Proceso constituyente

Los chilenos en el extranjero denuncian el veto a su participación en la elección de la Convención Constituyente

Los diputados rechazaron la posibilidad de que los expatriados votaran en los comicios

El Consulado en Barcelona dice no haber recibido quejas por la imposibilidad de votar

Un hombre se manifiesta en apoyo a las protestas chilenas y a una nueva Constitución frente a la Embajada de Chile en El Salvador.

Un hombre se manifiesta en apoyo a las protestas chilenas y a una nueva Constitución frente a la Embajada de Chile en El Salvador. / Sara Acosta / EFE

Victoria Flores

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En octubre de 2019, Chile "despertó" en Santiago, pero también lo hizo en Barcelona, Berlín o Ciudad de México, donde las comunidades de expatriados se reunieron para apoyar las marchas que se producían en su tierra. Protestaban por la desigualdad de su país y para apoyar la creación de una nueva Constitución que sustituyese la actual, vigente desde la dictadura de Pinochet. David Velásquez se reunió con chilenos de toda Galicia en Santiago Compostela, Juana Jara organizó de forma espontánea la primera quedada en San Sebastián, Nélida Molina se manifestó en Madrid y Sandra González,  presidenta de las Asociación de Chilenos en Sevilla, hizo lo propio en Sevilla. 

En octubre de 2020, alrededor de 30.912 chilenos residentes en el extranjero aprobaron en referéndum el cambio de la Constitución. Así como que esta la redactase una Convención Constituyente -un órgano independiente elegido por la ciudadanía-. El apoyo al 'apruebo' y a la convención fue claro entre los expatriados, como informó el Servicio Electoral del país andino. 

Sin embargo, hasta ahí ha podido llegar la intervención de los expatriados en la creación de esta nueva Carta Magna ya que, el 2 de diciembre, la Cámara de Diputados chilena rechazó por 65 votos que estos pudiesen formar parte de la elección de los miembros de la convención. "Los políticos chilenos han demostrado ser poco democráticos y leales", asegura Sandra González. "Ellos saben que un voto fuera de Chile va a ser un voto contra ellos", recalca David en referencia a que quien votó contra esta ley fue la bancada conservadora.

"Votación simbólica"

El Consulado de Chile en Barcelona defiende esta decisión asegurando que así es como funciona la normativa en el país andino. "La legislación chilena considera el voto en el exterior en elecciones presidenciales, primarias presidenciales y plebiscitos nacionales" explica el Consulado. Asimismo, insisten en que no han recibido ningún tipo de quejas al respecto.  Si bien es cierto que todos comentan que, por las complicaciones de la pandemia, no han organizado nada para este fin de semana, Nélida subraya que han protestado durante muchos años. "Cada vez que había una elección, hacíamos una votación simbólica". No fue hasta las presidenciales de 2017 cuando pudieron votar. La mujer, de origen mapuche, critica el papel de Michelle Bachelet, que vivió en el exilio y no puso fácil el voto desde el exterior.

Aún hoy es muy complejo votar ya que solo se abren las urnas en Madrid y Barcelona y, aunque se organizan autobuses y se apoyan entre ellos, para muchos les resulta imposible desplazarse. Sandra solo pide coherencia en las decisiones que toman sus gobernantes. "Los políticos deberían decidir de una vez si los chilenos en el extranjero podemos participar en igualdad de derechos o no", dice. "No somos ciudadanos de segunda o tercera", denuncia Juana mientras lamenta "las injusticias" que sufren y reclama su derecho a participar en las decisiones políticas de su país. 

Al ser preguntados acerca de qué esperan de la nueva Carta Magna todos coinciden en lo mismo: que se asegure la educación y la salud. Es decir, la protección y el desarrollo de los derechos llamados fundamentales. A esto se suma la petición generalizada por la nacionalización de los principales recursos del país como el agua, el cobre o el litio -material que está cobrando importancia hoy en día al ser fundamental para las baterías- que están en manos privadas desde la época de la dictadura. Todas estas demandas vertebraron las manifestaciones de octubre y se espera que tengan respuesta en la nueva Constitución que los chilenos esperan desde hace dos años.

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