promete una era de tolerancia en Ecuador en su toma de posesión

Guillermo Lasso pronuncia su discurso de toma de posesión, este lunes en la Asamblea Nacional de Ecuador.

Guillermo Lasso pronuncia su discurso de toma de posesión, este lunes en la Asamblea Nacional de Ecuador.

Abel Gilbert

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"No perseguiremos a nadie, gobernaremos para todos, en contra de nadie, tengan la opinión que tengan”. Guillermo Lasso inició su mandato con el deseo de "escuchar antes de hablar" y sentar las bases de una era de tolerancia y "unidad nacional" en un país fuertemente polarizado. "No he venido a saciar el odio de pocos sino el hambre de muchos", dijo este lunes en su discurso de toma de posesión como presidente de Ecuador.

Empresario, accionista y expresidente del Banco de Guayaquil, Lasso se impuso en el segundo turno electoral al correista Andrés Arauz, por escaso margen. Ante la Asamblea Nacional, el flamante mandatario dijo que dedicará sus esfuerzos a construir "un país más equitativo con los más necesitados". Aseguró que la democracia es el único antídoto contra el autoritarismo. La convivencia entre un "exbanquero", como se definió, y una lideresa perteneciente a las comunidades originarias, Guadalupe Llori, al frente del Congreso, debe, según Lasso, tomarse como ejemplo de encuentro entre posiciones políticas diferentes.

Lasso fue el ministro de Economía del presidente Jamil Mahuad que impuso el corralito financiero y la dolarización de Ecuador, a comienzos del año 2000. Presidente ungido como resultado de una coalición de derechas, llamó en su discurso inaugural a alcanzar un "equilibrio entre el crecimiento económico y la justicia social". En ese sentido aseguró que "mientras no pueda ayudar a los pobres, este Gobierno no podrá ayudar a los ricos".

La herencia recibida

"¿Ha reinado la igualdad de oportunidades? Me conocen con un hombre de acción y miro todo en función de los resultados. La realidad dice que no". Exnumerario del Opus Dei, Lasso modernizó su discurso durante el último tramo de la campaña electoral. En su primera alocución reafirmó su voluntad de promover la igualdad de género. Ecuador, dijo, es "un país con flagrantes desigualdades donde ser mujer no es solo un factor de desventaja sino de un peligro existencial".

Ecuador ha tenido casi 21.000 muertos y 420.000 casos positivos de covid-19. "Vacunaremos sin descanso, porque el virus no descansa", dijo. "Recibimos un país con históricos niveles de desempleo, que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente una pandemia brutal", subrayó sin señalar a su predecesor, Lenin Moreno, a quien se le dibujó una mueca de disgusto cuando se señaló su responsabilidad política. Pero Lasso apuntó especialmente sus baterías contra el decenio de Rafael Correa, quien desde 2017 vive en Bélgica. Aunque evitó nombrarlo, a nadie le quedó duda de que hablaba de su gestión cuando habló del "obsceno culto del caudillo” y "un iluminado que tiene todas las preguntas y sus respuestas".

Lasso recibirá un país quebrado, con una deuda externa de 63.000 millones de dólares y 9,2 millones de pobres. El PIB cayó 7,8 puntos como consecuencia de la pandemia.

A la toma de posesión acudieron el rey Felipe VI de España, el presidente colombiano, Iván Duque, y el brasileño, Jair Bolsonaro, entre otros invitados.

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