Espionaje a la prensa

La Administración Trump accedió en secreto a registros de comunicaciones de periodistas

El último caso desvelado afecta a la reportera de CNN que cubre el Pentágono

Hace dos semanas se reveló otro con tres periodistas de 'The Washington Post'

El expresidente Donald Trump

El expresidente Donald Trump / EP

Idoya Noain

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El Departamento de Justicia de Estados Unidos accedió en secreto durante el mandato de Donald Trump a los registros telefónicos y de correo electrónico de Barbara Starr, la periodista de CNN que cubre el Pentágono. La revelación, hecha pública este jueves, llega menos de dos semanas después de que se supiera que Justicia también accedió en secreto durante el mandato del republicano a los registros de llamadas de tres periodistas de 'The Washington Post' e intentó sin éxito lograr acceso a sus correos electrónicos.

En ambos casos no se accedió a contenido de las comunicaciones sino a datos (como los números y direcciones de los que se recibían y a los que se enviaban comunicaciones o la duración de las llamadas) pero las revelaciones han provocado condena. Este jueves la mostró de forma “contundente” Jeff Zucker, presidente CNN, que denunció “la recolección secreta de cualquier aspecto de la correspondencia de un periodista, que está claramente protegida por la primera enmienda”.

Justicia no ha explicado para qué se buscaron los registros de los periodistas, pero cuando Trump llegó a la Casa Blanca denunció la “cultura de las filtraciones”, algo que Barack Obama, también persiguió, llegando a plantear 12 casos ante los tribunales, más que todos sus predecesores juntos.

Espionaje durante las publicaciones sobre Rusia

Tanto en el caso de Starr como en el de los periodistas del Post las órdenes judiciales secretas (cuya búsqueda debió tener luz verde del fiscal general, William Barr) se aprobaron el año pasado pero tenían en el punto de mira las comunicaciones de los reporteros en el verano de 2017. Entonces los periodistas del Post habían publicado una historia con datos sobre los supuestos contactos de la campaña de Trump en 2016 con Rusia.

Starr, en los dos meses de los que se obtuvieron los registros de sus teléfonos y correos electrónicos, tanto personales como de trabajo, hizo varias piezas sobre las opciones que el Ejército había preparado para presentar a Trump sobre Corea del Norte, acciones que el Pentágono tenía a punto por si Siria cometía un ataque químico y un cambio en política militar para suspender la información pública sobre muertes en combate en Afganistán.